Vistas de página en total

viernes, 5 de junio de 2015

Subsecretario había dado ultimátum a la institución por orden de la Presidenta

Aleuy debilitado tras gallito de poder entre Carabineros y La Moneda por Caso Avilés

Es el que lleva el diálogo cotidiano con Carabineros, canaliza las demandas de la institución, tiene la tarea diaria y no fácil de equilibrar, por una parte, que la policía uniformada se sienta bien tratada por el poder civil y, por otra, que se entienda y se someta a la dependencia directa del Gobierno, a través del Ministerio del Interior. En ese contexto, recalcaron que sabe que lo van a golpear de una vereda o la otra y que lo sucedido esta semana responde a eso.

Si la semana pasada fue el error político de calificar como “un hecho fortuito” la agresión que dejó a Rodrigo Avilés en extrema gravedad, estos días el foco de todas las críticas nuevamente se dirigió contra el ministro del Interior (s), Mahmud Aleuy, luego del ultimátum que dio a Carabineros para determinar a los responsables y que llevó al vicepresidente, Jorge Burgos, a inclinarse públicamente por recalcar el “respaldo absoluto” de La Moneda a la labor de la policía uniformada, ante la soterrada pero creciente molestia que impera en las filas de la institución, duramente cuestionada por la excesiva represión en las manifestaciones, que derivó en el dramático estado de salud en que se encuentra desde el 21 de mayo el joven estudiante.
“El respaldo a la acción de Carabineros de Chile en sus funciones constitucionales, que son ni más ni menos que dar eficacia al derecho, garantizar el orden público y la seguridad interior del país, es un respaldo absoluto (…) el Gobierno de Chile respalda a cabalidad el trabajo que la ley, la Constitución, el ordenamiento jurídico, el Estado de Derecho les otorga a las instituciones policiales”, sentenció Burgos, quien se encuentra cumpliendo funciones de vicepresidente de la República, debido a que la Mandataria Michelle Bachelet se encuentra de gira por Europa.
Pero Burgos fue más allá. A pesar de que Aleuy el martes había dicho claramente que Carabineros tenía 24 horas para determinar a los responsables del caso Avilés, el vicepresidente precisó ayer que “las responsabilidades que puedan corresponder en la investigación interna sumarial provienen de la investigación sumarial, no de una petición”.
Las palabras de Burgos fueron vistas y leídas como una evidente quitada de piso a Aleuy. En La Moneda asumían que no se podía desconocer que efectivamente fueron un golpe a la autoridad socialista, pero pusieron el acento en que no responde a un quiebre entre ambos personeros, sino que más bien al hecho de que el vicepresidente “no podía hacer otra cosa públicamente” ante la fuerte tensión que hay en estos momentos con Carabineros, más aún después del gallito que la institución hizo ayer al Gobierno.
No hay que olvidar que efectivamente Carabineros hizo llegar un informe a La Moneda antes del plazo de las 24 horas que les había dado Aleuy, pero el contenido del documento estaba lejos de lo solicitado por el Gobierno: no había responsabilidades establecidas y se aludía a los plazos administrativos internos de la institución para zanjar estos temas.
Fue un abierto gallito con el Gobierno el que hizo la policía uniformada. En privado en el Ejecutivo no lo desmintieron, es más, se habló que el gesto incluso coqueteó con la insubordinación, que fue nítida e inapelable la expresión de la molestia con Aleuy por ponerlos entre la espada y la pared, como también por sentirse cuestionada ante la opinión pública en forma permanente. “Están muy, muy enojados y el ultimátum aumentó la tensión”, explicó un alto asesor de Palacio.
Es más, se suponía que el miércoles en la tarde el director general de Carabineros, Gustavo Gonzalez Jure, se reuniría con Burgos y Aleuy para discutir el informe y, posteriormente, La Moneda haría un pronunciamiento oficial. Pero la reunión jamás se concretó y el Gobierno mantuvo un estricto silencio hasta que ayer en la mañana salió el vicepresidente a poner el acento en el respaldo absoluto de la administración bacheletista a la política uniformada.
Mientras Burgos hablaba ayer en el patio de Los Naranjos, Aleuy se encontraba en Atacama, en un viaje relámpago, para monitorear in situ una serie de reuniones sobre el avance de la reconstrucción en esa zona tras el aluvión. En Palacio dijeron que así como el vicepresidente no tenía otra opción en términos públicos, el ministro (s) “entiende” los gestos que hay que hacer, la importancia de poner paños fríos para bajar los niveles de tensión.
En el Gobierno recalcan una y otra vez que Carabineros tiene una particular forma de hacer sentir su molestia. El informe fue una, pero no la única ni la primera en el marco del caso Avilés. El jueves pasado, se vio y fue comentario la evidencia de una “policía contenida”, que se mantuvo con “los brazos abajo” durante las tres manifestaciones que se desarrollaron ese día para reclamar, precisamente, contra el exceso de represión y en pro de la recuperación del joven estudiante.
“Cuando se cuestiona a Carabineros ellos siempre dejan claro lo que pasa cuando no actúan, anoche lo demostraron, mientras se saqueaban farmacias y bancos”, explicaban al término de la semana pasada en la propia Moneda.
Un dato no menor, que se sabe y se ha escuchado esta semana, y que Carabineros ha dejado traslucir en privado, es el hecho de que son ellos la institución mejor evaluada por la ciudadanía y es el mundo político el que hoy está cuestionado.

LA TRASTIENDA

Desde el entorno del ministro (s) Aleuy señalan que no está debilitado, que tampoco se manda solo y que si públicamente salió a dar un ultimátum a Carabineros, fue por una razón clara y contundente. Altas fuentes de La Moneda confirman que se hizo por orden expresa y directa de la Presidenta Bachelet, luego de que la semana pasada se conociera un video donde quedó en evidencia la responsabilidad de la institución en las lesiones que tienen en extrema gravedad a Rodrigo Avilés.
“Así como le ordenaron salir y disculparse públicamente con la familia cuando se equivocó y habló de un hecho fortuito, también se le dijo que debía exigir responsabilidades ahora”, explicaron en Palacio.
Este caso es delicado para el Gobierno, porque en un momento complejo, con las encuestas en contra y la crisis de credibilidad en alza, le abre un flanco de conflicto inesperado. Por una parte, pone en el tapete las críticas a la represión policial, que siempre son incómodas para una administración de centro izquierda. Por otra, la agresión a Avilés ha exacerbado el clima social y, además, la familia del joven estudiante es considerada “uno de los propios”, son personas con una larga vinculación política con el mundo progresista, la defensa de los derechos humanos, lo que hace aún más espinudo el manejo de todas las sensibilidades involucradas en este capítulo.
En La Moneda dijeron que Burgos igual usó guante blanco con Aleuy, que amortiguó el golpe al valorar su labor como enlace cotidiano con la policía uniformada: “Cumple un rol, déjeme decirle, muy importante en la coordinación permanente con Carabineros y las policías; yo descanso mucho en esa coordinación responsable y precisa que realiza, para mí es muy importante la colaboración que realiza desde su cargo el señor subsecretario”.
Agregaron que este no es el escenario de conflictos y divisiones que se vivieron en el Ministerio del Interior cuando las riendas de esa cartera las llevaba Rodrigo Peñailillo, que escalaron al punto que al patio de Los Canelos –donde se encuentran las oficinas de esa repartición– se le llamó irónicamente Kosovo, para graficar el nivel de fuego cruzado que había entonces.
Aleuy es el que lleva el diálogo cotidiano con Carabineros, canaliza las demandas de la institución, tiene la tarea diaria y no fácil de equilibrar, por una parte, que la policía uniformada se sienta bien tratada por el poder civil y, por otra, que se entienda y se someta a la dependencia directa del Gobierno, a través del Ministerio del Interior. En ese contexto, recalcaron que sabe que lo van a golpear de una vereda o la otra y que lo sucedido esta semana responde a eso.
La derecha no ha tomado palco. En La Moneda precisaron ayer que estaban al tanto de que desde Carabineros se hicieron gestiones con la UDI para obtener apoyo público y así obtener respaldo a la molestia interna, lo que explica la performance del miércoles en Valparaíso, donde un grupo de diputados gremialistas desplegó un lienzo en apoyo a la policía uniformada.
“La señal que está dando el Gobierno a través del subsecretario Aleuy, de criminalizar la labor policial, demuestra claramente que este es el mundo al revés”, declaró el diputado gremialista Gustavo Hasbún, quien ha actuado de punta de lanza de la derecha más reaccionaria e impermeable al tema de los DD.HH.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores