El término “acuerdo” en el ámbito político tiene una historia controversial en Chile. En la raíz de la explosión social vivida en estas semanas se manifiestan los efectos de los “acuerdos” más gravitantes con su correlato de exclusiones de distintos sectores, especialmente de quienes colocan los muertos y heridos en la lucha callejera, el dominio de minorías poderosas que imponen su voluntad a las mayorías, un modelo económico que no se toca, abusos de todo tipo y la corrupción creciente de la élite civil y militar. La consigna “No son 30 pesos, sino 30 años” denota el descontento acumulado no solo en dictadura, sino también en las tres décadas de democracia restringida.