Por Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)|septiembre , 2020
Este país cuenta con un sistema político mezcla de presidencialismo y de algunas instituciones parlamentarias: El jefe de Gabinete deberá presentar su programa de gobierno al parlamento unicameral para su aprobación y, de ser rechazado dos veces durante un período presidencial, este Congreso puede ser disuelto por el Ejecutivo, (como lo hizo el Presidente Martín Vizcarra cuando no pudo soportar el conflicto con la mayoría parlamentaria fuji-aprista, que le hacía imposible – según él – gobernar).
El Parlamento tiene en su poder una carta muy poderosa para vacar a un Presidente: la incompatibilidad moral permanente, que viene las Constituciones del siglo XIX, carta que ha sido aplicada muy pocas veces, (la más famosa ha sido la de Alberto Fujimori, que envió su renuncia cuando se encontraba en Japón, sin embargo, el Parlamento declaró su vacancia por inmoralidad permanente).
En el caso del Presidente Pedro Pablo Kuzyinski, se le intentó aplicar dos veces la vacancia, pero antes de la segunda vacancia presentó su renuncia, (hoy se encuentra en prisión domiciliaria).
Los analistas peruanos se han convertido, desde hace algún tiempo, en consumados constitucionalistas, reyes de buscar “el cuesco a la breva”; algunos de ellos niegan la validez de la incompatibilidad moral por considerar vago su contenido y, en extremo subjetivo.
La incompatibilidad permanente no es un juicio penal, sino un resguardo político frente al peligro de que un Presidente sea pedófilo, cocainómano o bien, carente de moral en sus acciones en el poder, por ejemplo, el cohecho. (Al ser política la acusación, se decide por votos, antes se daba por mayoría simple, y hoy mediante una reforma del Tribunal Constitucional, se exigen los dos tercios de los 130 congresistas, es decir, 87 votos).
En el caso del Presidente Martín Vizcarra tiene varias aristas: la primera, una opereta que no terminará hasta que “la gorda cante”. El protagonista de esta obra es el cantautor – dicen – de mala calidad de Richard Cisneros, (“Richard Swin”, su nombre artístico), que fue contratado por el Ministerio de Cultura para dar charlas motivadoras a los pacientes funcionarios de ese Ministerio, con un sueldo de 175 mil Soles.
Cisneros protagoniza cotidianamente algunos espectáculos tragicómicos, por ejemplo, se dio el lujo en un solo día, de dar una conferencia de Prensa desde la puerta de su casa, otra a la entrada del edificio del Parlamento y, una tercera, en el Palacio Pizarro. Además, fanfarronea de que él “obligó” al Presidente Vizcarra a cerrar el Congreso.
El escándalo provocado por el alto salario, devengado por Cisneros, y en plena peste ocasionada por el Covid-19, forzó a la Comisión de fiscalización del Congreso a investigar a este curioso personaje, institución presidida por “un pájaro de cuentas”, Edgar Alarcón quien, a su vez, ha sido acusado de peculado y enriquecimiento ilícito.
El Presidente Vizcarra, según se ha constatado, se rodea de personajes, al parecer, de baja catadura moral: además de Cisneros, su secretaria personal Karen Rocha, (lo ha acompañado durante cerca de diez años), se enfrentó a muerte con la secretaria del Gabinete, Myriam Morales, (estas dos mujeres de confianza de Vizcarra tenían las puertas abiertas para ingresar al despacho presidencial). Otro personaje es su asesor, Óscar Vásquez.
Sorpresivamente, en la sesión del Congreso Plenario, efectuado el 9 de septiembre, solicitó el uso de la palabra el congresista Edgar Alarcón, quien afirmó que tenía en su poder tres audios que, de inmediato, el presidente del Congreso hizo escuchar al Pleno. El primero de ellos contenía una estrategia para engañar al Congreso y a la fiscalía, del cual se podría colegir la existencia de varios delitos en contra del Presidente, entre ellos, mentir como estrategia para dificultar la investigación, (en esta reunión participó el Presidente Vizcarra); el segundo video deja en ridículo al Presidente por una conversación “surrealista” con su secretaria, Karen Rocha.
No se ha podido explicar el porqué de un personaje tan mediocre como Richard Cisneros tenía entrada libre al Palacio Pizarro y, a su vez, el único que podía hacerlo con una selfi, (un diputado ha dejado entrever que podría ser amante de Vizcarra; por su parte, las secretarias, Karen y Myriam, deslizan esta misma idea en otra de las grabaciones).
En la historia no faltan los casos anecdóticos protagonizados por individuos bufonescos que, en más de una ocasión, han sido la chispa que provoca incendios políticos, (baste recordar el asunto del collar regalado por el cardenal de Reims a María Antonieta).
Otra faceta, después de la tragicómica, es la política: los videos provocaron el escándalo, pero el Presidente Vizcarra, a diferencia de PPK, se ha negado a renunciar, (hay que considerar que las elecciones presidenciales y del congreso deberán realizarse en abril del próximo año, 2021, y apenas faltan algunos meses, lo que hace un poco inútil vacar al Presidente Vizcarra o cerrar el Congreso).
El presidente del Congreso, muy desatinadamente, llamó por teléfono al jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas, Astudillo, y
al Almirante Jefe de la Marina, según él, para que ofrecieran garantías de respeto a la Constitución en el sentido de que la actuación del Congreso se ajustaría a la ley. Ambos oficiales llamaron por teléfono al ministro de Defensa para informarle sobre este asunto.
En el siglo XXI ya no se estila el golpear las puertas de los Cuarteles, pues hoy basta con un Whats Upp o con un telefonazo; Vizcarra aprovechó esta situación para denunciar una conspiración en su contra, cuyo objetivo sería el de colocar al presidente del Congreso, Manuel Merino, como Mandatario interino de Perú, que pretende imitar al Presidente Valentín Paniagua, uno de los pocos Presidentes decentes y probos de ese país.
La vacancia, hasta ahora, ha seguido su curso, paralela a las acusaciones de sedición y conspiración, delitos por los cuales se acusa al presidente del Congreso.
En el Pleno de la admisión de vacancia 66 diputados votaron a favor, en contra 36 en contra y 24 abstenciones. Lo más posible es que la vacancia sea rechazada en esta ocasión, salvo que conquiste los 24 votos de abstención. En todo caso, tanto el Congreso, como el Presidente Vizcarra quedarán desprestigiadas ante la opinión pública, y la democracia peruana se desvaloraría a nivel local y mundial, cuando más requiere del apoyo internacional, especialmente por la pandemia y la crisis económica.
El Papa Francisco, en su visita a Perú, hizo una pregunta muy atingente a la situación actual: “¿por qué Perú tiene a todos sus expresidentes en la justicia o en la cárcel?”. Parece que América del Sur no está hecha para una democracia con probidad pues, hasta ahora, el arte de gobernar es el arte de robar, salvo la excepción de Uruguay.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
17/09/2020
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