“Aquí queda claro que el señor Cardemil tenía
información privada de religiosos, extranjeros, víctimas de la represión
y abogados de derechos humanos que eran contrarios al régimen. Por
ello, debe darle un explicación al país y colaborar con la justicia”,
señaló.
La
publicación de supuestos vínculos entre Alberto Cardemil y la CNI
durante su periodo como subsecretario del Interior en el gobierno de
Augusto Pinochet generó un duro llamado del presidente de la comisión de
DDHH de la Cámara, Fidel Espinoza (PS), a que dé a conocer el paradero
de los detenidos desaparecidos.
El llamado del parlamentario se produce luego de que Cardemil definió como "un nuevo ataque político de la ultraizquierda" la publicación de estos vínculos y argumentó que busca es "dañar la imagen de un diputado usando las mismas falsedades de siempre, en este caso oficios comunes y corrientes intercambiados entre dos ministerios que no tienen absolutamente ninguna incorrección ni nada indebido".
Fue así como Espinoza pidió a Cardemil entregar "todos los antecedentes que tiene sobre el paradero de los detenidos desaparecidos, luego de que una investigación periodística señalara que el jefe de la bancada RN estaba encargado del análisis y distribución, en los órganos de inteligencia, de las fichas de los opositores a la dictadura de Pinochet".
"Aquí queda claro que el señor Cardemil tenía información privada de religiosos, extranjeros, víctimas de la represión y abogados de derechos humanos que eran contrarios al régimen. Por ello, debe darle un explicación al país y colaborar con la justicia", señaló.
Agregó que "estos documentos ratifican lo que muchos pensábamos, vale decir, que en Chile existió una práctica sistemática del terror y de amedrentamiento hacia los sectores opositores. Para ello, se utilizó el seguimiento de muchas personas, donde estaban involucradas personas al más alto nivel de la dictadura".
Según lo revelado por el libro "Asociación Ilícita, los archivos secretos de la dictadura", que será presentado en el Museo de la Memoria, existe un documento -el oficio secreto 1953, dirigido a Cancillería-, donde se ponen en evidencia los vínculos de Cardemil con los equipos de inteligencia.
En este contexto, Cardemil dijo que "son oficios normales entre dos ministerios sacados de contexto y a los que se les da una inserción en una intriga. Yo nunca he cometido delito o incorrección en el ejercicio de mis cargos públicos, incluido el de subsecretario del Interior".
"Anuncio desde ya que si hay injurias o calumnias contra mi persona, lo que analizarán los abogados en su momento, me voy a querellar", expresó.
Por su parte, el sociólogo y concejal por Ñuñoa, Manuel Guerrero, hijo del profesor del Colegio Latinoamericano que fue degollado por Carabineros en 1985, Manuel Guerrero Ceballos, pidió a Cardemil entregar antecedentes sobre el caso y que no siga el "mal ejemplo" de otras ex autoridades que se hicieron los "enfermos imaginarios".
"Sr. Cardemil, no siga el mal ejemplo de otras ex 'altas autoridades' que se hicieron los enfermos imaginarios, que decían no recordar, y jamás asumieron sus acciones u omisiones, dejando un pésimo ejemplo a las nuevas generaciones de militares y civiles. Sea, como lo señala la formalidad republicana de su cargo de diputado, honorable. Es todo cuanto le pido", exhortó Guerrero.
Mediante una carta abierta, Guerrero pregunta a Cardemil si "¿sabe usted algo adicional respecto a esta causa que no se conozca en tribunales?. Usted, que fue subsecretario del Interior entre 1984 y 1988, exactamente en la fecha en que se cometió el secuestro, tortura y posterior degollamiento de mi padre".
"Aprovechando la publicación de estos oficios secretos que llevan su firma, haga un ejercicio de introspección y colabore con la Justicia, y anime a sus entonces colegas que ocupaban cargos a también hacerlo", pidió.
La solicitud se basa no "solo en el caso de mi padre, sino en cientos de casos de ejecutados políticos y detenidos desparecidos. También creo que sería positivo para su propio sector político, la derecha, que no tendría por qué cargar por siempre con el estigma del terrorismo de Estado, si es que, como sector, diera pasos decididos a una cultura de los derechos humanos".
"Usted tiene una oportunidad histórica en sus manos: Puede convertirse en un ejemplo de ser humano y de autoridad política, y colaborar a sanar muchísimas heridas abiertas por decenas de años. Justicia, castigo y reparación es lo que Chile necesita para los casos de tortura, ejecución política y detenidos desaparecidos, que son crímenes de lesa humanidad", recalcó.
El llamado del parlamentario se produce luego de que Cardemil definió como "un nuevo ataque político de la ultraizquierda" la publicación de estos vínculos y argumentó que busca es "dañar la imagen de un diputado usando las mismas falsedades de siempre, en este caso oficios comunes y corrientes intercambiados entre dos ministerios que no tienen absolutamente ninguna incorrección ni nada indebido".
Fue así como Espinoza pidió a Cardemil entregar "todos los antecedentes que tiene sobre el paradero de los detenidos desaparecidos, luego de que una investigación periodística señalara que el jefe de la bancada RN estaba encargado del análisis y distribución, en los órganos de inteligencia, de las fichas de los opositores a la dictadura de Pinochet".
"Aquí queda claro que el señor Cardemil tenía información privada de religiosos, extranjeros, víctimas de la represión y abogados de derechos humanos que eran contrarios al régimen. Por ello, debe darle un explicación al país y colaborar con la justicia", señaló.
Agregó que "estos documentos ratifican lo que muchos pensábamos, vale decir, que en Chile existió una práctica sistemática del terror y de amedrentamiento hacia los sectores opositores. Para ello, se utilizó el seguimiento de muchas personas, donde estaban involucradas personas al más alto nivel de la dictadura".
Según lo revelado por el libro "Asociación Ilícita, los archivos secretos de la dictadura", que será presentado en el Museo de la Memoria, existe un documento -el oficio secreto 1953, dirigido a Cancillería-, donde se ponen en evidencia los vínculos de Cardemil con los equipos de inteligencia.
En este contexto, Cardemil dijo que "son oficios normales entre dos ministerios sacados de contexto y a los que se les da una inserción en una intriga. Yo nunca he cometido delito o incorrección en el ejercicio de mis cargos públicos, incluido el de subsecretario del Interior".
"Anuncio desde ya que si hay injurias o calumnias contra mi persona, lo que analizarán los abogados en su momento, me voy a querellar", expresó.
Por su parte, el sociólogo y concejal por Ñuñoa, Manuel Guerrero, hijo del profesor del Colegio Latinoamericano que fue degollado por Carabineros en 1985, Manuel Guerrero Ceballos, pidió a Cardemil entregar antecedentes sobre el caso y que no siga el "mal ejemplo" de otras ex autoridades que se hicieron los "enfermos imaginarios".
"Sr. Cardemil, no siga el mal ejemplo de otras ex 'altas autoridades' que se hicieron los enfermos imaginarios, que decían no recordar, y jamás asumieron sus acciones u omisiones, dejando un pésimo ejemplo a las nuevas generaciones de militares y civiles. Sea, como lo señala la formalidad republicana de su cargo de diputado, honorable. Es todo cuanto le pido", exhortó Guerrero.
Mediante una carta abierta, Guerrero pregunta a Cardemil si "¿sabe usted algo adicional respecto a esta causa que no se conozca en tribunales?. Usted, que fue subsecretario del Interior entre 1984 y 1988, exactamente en la fecha en que se cometió el secuestro, tortura y posterior degollamiento de mi padre".
"Aprovechando la publicación de estos oficios secretos que llevan su firma, haga un ejercicio de introspección y colabore con la Justicia, y anime a sus entonces colegas que ocupaban cargos a también hacerlo", pidió.
La solicitud se basa no "solo en el caso de mi padre, sino en cientos de casos de ejecutados políticos y detenidos desparecidos. También creo que sería positivo para su propio sector político, la derecha, que no tendría por qué cargar por siempre con el estigma del terrorismo de Estado, si es que, como sector, diera pasos decididos a una cultura de los derechos humanos".
"Usted tiene una oportunidad histórica en sus manos: Puede convertirse en un ejemplo de ser humano y de autoridad política, y colaborar a sanar muchísimas heridas abiertas por decenas de años. Justicia, castigo y reparación es lo que Chile necesita para los casos de tortura, ejecución política y detenidos desaparecidos, que son crímenes de lesa humanidad", recalcó.
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