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lunes, 18 de marzo de 2024

De un dolor de cabeza a otro: la incómoda permanencia del director (s) de la PDI

 

De un dolor de cabeza a otro: la incómoda permanencia del director (s) de la PDIPAÍS


Claudio González fue acusado de haber participado en un supuesto ejercicio teórico en la Escuela de Investigaciones, en 1988, cuando un aspirante a oficial fue secuestrado y torturado con golpes y electricidad parte de instructores y varios alumnos. El sumario al respecto concluyó sin sanciones.


Incomodidad existe en distintos sectores del Frente Amplio, el Partido Comunista y en el mismo gobierno, ante la figura del director general subrogante de la PDI, Claudio González Hofstetter, quien asumió dicho cargo luego de que el viernes pasado renunciara el extitular del mismo, Sergio Muñoz Yáñez.

La principal crítica de González ha sido la diputada Claudia Mix (Comunes), que fue una activa promotora de la comisión especial investigadora de la cámara baja que se inició como consecuencias del mal manejo de la PDI respecto del caso de Valeria Vivanco (muerta por el disparo de un colega suyo), y que indagó una serie de denuncias de exfuncionarios.

Al respecto, el sábado pasado, cuando se anunció que González quedaría como subrogante, Mix escribió en su cuenta de X que “lo mínimo aceptable era que el presidente le pidiera la renuncia a Sergio Muñoz. Siento recordarles sí, que el prefecto general Claudio González Hofstetter, segundo en jerarquía y subrogante, está involucrado en causas de lesa humanidad”. Acto seguido, la parlamentaria linkeó un video de la comisión investigadora en el cual habla el exoficial de la PDI Ricardo Bopp, quien relata allí que, en relación con torturas cometidas en la escuela de Investigaciones en contra de aspirantes a detectives, en los años ’80, que “les presento el caso del aspirante Mauricio Flores Rodríguez, quien fue torturado con la misma lora al interior de la escuela”, aludiendo con dicho mote a la máquina con la cual se aplicaba corriente a los detenidos con el fin de “hacerlos hablar” (de ahí el nombre de “lora”).

Según Bopp, se formó “un comando” destinado a secuestrar y torturar a Flores, y que “es el actual prefecto general, en servicio activo, quien participa activamente en el secuestro y la tortura, don Claudio Enrique González Hofstetter”.

Según explicó Bopp, el subdirector de la escuela en ese tiempo era Nelson Mery Figueroa (quien posteriormente asumiría como director de la PDI, entre 1992 y 2003).

Según Bopp, el objeto del secuestro y la tortura era “hacer una clase práctica”. Según el mismo denunciante, los antecedentes fueron entregados en su oportunidad al ministro en visita Mario Carroza (actual integrante de la Corte Suprema), que no encontró mérito para procesar a los implicados.

El sumario interno que hizo la PDI tampoco arrojó sanciones. Sin embargo, el abogado de Flores, Maximiliano Delgado, dijo a radio ADN que “esa investigación no se hizo adecuadamente., explicando que las declaraciones de González respecto de los hechos “son contradictorias entre ellas”.

Flores aseveró al mismo medio que una noche de 1988 fue secuestrado desde la habitación donde dormía, amordazado y esposado: “me sacan de la escuela en un vehículo, me dan unas vueltas, todo esto con golpes de pies, de puños, con fusiles”, luego de lo cual lo llevaron a un baño, donde “me empiezan a golpear definitivamente por todo el cuerpo y me empiezan a poner la corriente con una máquina que me colocan en los testículos, y me lo logro desatar y me saco lo que tenía en la cara, las vendas, y en ese grupo estaba González Hofstetter”. ADN también asevera que lo anterior ocurrió en una “clase teórica”.

En el libro “Rati”, de Javier Rebolledo y Jesús Silva, en tanto, se describe que cuando el entonces joven aspirante a oficial estaba siendo torturado le gritaban “¡comunista!” y otros epítetos, acusándolo de ser de oposición a Pinochet.

González declaró en enero de 2023 ante la comisión especial investigadora. En dicha ocasión, aseveró que cuando estaba en la escuela desconocía la existencia de “La lora” y que jamás lo operé, no sé cómo se opera, no lo conozco ni lo tuve en mis
manos. Ahora bien, como conocimiento en general, claro que escuché mencionarlo. Es más, lo vi en Google”.

Al ser contrapreguntado por la diputada Mix, luego de aseverar que Flores ni siquiera era aspirante a detective en 1988, recordó que “se dio una clase teórico-práctica, en la que mi instructor entregó ciertos detalles a mi curso, al tercero A” y que en ella, sin precisar de qué se trataba la clase, “a mí me tocó la guardia en un sistema de observación, porque estábamos trabajando temas de aprehensiones”, agregando que “surgió una situación confusa que después conocimos: no tenía autorización de la escuela, porque era materia de otra naturaleza, entonces, se inició una investigación interna. Del resultado de esa situación yo fui sobreseído, porque ni mis compañeros ni yo tuvimos responsabilidad en ningún tema. Fue responsabilidad exclusiva del instructor que organizó ese tipo de situación”.

Cabe mencionar, además, que la detective Danitza Araya, quien también prestó su testimonio ante la comisión investigadora, debido a que ella quedó discapacitada, luego de que también recibiera un disparo de parte de un compañero, aseguró en su cuenta de X, en respuesta al posteo de Mix, que González fue quien firmó el sumario interno respecto de su caso, el que dice “está lleno de irregularidades, dejando a todos los involucrados como inocentes y víctimas”.

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