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lunes, 25 de noviembre de 2019

“Andaban todos drogados”: El testimonio de una de las víctimas que denuncian torturas por parte de Carabineros en el toque de queda

Por: El Desconcierto / Publicado: 25.11.2019
La denuncia corresponde al caso de un hombre que fue golpeado brutalmente mientras todo era transmitido en vivo por la televisión en los primeros días del toque de queda, y en su relato revela qué le ocurrió en las horas siguientes a la golpiza y su posterior detención. Por ahora doce carabineros se encuentran siendo investigados por su rol en los hechos ocurridos aquella noche en Plaza Ñuñoa.
El pasado 21 de octubre a las 20:42, en toque de queda, un hombre identificado como M.O.C fue golpeado brutalmente por funcionarios de FFEE en plena transmisión en vivo del canal CHV.
Esto desembocó en que el 6 de noviembre el fiscal Manuel Guerra anunciara que por estos hechos 12 funcionarios serían formalizados por torturas, que resultaron en diversas lesiones para la víctima.
Trauma ocular cerrado izquierdo grave, trauma torácico cerrado izquierdo contuso, fracturas costales múltiples, fractura dental incisivo central izquierdo, luxación anterior del hombro izquierda reducida, fractura nasal izquierda”, fueron las lesiones constatadas por el Hospital del Salvador en aquella ocasión.

La agresión

En su declaración judicial la víctima explicó cómo ocurrieron los hechos desde su perspectiva, afirmando que esa jornada llegó a la Plaza Ñuñoa para sumarse a un cacerolazo que se desarrollaba, y que al llegar cerca de un piquete de FFEE, comenzó a grabar con su celular.
En ese contexto, recibió los primeros golpes. “Me metí bien dentro de ellos, creo que choqué de espaldas con un carabinero. Intempestivamente recibí una luma, creo que de fierro recubierta de goma. Ese golpe lo recibí en el costado izquierdo de mi cara, comencé a sangrar por mi ojo izquierdo y también por parte de la boca, por dentro, por las encías. De hecho después de las horas tenía el paladar lleno de sangre”, sostuvo.
Además de lumazos, ese día M.O.C. recibió una fuerte patada, que lo lanzó directamente al suelo. “Me dedico a esquivar los golpes de estos tipos hasta que siento una patada de uno de ellos que me da por la zona costal izquierda. Cuando recibo esa patada en las costillas creo que caí al suelo”, relató al respecto.
Como se observa en las imágenes, los carabineros que lo agreden en una primera instancia deciden simplemente dejarlo en el suelo, y no detenerlo ni preocuparse por su atención médica.

Adentro del furgón policial

Finalmente, luego de unos segundos de indecisión los carabineros que lo agreden deciden detenerlo.
El denunciante relata que tras los golpes “quedé desorientado. Pensé en arrancar, pero como estaban todos estos tipos ahí se me vino a la mente que me podían balear por la espalda, así que me quedé ahí. De repente uno me tomó, me retuvo y me metieron a una micro, es como una micro chica, más grande que una patrulla (…) Me subo como puedo a este vehículo, me senté en la pisadera y me arrastré hasta adentro, ellos nunca me ayudaron a subirme”.
Una vez en el interior del carro policial, “le pregunté a un tipo que parecía mayor si él estaba a cargo del procedimiento, me dijo que no. No andaban con los nombres en sus pechos”.
Andaban todos drogados, con las cuestiones típicas de la cocacaras rojas, ojos saltones, yo no les dije eso porque a lo mejor me agarraban una zandada de palos. Y empecé a asumir una actitud de adultos, porque son cabros entre 20 y 24 años. Les dije como 20 veces ‘ustedes están afinando mal la puntería, no puede ser que golpeen a las personas de esta manera brutal sin ningún motivo, no soy delincuente, ni ando haciendo desmán alguno’ y los carabineros andaban todos callados”, agregó el denunciante.
Tras unos veinte minutos, M.O.C dice que fue cambiado a otro carro, posiblemente militar. “Me cambiaron a un camión que yo creo de debe haber sido militar, cerrado, por el color té con leche que tenía en el interior, manejado por dos pacos adelante”, sostuvo.
Aquí el denunciante se refirió a una de las partes más terribles de su relato: el momento en el que les ruega a los carabineros que lo ayuden a recibir atención médica, afirmando que no los iba a denunciar si era necesario.
Yo les gritaba por ‘favor tírenme en cualquier parte, necesito atención médica’, estaba tan desesperado que les decía ‘no los denuncio pero déjenme en una posta, digo que me caí’. A lo que un paco me dice ‘ah, no vai a hacer la denuncia’ y yo le digo ‘no, llévenme a una posta’. Yo sentía que perdía mi ojo. Anduve como una hora o una hora y media dentro de esa cuestión. Y un paco me dijo ‘te vamos a llevar al Barros Luco’ y yo le dije ‘cómo, si eso está lejos, necesito atención médica’. Ahí hay otra cosa grave, negación de atención médica”, afirmó.
Finalmente, el denunciante fue atendido bajo custodia horas después en el Hospital del Salvador.

“Un acto reflejo”

Según la declaración del hermano del afectado, aquella noche, mientras la víctima era atendida en el hospital, el teniente Martín Blanc “reconoció la agresión realizada, se disculpó por las lesiones ocasionadas, señalando que no era parte de sus instrucciones y que no tenía control absoluto del comportamiento de su equipo”.
Incluso, “yo le indiqué que le iba a creer cuando en los tribunales señalara exactamente lo mismo, pues de otra forma no tenía cómo saber si las disculpas eran honestas o no”, dice su declaración.
Sin embargo, en el acta entregada por Carabineros el teniente que será formalizado junto a sus subordinados ahora niega su responsabilidad, y afirma que la brutal patada con la que derriba al afectado no fue “premeditada“, y fue por el contrario “un acto reflejo“.
“En ningún momento mi acción de levantar el pie con la finalidad de detenerlo fue premeditada, sino que fue realizada como acto reflejo, ya que en ese momento me encontraba mirando la turba de manifestantes que se encontraban a unos 50 metros en frente a nosotros”, declaró el oficial.
Aún más, a pesar de la existencia de las imágenes que dejan claro el tenor de las agresiones, el teniente agregó en su declaración que las heridas “no fueron resultado del accionar policial, sino que podrían haber ocurrido anteriormente a la detención”.

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