
El homenaje al exjuez Baltazar Garzón por su rol en la detención de Pinochet; recomendar a Carola Muñoz como embajadora de Chile en Ecuador; su inasistencia a la gira de Boric a China; y llamados a mandos medios del Minrel, son algunos episodios que se critican a Figueroa en la diplomacia.
Esta semana, el rol del asesor internacional del Segundo Piso tuvo especial protagonismo. Esto, por las versiones sobre diferencias entre La Moneda y el canciller Van Klaveren por la forma en que “se anunció o concretó” el retiro de la invitación a las empresas israelíes de la Fidae 2024, la feria de armamento más importante de Sudamérica.
Tal fue la intensidad de los rumores sobre una incomodidad del canciller y acerca de que incluso habría evaluado una renuncia, que Boric y el propio Van Klaveren salieron a explicar diplomáticamente como alguna “incomodidad” o “diferencias” por el asunto Fidae.
“No hay una diferencia, y en esto quiero ser muy claro, lo hemos conversado con el ministro Van Klaveren, en esta decisión de Gobierno y de Estado (…) la responsabilidad de la decisión es mía y yo lo señalo de manera muy clara, pero esto no fue inconsulto”, aseguró el Jefe de Estado en un tren camino a Talca.
Poco después, en Valparaíso –en un punto de prensa–, se le preguntó al titular del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrel) si estaba “incómodo” por la forma en que se decidió este tema por parte del Gobierno, como señalaron algunos parlamentarios. A ello, el exagente de Chile ante La Haya contestó de buen humor: “Bueno, en primer lugar quiero decir que no estoy incómodo. Siempre, digamos, aprecio que se preocupen por mi propia posición y actitud personal. Pero no estoy incómodo (…)”.
Los episodios que se le cuestionan a Carlos Figueroa
Sin embargo, en casi todos los sectores del Edificio Carrera, entre diplomáticos y funcionarios de confianza, se reconoce que, pese a la influencia del orejero del Presidente en materias internacionales, este luce inexperiencia en temas de protocolo y de la diplomacia real –no académica–, por lo que ha cometido varios desaciertos que han descolocado al Ministerio de Relaciones Exteriores, generando ruidos o malestar en sus autoridades.
El improvisado homenaje al exjuez español Baltazar Garzón por su rol en la detención de Pinochet en Londres; la recomendación de nombrar como embajadora de Chile en Ecuador a Carola Muñoz, quien salió en el polémico audio de una conversación sobre el embajador de Argentina en Chile; y no haber asistido a la gira presidencial a China –la más importante de 2023–, por “estar de luna de miel”, siendo él un organizador de las actividades del Presidente Boric en dicho país, son algunos de los incidentes que no han sido bien evaluados por funcionarios del Edificio Carrera.
“El tema de Garzón que fue una de las primeras giras grandes con el canciller Van Klaveren. Desde el Segundo Piso se puso en el programa, en programación, la entrega de este reconocimiento al exjuez. Eso no fue consultado con la Cancillería”, asegura una fuente que conoció la situación.
No es lo único. En círculos diplomáticos se considera además que Figueroa participó de la decisión de hacer esperar al polémico embajador de Israel, Gil Artzyeli, cuando iba a presentar sus cartas credenciales a La Moneda, generando un reclamo oficial por el “protocolo” del Gobierno.
Por último, entre los diplomáticos, como también en el Congreso, se menciona que Figueroa genera cierta incomodidad en el Minrel, debido a que suele llamar a funcionarios de rango medio para dar indicaciones, aunque tras la salida de Antonia Urrejola del ministerio lo hace cada vez menos.
“Era molesto para algunas direcciones que llamara al exsubsecretario José Miguel Ahumada, de quien era cercano, o también a los amigos que tenía del Grupo Nueva Política Exterior, como Carola Muñoz, cuando estaba en la Dirección de Asuntos Culturales. Ahora le va quedando su amigo Andrés Villar, de la Dirección de Planificación, también de ese grupo. Son bien cercanos”, señala un embajador a El Mostrador.
En el Congreso, legisladores que han estado en las comisiones de Relaciones Exteriores de la Cámara y el Senado tienen dispares valoraciones de Figueroa.
“Yo cuento 19 errores en temas de relaciones exteriores. Más que del Minrel, son de Presidencia (…). Las relaciones exteriores las maneja el Presidente en último término con sus asesores, pero la Cancillería no es capaz de imponerse a los caprichos, a las cosas inesperadas e inexpertas que suceden. (…) Yo no sé a quién el Presidente le hace caso del Segundo Piso. Tiene un ministerio para eso y, a veces, el Segundo Piso entra en colisión con los ministros. Parece que no saben que en Relaciones Exteriores hay mucho uso, costumbre y protocolo. Es increíble cómo la forma incide en el fondo. En el Segundo Piso también hay desorden. Con este asesor es una asesoría descamisada, son relaciones exteriores descamisadas, y la diplomacia tiene códigos (…). Yo no veo qué hace Carlos Figueroa, ahí es todo tan confuso, al lote”, sostiene el senador Carlos Kuschel (RN).
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, Tomás de Rementería, tiene una evaluación más indulgente con el Segundo Piso y el orejero internacional del Presidente. “Me parece que los asesores del Segundo Piso está bien que estén, los han tenido varios mandatarios. El Presidente tiene a Carlos Figueroa, yo sé que ve giras, temas más ideológicos y eso. Entonces, me parece bien, no me parece negativo que tenga un asesor internacional del Segundo Piso y, en general, acá el asesor principal en materia exterior ha sido el canciller, es algo que él pidió cuando llegó al cargo y así se ha mantenido”, expresó a El Mostrador.
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