En el último período, como nunca, se ha puesto en la agenda pública lo
que se ha dado en llamar el “conflicto de la Araucanía”, extrañamente asociado
al asesinato en Vilcún del matrimonio Luchsinger-Mackay. No provocó el mismo
revuelo las muertes de un Lemun, un Huentecura, un Huenante, un Collihuin, así
como también la invisibilizada huelga de hambre que por largos meses mantuvieron
los comuneros mapuches.
Para la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos este hecho
revela la valorización que funciona de hecho en nuestra sociedad profundamente
racista, que aprovechando este lamentable hecho no duda en justificar la
posición de los gremios empresariales, latifundistas y forestales, quienes
exigen la aplicación de estados de excepción, aplicación de leyes
antiterroristas bajo la atenta mirada y gran acogida por parte de los
gobernantes.
Conocemos por propia experiencia el significado de la aplicación de
estas medidas, las sufrimos en carne propia, bajo el beneplácito de quienes
sostenían que nuestros familiares eran terroristas y que todo se justificaba
por la paz interna, que por cierto era la paz de los cementerios.
El estado chileno ha sido el responsable, antes y ahora, del despojo, la
humillación, la precarización de sus niveles de vida, avalando una guerra en su
momento y en la militarización y la violencia en la actualidad, todo bajo la
ficción de la chilenidad.
Reconocer la multiculturalidad, aplicar las leyes existentes ya de por
si especialmente represivas, educar en el respeto a quienes eran hasta la
llegada de los invasores los verdaderos dueños de la tierra y que nos guste o
no son parte del ADN de la gran mayoría de los chilenos y chilenas, solo así
podremos hablar en serio de un país sin un ellos y nosotros.
Por tanto demandamos del estado chileno un tratamiento serio y
responsable de este conflicto, cuyo origen histórico es indesmentible e
irrefutable y se encuentra en este propio estado.
AGRUPACIÓN DE FAMILIARES DE DETENIDOS DESAPARECIDOS
Santiago, 20 de enero de 2013
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