Carlos Francisco Febré Gacitúa
Vivió en CHILE, Santiago, Talca, Temuco
40 AÑOS NO PASAN EN VANO
Justo HOY, un 22 de noviembre de 1973
Cuando hace 40 años un conjunto (16) de compañeros (as) militantes de las JJ.CC, la mayoría menores de edad (16-17-18-19 años) somos detenidos en nuestras casas y algunos en los liceos 14 y 10 de La Cisternas (hoy el Bosque).
Donde fuimos trasladados al Cerro Chena de San Bernardo por investigaciones para ser entregados a los “soldados” de la escuela de infantería y el comienzo del infierno de nuestras vidas con la tortura y flagelación durante tres días consecutivos.
En el mismo lugar (galpón) del cerro Chena, donde fueron asesinados campesinos de Paine, trabajadores de la Maestranza de San Bernardo y pobladores de la zona sur.
Como no recordar a Leo, mi compañero de curso que ya había sido detenido algunas semanas atrás y torturado en la escuela de aviación de la fach, entregado desde el liceo por el “Mota” (Director del Liceo), a la Blanca, a Jorge, a la Jecho, Cecilia y a otros compañeros de la Villa 4 de Septiembre.
También
cómo no recordar a un muchacho que le llamaban karateca (15 años) que
unos días atrás de nuestra llegada presencio el asesinato de su padre.
Luego pasamos por el fuerte Borgoño de investigaciones donde continuaron los interrogatorios, posteriormente fuimos trasladados al Estadio Chile por algunos meses y el suscrito posteriormente se me traslada a la penitenciaria, en ambos lugares con mi futuro incierto
Finalmente, por ser menor de edad y deportista destacado en esa época (Campeón de Chile en Tenis de Mesa) se me lleva a un hogar de menores en tránsito para ser “liberado” un 9 de mayo.
Fueron 6 meses de presidio, pero la infamia más grande (más que la tortura) es la actitud de la jueza de menores de San Miguel que me increpa por mis “malas juntas”. Es decir, que se estaba refiriendo a mi familia, que horror.
Mi familia completa comprometida durante 14 a 15 años (1958-73) desde la dirigencia sindical, social y política por la lucha de una vida digna, y posteriormente, tras el golpe de estado, todos (as) comprometidos para levantarse y trabajar con todos los riesgos que eso significaba, y estaba ya significando con mi prisión, con mi hermano menor guardado y operando en Los Sauces y Sta. Elena, con la tortura y desapariciones de nuestros camaradas mas cercanos para sacar a los fascistas de nuestro país desde la clandestinidad, desde la dirigencia social y desde el movimiento estudiantil como dirigentes (as) para recuperar la democracia, la libertad, nuestros sueños.
Si,
como dirigente estudiantil en los años 80 en Temuco durante 5 años y
fui parte en la conformación y democratización de las federaciones
estudiantiles, en la conformación de la CONFECH (junto al compañero
Ricardo Vega). También fui sancionado en la UFRO como a tantos otros
compañeros (as) en todo chilito que luchábamos por la LIBERTAD y la
DEMOCRACIA.
Recuperada
“la democracia”, me fui a esperar la promesa que la “alegría llegará”,
pero mi almohada no me permitió dormir tranquilo.
Mi
conciencia me llama a seguir luchando por mis hij@s, por los derechos
de mi pueblo, de la “gente”, de los ciudadanos (as), de los (las)
trabajadores, y hoy, estoy comprometido con todas mis fuerzas para
terminar con el ADN del modelo capitalista neoliberal chileno, eliminar
de raíz a las AFP, que es el comienzo de la IGUALDAD.
Pero
esta lucha no es individual, no es de uno (a), no es asistencial, no se
resuelve con lobby, no se resuelve esperando un milagro de un súper
héroe o heroína. NO, esta lucha es de todo un pueblo y en especial de
todos los (as) que somos trabajadores.
Finalmente,
No necesito ser dirigente para dar un paso adelante, mi conciencia me lo exige.

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