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jueves, 9 de enero de 2014

Multisectorialidad: La estrategia de los movimientos sociales para el 2014

Por:  
vía Arístides Progulakisvía Arístides Progulakis
La creciente ola de movilizaciones de sectores de los trabajadores en el último tiempo tienen su principal apoyo en los estudiantes. La unión y articulación de demandas en conjunto toma cada vez más vuelo, ad portas del nuevo gobierno de Michelle Bachelet.


“Unidad en la lucha” es, por lejos, la frase que más se repite. Se dijo innumerables veces el 26 de junio pasado, en la paralización multisectorial que levantaron portuarios, trabajadores del cobre y estudiantes y se vuelve a repetir por estos días con el apoyo estudiantil a las demandas del nuevo paro portuario.
Desde que irrumpió el 2011,  el movimiento estudiantil ha ido modificando sus demandas. Partió con un petitorio de más becas y pase escolar todo el año. A los meses se  hablaba de gratuidad universal en la educación superior, financiada mediante una reforma tributaria.
Desde entonces, distintos sectores también se han organizado. Este 2013 estuvo marcado por las paralizaciones de sectores estratégicos como los portuarios a principios de año y luego el 26 de junio, cuando la Unión Portuaria de Chile, Siteco y CTC paralizaron sus faenas en apoyo a las demandas estudiantiles. A estos se les han sumado los sindicatos del mundo privado: Supermercados como Montserrat, Jumbo; tiendas como Zara, Ripley e incluso la multinacional Starbucks. Empresas del Estado como Correos de Chile y Asmar también se han hecho parte de la creciente ola de huelgas y paralizaciones. De acuerdo a las estadísticas de la Dirección del Trabajo, el número de sindicalización, negociación colectiva y huelgas efectivas va en claro aumento en los últimos años. La Fundación Sol también destaca la articulación y visibilización que adquirió el mundo sindical este 2013, siendo que en Chile solo el 8% de los trabajadores negocia colectivamente. En países como Uruguay, Bélgica o Suecia, la cifra supera el 90%.
Por su parte, desde la Confech toma cada vez más fuerza esta idea de la multisectorialidad –unión entre trabajadores y estudiantes- impulsada desde el Frente de Estudiantes Libertarios (FEL) y la Unión Nacional Estudiantil (UNE). Y ahora, con la llegada de la lista Luchar a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, esta estrategia toma más visibilidad que en años anteriores, aunque aseguran que la mayor articulación entre los distintos sectores responde a la apertura de un nuevo ciclo político que se inició con las movilizaciones estudiantiles del 2006.
Melissa Sepúlveda, presidenta de la Fech afirma que cada una de las movilizaciones de los últimos tiempos tienen un origen común: “Hemos planteado la unificación de los diversos sectores y el reconocimiento mutuo de las diferentes luchas que se han dado en el últimos años, en el seno del campo popular chileno. Hay que reconocer que cada uno de estos problemas tienen un origen común, que es la desigualdad que vivimos en Chile. A través de la construcción de este bloque multisectorial, vemos la posibilidad de potenciar la movilización, de potenciar la presión que podamos generar hacia el próximo gobierno y avanzar en demandas que ha venido posicionando el pueblo chileno”.

Demandas en conjunto

Educación gratuita, fin a las AFP, renacionalización del cobre, fin al multi-rut son parte de las demandas que han tomado los estudiantes en el último tiempo.
“Hay una clase trabajadora que después de la dictadura fue disminuida en organización. La multisectorialidad tiene que materializarse en cosas concretas, que pueden ser hitos de movilización como también encuentros entre trabajadores y estudiantes, esto sobre todo para que su organización vaya aumentando. Siempre las huelgas son ocultas y ahí desde el movimiento estudiantil podemos apoyar, articularnos con ellos, visibilizar los conflictos”, dice Takuri Tapia, presidente de la Federación de estudiantes de la U. de Santiago (Feusach).
Según cuentan los estudiantes, la multisectorialidad es una estrategia de ruptura, en la que se reconoce la centralidad de la clase trabajadora y su importancia en el proceso productivo del país. El papel de los jóvenes es precisamente ayudar y visibilizar los movimientos de los trabajadores. Por eso serían un agente dinamizador”, capaz de tomar otras luchas y hacerlas propias desde el rol de intelectualidad propio del sector, pero con el objetivo socializar el conocimiento. “Lo que se genera al interior de las casas de estudio tiene que ser un aporte para las diferentes luchas populares, ahí la misión los estudiantes de sentirse parte de la clase trabajadora, de apoyar las diferentes luchas que nos permitan desestabilizar la hegemonía del bloque dominante tanto en términos culturales como materiales”, señala Melissa Sepúlveda.
Incluso la idea ha llegado más allá de los sectores estudiantiles que originalmente la impulsaron.  Naschla Aburman, presidenta de la Feuc, reconoce que la unidad entre trabajadores y estudiantes es un consenso dentro de la Confech: “Más que marchas y actos de solidaridad por el otro, nosotros estamos juntos en esto, con los trabajadores, los profesores, con quienes quieran defender sus demandas. El movimiento estudiantil es hoy social, la lucha la vamos a dar juntos y esperamos que las reformas que vengan a nuestro país se hagan con todos y eso incluye a más personas que los estudiantes”. Sergio Vargas, vocero de la Unión Portuaria, asegura que los trabajadores tienen una deuda con los estudiantes. “Nosotros mandamos a los cabros chicos a demandar educación gratuita, algo que nos correspondía a nosotros. Yo se los dije a los estudiantes en una reunión, que no esperen que los trabajadores salgan a luchar por ustedes, los trabajadores están acostumbrados a reivindicaciones propias”.

“No existen las fuerzas”

Pese a las intenciones de unir fuerzas entre movimientos sociales, no deja de ser una preocupación dentro del mundo estudiantil el hecho de que gran parte de las reivindicaciones levantadas desde el mundo laboral en el último tiempo han sido propias del sector correspondiente. Todas apuntan a una mejora salarial, que gran parte de las veces es concedida, y no a un cambio político, como lo sería el fin a la subcontratación o la sindicalización automática.
Para el sociólogo Alberto Mayol la unión entre trabajadores y estudiantes permite “la configuración de un sujeto político más interesante”, pero considera que la multisectorialidad no debería ser la estrategia central del movimiento estudiantil: Hoy Chile está limitado por el tema de la sindicalización, al no haber una masa sindical fuerte, difícil que sea muy relevante. La estrategia debiera estar en salir de los discursos gremiales. El triunfo del movimiento estudiantil en 2011 en términos culturales anunció la capacidad de tener un discurso político y no gremial, y eso hay que cuidarlo independiente de los grupos que se sumen”.
Mayol agrega que “el movimiento de trabajadores le da potencia en términos de generar impacto económico en las movilizaciones sociales, pero aparte de eso no hay que sobre dimensionar la importancia que tengan en términos políticos, porque al contrario, gran parte de la tendencia de los trabajadores es al reformismo y no a la gran transformación”.
Según el sociólogo, esto abre la posibilidad a que los estudiantes sufran derrotas importantes debido a las agendas paralelas.
Otro grupo que ve con cautela esta estrategia es la Izquierda Autónoma, que tuvo la conducción de la Fech los últimos dos años. Gabriel Boric, presidente de la Fech en 2012 y diputado electo por Magallanes reconoce que es deseable, pero “hoy día todavía hace falta mayor articulación y reconstrucción del tejido social para hablar de multisectorialidad propiamente tal. A mí no me cabe duda de que hay que apuntar hacia una unidad entre trabajadores y estudiantes a largo plazo, pero hoy el movimiento estudiantil como tal es una fuerza en constitución, todavía no existe cohesión política que permita al movimiento tener unidad en el tiempo. Por lo que pretender dar un salto y hablar de una multisectorialidad propiamente tal, donde se constituye fuerza de estudiantes y trabajadores, me parece que hoy día no existen las fuerzas”.
Sin embargo, Boric reconoce que desde el mundo laboral se ha avanzado “hacia una conciencia de clase más fuerte, de no seguir en la onda peticionista y denunciativa que ha dominado la escena sindical en Chile”. Pero agrega que la principal condición es que la unión entre trabajadores y estudiantes sea más política que social. “Muchas veces se asume la solidaridad entre ambos como ‘yo apoyo tus demandas, tu apoya las mías’, el tema es cómo lograr que demandas sean políticas y, por lo tanto, sean las mismas. De nada sirve marchar con la CUT para apoyar reajuste 8% y después trabajadores marchen con estudiantes para terminar con el CAE, sino más bien lograr una convergencia programática de largo plazo, hacia el cambio en el carácter del Estado mismo. Y eso no es algo que va a suceder por participar juntos en una marcha, tiene que ver con proceso de creación de confianzas políticas, de mucha discusión, son procesos lentos”.

Sectores estratégicos

Jorge Peña, presidente del Siteco -sindicato que reúne a trabajadores contratistas y subcontratistas de la minería- asegura que están conscientes de que la fuerza sindical en Chile es incipiente y que por eso han decidido trabajar con ciertos sectores como los portuarios, forestales, mineros o salmoneros. Esos son fundamentales para la economía, por lo que son trabajadores capaces de poner en jaque el modelo. Y organizaciones como el propio Siteco, la Unión Portuaria y la CTC son las que han avanzado en organización y articulación.
“Los otros (sectores del comercio y del retail), si bien se están movilizando, no tienen mucha tradición ni experiencia de lucha. No es que sean peores, pero tienen que pasar por una etapa de validarse como organización, obtener esas pequeñas conquistas para a partir de eso ir convenciendo a sus bases de que hay que luchar por cuestiones más políticas”, señala Peña. También asegura que el avance de la demanda económica a la política es fundamental. “Como subcontratistas del cobre tenemos demandas particulares y hemos avanzado en concretarlas, pero tenemos demandas políticas como el fin a las AFP y la renacionalización del cobre, que nos une con mineros privados, por ejemplo. Hay harta disposición de todos los sectores a elaborar un programa en conjunto”.
La particular situación de la Unión Portuaria es tomada como ejemplo. Puertos de todo el país están paralizados en solidaridad al conflicto particular que mantienen los trabajadores en Mejillones y San Antonio con sus respectivas empresas. En Mejillones, por ejemplo, los portuarios buscan el reconocimiento de los trabajadores eventuales en la negociación colectiva, lo que ha transformado en una demanda nacional por la libertad sindical.

Nuevos hitos multisectoriales

Jorge Peña asegura que el último 26 de junio fue un ensayo, y que se vendrán más movilizaciones de ese estilo en 2014. “Ojalá 2 ó 3 veces en el año se paralicen todos los puertos y las minas”, afirma.
Estas movilizaciones serían en paralelo a lo que haga la Central Unitaria de Trabajadores, que habría rechazado ser parte del último hito multisectorial por tener una agenda paralela. Takuri Tapia señala que hay una crítica muy grande a la labor de la CUT, pues asegura que negocian las huelgas a nivel de cúpulas. “La institucionalidad no da el ancho para resolver estas temáticas. Hoy las demandas de estudiantes, trabajadores y pobladores solo se logra con la movilización”, afirma el presidente de la Feusach.
Peña considera que este proceso de movilización -que tiene que sumar a los movimientos regionales como Freirina y Aysén- va a ser liderado por los estudiantes, porque ellos tienen la legitimidad de la ciudadanía. “Son los estudiantes los que tienen que sacar a la calle a los trabajadores. Ellos tienen legitimidad y apoyo, son los que tienen la batuta y llamar a unirse a todos los sectores sociales. No va a ser la CUT ni un sindicato en particular, van a ser los estudiantes”, asegura Jorge Peña.

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