Organismos de derechos humanos, políticos y grupos sociales repudiaron las amenazas contra la presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, ante lo cual el gobierno de Alberto Fernández ordenó reforzar la custodia policial e investigar los hechos, condenando cualquier tipo de violencia.
La primera amenaza la recibió a las dos de la mañana del sábado pasado, cuando tocaron el portero eléctrico de su casa en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, y la segunda, tres horas después por teléfono. En ambos casos repitieron la misma frase:
para que te calles te vamos a matar, pero las voces fueron distintas.
Abrazamos a Hebe, sostuvo la ministra de Seguridad Nacional, Sabina Frederic, quien se mostró preocupada, ya que la persona que la amenazó primero llegó hasta la puerta de la casa, tras cruzar el portón de acceso, a pesar de que debía estar un agente de custodio.
Rechazamos cualquier tipo de violencia. Caminamos con las Madres siempre, recordó Frederic.
Este es uno más en la serie de mensajes de los últimos tiempos, con la pintada dos veces, una en negro y otra en rojo, de los pañuelos blancos dibujados en baldosas de la Plaza de Mayo como símbolo. Además, entre otros sucesos, la semana pasada destrozaron un busto del fallecido escritor y periodista Osvaldo Bayer en una localidad de la provincia de Entre Ríos. A éstos se añaden las denuncias sobre varios actos de violencia policial en esta capital, las provincias de Buenos Aires, Tucumán y otras.
En esta situación el diputado nacional del opositor Juntos por el Cambio, Fernando Iglesias, famoso por la virulencia de sus discursos, publicó en Twitter un mensaje en el cual se leía:
es hora de guardar las cacerolas, y abajo la imagen de un rifle, que había reproducido del envío de un seguidor, que estaba dirigido a los dirigentes sindicales Hugo y Pablo Moyano.
Esta situación es estimulada por la violencia del mensaje de odio de los medios aliados a esta oposición y de los manifestantes anticuarentena, muy reducidas, pero que expresan lo mismo y que en las últimas marchas atacaron y golpearon a periodistas.
Durante el pasado gobierno de Mauricio Macri hubo un cambio muy fuerte en las fuerzas de seguridad, policía, gendarmería y prefectura bajo el control de la entonces ministra de Seguridad Patricia Bullrich, quien defendió las represiones a manifestantes en esta capital, secuestros, muertes y desapariciones como la del artesano Santiago Maldonado en 2017.
Asimismo facultó a las fuerzas policiales a actuar, sin tener que esperar una orden judicial, defendiendo a los policías del
gatillo fácily en un giro de 180 grados sobre las políticas de seguridad de los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner se firmaron acuerdos en esta temática y militares que implicaban enviar miembros de esos organismos a entrenarse en el exterior y contratando asesores tanto de Estados Unidos como de Israel.
También se firmaron acuerdos con el Comando Sur que violan la soberanía, abandonando proyectos como la creación de un Consejo de Defensa Latinoamericano, y dictaminando que los militares regresaban al control del conflicto interno.
En este último caso el presidente Alberto Fernández restableció la política de defensa nacional lograda por la sociedad argentina desde el regreso de la democracia.
Esta decisión hizo justicia no sólo con la historia reciente de nuestro país, sino también reafirmó la relevancia de la defensa en los escenarios futuros que atravesará Argentina, sostuvo el analista Juan Calvo.
Fuente: La Jornada
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