Vistas de página en total

viernes, 9 de enero de 2015

Complejo clima interno tras la peor semana de la presidencia de Ernesto Silva

La directiva de la UDI se atrinchera y el poder de Jovino Novoa agoniza

La mesa tiene la huella digital de Novoa. El timonel Ernesto Silva es el delfín político del “coronel”, pero a la vez está emparentado con Délano. En este escenario, los dirigentes de la colectividad ayer optaron públicamente por atrincherarse en la cuestionada estrategia del empate político, tratando de esquivar la compleja situación poniendo el acento una vez más en la situación del ministro DC de Obras Públicas, Alberto Undurraga.
jovsilva

“Vamos a hablar del Caso Penta, pero no hay buenas noticias… la cosa viene peor”. Así partió Ernesto Silva el Consejo Regional de ayer del gremialismo. Es que ni el mejor libretista se habría aventurado en narrar el oscuro momento político que atraviesa el partido de Jaime Guzmán. No solo porque figuras emblemáticas del partido están en las cuerdas por el financiamiento irregular de sus campañas, como la senadora Ena Von Baer, sino que, además, porque uno de los otrora hombres más fuertes de la colectividad, Jovino Novoa, vive la agonía de poder interno como consecuencia directa de los avances de la investigación judicial de la arista política del caso Penta.
Los dueños del holding, Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano, tomaron la iniciativa esta semana, después que se liberara el secreto de la carpeta de investigación y fueron a declarar ante el fiscal Carlos Gajardo. La estrecha relación de Délano con Novoa no sirvió de nada para evitar que el empresario reconociera el pago de platas políticas al “coronel” de la UDI por un monto de 25 millones de pesos, pese a que este no estaba en campaña, y que coincide con el rol fáctico de conseguir financiamiento para las campañas del partido y repartirlo a discreción.

Este es un muy mal momento para el ex senador, pues pese a problemas de salud, en sus planes estaba ser nombrado en el Tribunal Constitucional. Pero se atravesó el caso Penta, lo que eliminó cualquier posibilidad de ser siquiera considerado, al punto que –afirmaron– no tuvo ninguna injerencia en la decisión de instalar ahí al abogado gremialista, Cristián Letelier. Un episodio que refleja su pérdida de poder interno.
Solo horas después que se conociera públicamente el tenor de la declaración de Délano, que demuestra el quiebre de lealtades con Novoa, el estudio de abogados Guerrero y Olivos anunció con un comunicado que el ex senador se retiraba de dicho bufete, al que perteneció toda la vida, con el argumento que hacía uso del derecho de los socios de retirarse al cumplir 70 años. Fuentes del gremialismo señalan que también debería dejar la presidencia de la Fundación Jaime Guzmán, pues esta es una institución muy sentida para el gremialismo y no debería verse salpicada por el escándalo.
La mesa directiva de la UDI tiene la huella digital de Novoa. El timonel Ernesto Silva es el delfín político del “coronel”, pero a la vez está emparentado con Délano. En este escenario, los dirigentes de la colectividad ayer optaron públicamente por atrincherarse en la cuestionada estrategia del empate político, tratando de esquivar la compleja situación poniendo el acento, una vez más, en la situación del ministro DC de Obras Públicas, Alberto Undurraga, de quien Délano dijo que Penta le compró un estudio que no necesitaban para que pagara deudas de campaña.
“Se trata de antecedentes y declaraciones que reconocen irregularidades y dan constancia de irregularidades en el financiamiento de campañas políticas. Esa sorpresa no se trata ni de teoría del empate, ni de jugar en este sentido a la lógica de buscar antecedentes adicionales, sino que simplemente se trata de un doble estándar, un estándar que esperamos que sea único (…) la Presidenta Bachelet hace dos días, al respaldar al ministro Undurraga, dijo que ella tenía todos los antecedentes, la pregunta es si tenía estos nuevos antecedentes que dan cuenta de esta situación”, dijo el secretario general de la UDI, Javier Macaya, en la tarde de ayer.
El miércoles en el seno del partido se había resuelto seguir adelante con la estrategia del empate, a pesar de las críticas internas que el manejo de la mesa ha generado en la colectividad, ya que no todos comparten este libreto –en el que desde la sombras Darío Paya tendría una responsabilidad no menor– de negar, desviar el foco, aplicar la lógica del empate y bajar el perfil. El edil UDI de La Florida, Rodolfo Carter, en entrevista con CNN, dijo ayer que “hemos sido demasiado lentos para poner la cara y pedir disculpas (…) es verdad que esto pasa en todos lados, pero nos pillaron a nosotros (…) he planteado internamente que esto no da para más. Debimos haber reaccionado ayer (…) tenemos el síndrome del Titanic, hemos chocado contra un iceberg”, declaraciones que están en la misma línea que las que expresó públicamente un día antes el senador del partido y ex candidato a presidir la colectividad, Víctor Pérez.
Por lejos esta ha sido la peor semana para el gremialismo en años. No solo por las revelaciones del Pentagate que han golpeado a diario a la UDI –la mentira de la senadora Ena von Baer y el reconocimiento de Laurence Golborne de haber recibido 120 millones del holding– sino que además por la ruptura interna que esto ha provocado en la otrora férrea cohesión con que este partido enfrentaba las públicas turbulencias.

Presión soterrada

La agonía del poder político de Novoa inevitablemente rebota en Silva y las críticas internas a su manejo de la crisis han dejado a la mesa directiva en una delicada posición, más aún después que en esta misma semana, el martes, el diputado por Las Condes tuviera su propio infierno con el mail de Lavín abogando por hacer algo en la Ley de Isapres. El timonel dijo ayer que “el partido ha actuado con unidad”, pero la realidad es otra, porque el clima interno en el gremialismo dista mucho –aseguran– de aquella tienda ordenada, disciplinada y homogénea que caracterizó el periodo de esplendor político del partido.
La prueba  de ello está en que dirigentes de base y regionales están presionando internamente para que se convoque a un Consejo Directivo Ampliado Extraordinario para analizar toda la situación gatillada por el caso Penta. Otros personeros califican el clima interno como de perplejidad y desorientación.
Pero además y aunque muchos tratan de bajar el perfil al punto, soterradamente –afirman– se está instalando el cuestionamiento a la continuidad de la mesa directiva de Silva.
La presión por cambiar a Silva está ahí, latente, pero no hay claridad aún de una alternativa concreta. Dicen que dirigentes de base, de regiones y nacionales están “golpeando la puerta” a los coroneles del partido. Entiéndase que a estas alturas, considerando que Novoa es uno de los más afectados con el caso Penta y que Pablo Longueira está fuera de la contingencia, apuntan al ex ministro Andrés Chadwick  y a Juan Antonio Coloma. También suena el senador Víctor Pérez. Otros sin embargo señalan que Chadwick, por su extrema cercanía a Piñera, se encuentra alejado del corazón de la colectividad. Pero cercanos a Silva manifiestan que ningún coronel podría asumir en este escenario, pues “inventaron el mecanismo de las boletas cuando Ernesto estaba en el colegio”.
Incluso, ha circulado el nombre del edil de Las Condes, Francisco de la Maza, como una posibilidad y alternativa de unidad.
En la UDI explican que, independientemente del desfile de nombres, ninguno de los mencionados está muy dispuesto en estos momentos a asumir “el fierro caliente” que representa hoy el partido, pero también porque “los coroneles” que aún quedan en servicio activo, se caracterizan por manejar mejor los tiempos políticos y saben –agregaron cercanos a ellos– esperar el mejor momento, que claramente “no es este”, en plena tormenta de Penta, ya que solo ahondaría el escenario de crisis y “no serviría de mucho”. Por eso algunos hablan de que habría que dejar que Silva cumpla al menos un año dirigiendo la tienda.
Las dudas sobre la continuidad de la actual directiva tienen un efecto más profundo que el solo cambio de timonel. Si cae Silva, explicaron, es el fracaso del llamado “recambio generacional” que supuestamente encarna su mandato y significaría que esta apuesta no fue solo un paréntesis en el partido sino que, asimismo, el más amargo.

Trastienda

Como si no tuviera bastantes problemas Silva, capítulo aparte es el episodio de la pública tirada del mantel que hizo el senador Iván Moreira el miércoles, cuando asumió su responsabilidad y reconoció que obtuvo financiamiento irregular desde Penta, pero lo más demoledor fue la frase en que afirmó que “no soy de aquellos que para evadir sus responsabilidades optan por culpar a otros o se escudan en el argumento de que se trata de prácticas generalizadas. Cuando uno se equivoca no cabe la teoría del empate”.
La dirigencia UDI ha insistido en que estaban avisados previamente de lo que diría Moreira, tratando de mantener la idea de cohesión interna, pero lo cierto es que en el partido reconocen que quedaron totalmente golpeados y en shock, porque solo sabían que asumiría su responsabilidad en términos personales, pero no estaban enterados ni menos se esperaban que dinamitara la estrategia comunicacional que ha asumido la mesa directiva, de la cual el senador es parte.
Dicen que Moreira hizo lo que hizo porque en el fondo la directiva “lo dejó solo”, no se jugaron por él como sí lo han hecho por otras figuras del partido, y que son de la “casta” privilegiada del gremialismo. Algo que es evidente si se observa que la senadora Von Baer se comunicaba directo con Délano para efectos de platas, mientras que Moreira era remitido al gerente Hugo Bravo.
De esa situación de estar dejando solo a Moreira se advirtió internamente varias veces, pero los dirigentes hicieron oídos sordos, apostando a que por su condición de miembro de la directiva jamás haría una cosa así.
Explican que a raíz del peso de las pruebas cuando se libera la carpeta de la investigación y aparecen los mails de Moreira, Von Baer y otros pidiendo plata a Penta, las señales públicas de la mesa apuntaron a defensas individuales de los involucrados, lo que hizo que el senador se decidiera a hablar, de lo que avisó a algunos el mismo miércoles, unas tres horas antes de su conferencia de prensa.
Dicen en el partido que la directiva de Silva no quiere asumir que se han equivocado y que esta crisis los “sobrepasó”. Uno de los principales argumentos de su estado mayor es el de que judicialmente no hay dolo y por eso están apostando a la estrategia de apretar los dientes y pasar como sea el chaparrón. Por estos días, el timonel trata de generar apoyo interno, al menos en la bancada de diputados donde está su fuerte, ya que entre los senadores ha sido evidente cómo reina el silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores