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sábado, 22 de mayo de 2010

El cáncer consume a los más grandes represores de la dictadura. Odlanier Mena, Álvaro Corbalán, Manuel Contreras y Carlos Herrera están presos y aquejados de esta enfermedad:"Da lo mismo como me sienta" dice ex jefe de la CNI. Familiares de desaparecidos:"No se liberan de su responsabilidad"

Fuente Cambio 21

Una enfermedad como es el cáncer vuelve a unir a cuatro de los más grandes represores de la dictadura de Augusto Pinochet. Paradojalmente el general (R) Odlanier Mena, ex Director de la Central Nacional de Informaciones, CNI; el mayor (R), ex jefe operativo de la misma CNI, Álvaro Corbalán; el general (R) y ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional, DINA, Manuel Contreras y el mayor (R) jefe de unidades operativas de la DINA y CNI, Carlos Herrera, se encuentran encarcelados por crímenes y violaciones a los derechos humanos y deben de luchar contra este mal. Los cuatro integraron el Ejército.

Este jueves fue dado de alta desde el Hospital Militar Álvaro Corbalán, luego de permanecer durante dos semanas internado, tras una compleja operación a la tiroides.

Corbalán debió regresar a la cárcel Punta Peuco donde se encuentra recluido desde el año 2000 por su responsabilidad en sangrientos crímenes en la dictadura, como el asesinato del carpintero Juan Alegría Mundaca, de los 12 frentistas de la Operación Albania o Corpus Christi y del periodista editor de Revista Análisis José Carrasco.


En las últimas semanas, sus abogados han presentado recursos de amparo para optar a rebajas de sus penas por las malas condiciones de salud. Sobre estas acciones legales, el ministro de Justicia, Felipe Bulnes, manifestó que los tribunales de justicia deben zanjar estos reclamos de manera independiente.

Este jueves, el periodista de nuestro medio, Cambio21, Alfredo Peña se contactó con Corbalán y este es el relato de la conversación teléfonica que tuvo nuestro reportero con el ex jefe operativo de la CNI:

En nuestra habitual reunión de pauta, a nuestro jefe se le ocurrió entrevistar al abogado del ex agente de la policia secreta de Pinochet Alvaro Corbalán, para saber el estado de salud de uno de los más grandes represores de la dictadura.

Teníamos información que señalaba que padecía de un grave cáncer a la tiroides y que,

incluso, otros versiones señalaban que estaba quedando ciego del ojo izquierdo producto de éste y otros males.

Corbalán -que llegó a ser el jefe operativo de la CNI-, la continuadora de la DINA, está enfermo e internado hace más de quince días en el Hospital Militar de La Reina.

No pude encontrar al abogado de Corbalán. Así es que hice la más fácil y obvia y que está en todos los manuales de las escuelas de periodismo: ¡llamé al hospital!

Me salió la operadora:

"Señorita: podría hablar con algún familiar de Alvaro Corbalán Castilla", pregunto.

"A ver...dejéme ver...parece que don Alvaro se fue esta mañana de alta"...

La operadora pregunta a otra funcionaria y le consulta por Corbalán:


"No, no se ha ido todavía", dice la otra amable funcionaria teléfonica.

"A ver señor...capaz que le conteste él...está o estaba en la habitación 709...lo voy a comunicar..."

"Si, diga", resuena una voz cansada al otro lado de la línea...

"¿Señor Corbalán?, pregunto,

"Sí..dígame", me responde.

Ahí me identifico y le digo que soy periodista y que quería pedirle una entrevista...


"Le agradezco su preocupación -dice amable y con voz tenue-, pero no doy entrevistas a nadie (sube la voz)".

Pregunto igual: "Sabe, una consulta: ¿va a ser dado de alta? ¿cómo se encuentra?"

"Sí, me voy de aquí, pero sabe una cosa: Da lo mismo como me sienta... y le reitero...no doy entrevistas hace años", responde con más fuerza...

Intento por los laterales (como dice Bielsa): "Oiga, pero sólo queríamos saber de su cáncer y el estado en que se encuentra usted..."

"Mire. Le reitero...da lo mismo como esté de salud (con voz más débil)".

Sigo con mi trabajo, que para eso me pagan. Le señalo que somos un medio independiente y que incluso habíamos entrevistado hace un año en la misma cárcel al general retirado Manuel Contreras.

"Qué bien que hayan entrevistado a ese señor", siento que lo dice con enojo e ironía.


Me habían hablado de la indignación de oficiales del Ejército, de coroneles para abajo que habían "trabajado" como represores o "haciendo el trabajo sucio", que plantean la denominada "obediencia debida" y que los generales no han asumido los costos de los años de cárcel que llevan.

Vuelvo a la carga: "Y si le pido una entrevista formal y voy a Punta Peuco donde está usted preso y hago todos los trámites ante Gendarmería y los jueces que llevan sus procesos..."

"Mire (me interrumpe con tono amable), yo le agradezco su preocupación. Me han pedido entrevistas de la CNN, de la BBC, de Italia, de todos los medios de comunicación y no he dado ninguna entrevista", me dice.

"¿Y porqué no da entrevistas?", sigo hinchándolo...


"¿Sabe por qué? No es mi tiempo. Por ahora quiero pasar lo más inadvertido posible. Le repito: No es mi tiempo, por eso no doy entrevistas", reitera el mayor en retiro que alegraba las noches del Festival de Viña del Mar durante la dictadura. En esa época era conocido por su afán farandulero, donde le colgaron varios romances, incluído uno con la hermosa vedette española Maripepa Nieto.

Ahora no entro por los laterales. Por el centro del campo:

"¿Se va de alta..? ¿a la cárcel?"...

"Señor, le agradezco su preocupación. Hasta pronto", me responde con voz cansada o aburrido de responderle a un tipo que no conoce y que lo ha estado "hinchando" durante cinco minutos de su vida, con una enfermedad que habitualmente tiene mal pronóstico. Y cinco minutos de vida en esos estados es como una eternidad....


Odlanier Mena Salinas: Cáncer a la próstata

Odlanier Mena Salinas, ex jefe de la Central Nacional de Informaciones (CNI), la policía secreta de Pinochet, que reemplazó a la DINA, fue condenado en enero de 2009 a seis años de presidio por su participación en el asesinato de Oscar Ripoll, Julio Valenzuela y Manuel Donoso, tres personas que fueron ejecutadas en 1973, durante el paso por Arica de la llamada Caravana de la Muerte.

Mena era el único otrora jefe de los servicios de seguridad de la dictadura, que no había sido sentenciado.

Hoy Mena, de 83 años, permanece recluido en la Cárcel Cordillera de Peñalolén y hace un par de meses retiró su petición de indulto que le había pedido a Michelle Bachelet para reiterarla al presidente Sebastián Piñera.

Carlos Herrera Jiménez: Cáncer renal


El ex agente de la CNI mayor (r) Carlos Herrera Jiménez se encuentra en la cárcel de Punta Peuco, cumpliendo cadena perpetua por su responsabilidad en el crimen de Tucapel Jiménez Alfaro. Herrera Jiménez, se encuentra aquejado de un cáncer renal.

En 1982, Tucapel Jiménez Alfaro era el presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (Anef) y había realizado diversas gestiones que alertaban al gobierno de Pinochet respecto de una reagrupación sindical en coordinación con la Central Única de Trabajadores, CUT.

El 25 de febrero, el líder sindical salió de su casa hacia la sede de la Anef, siendo seguido por personal de inteligencia. Tres agentes detuvieron el taxi que conducía, se subieron al asiento trasero y lo desviaron al camino Renca-Lampa.
Seguidos por otros dos vehículos, en medio del camino, el ex presidente de la Anef recibió cinco tiros en la cabeza y tres cortes en la garganta.

Manuel Contreras: Cáncer al colon


Manuel Contreras, ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), se encuentra encarcelado en el Penal Cordillera condenado a 294 años de presidio por diversos crímenes de lesa humanidad.

Contreras, de 81 años, ha pasado cinco en prisión efectiva y actualmente es aquejado de un cáncer de colon a lo que se agregó en los últimos años diabetes, hipertensión y una trombosis, por lo cual debe consumir una alta dosis de medicamentos.

El ex jefe de DINA ha sido procesado por ser el autor intelectual del asesinato de Orlando Letelier, donde fue condenado a siete años de prisión. Cumplió su condena en enero 2001, después de lo cuál se estuvo bajo arresto domiciliario por mantener abiertas diferentes causas judiciales en su contra.

En 1999 fue procesado por el juez Juan Guzmán Tapia, por la desaparición en 1973 del ex gerente de Chuquicamata, David Silberman. Además fue condenado en rebeldía por la justicia italiana a 14 años de presidio como autor inductor de homicidio frustrado de Bernardo Leighton y su esposa Anita Fresno. En mayo de 2002, fue condenado como el autor intelectual del secuestro y desaparición del líder socialista Víctor Olea Alegría; el cargo fue secuestro permanente.


En Argentina, Contreras fue condenado en una corte por su conexión con el asesinato del ex comandante en jefe del ejército Carlos Prats y su esposa Sofia Cuthbert, en Buenos Aires en 1974. El 15 de abril del 2003 fue condenado a 15 años de presidio por el secuestro del mirista Miguel Ángel Sandoval Rodríguez, detenido el 7 de enero de 1975 y desaparecido tras su paso por Villa Grimaldi. En 2004, la Corte de Apelaciones de Santiago ratificó el procesamiento de Contreras, pero redujo su pena de 15 a 12 años.


“El cáncer no los exculpa de responsabilidad

Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, aseguró a

Cambio21 al comentar la situación de estas personas que “el cáncer no los exculpa de responsabilidad”.

“Que estén enfermos no los libera de los crímenes que cometieron”, afirmó. Asimismo sostuvo que varios familiares de detenidos desaparecidos han presentado cánceres por los constantes momentos de dolor y tristeza que han vivido. “A nosotros nos preocupa nuestra gente", afirmó.

Por su parte, el abogado y defensor en diversos juicios de afectados por atropellos a los derechos

Humanos, Luis Toro, calificó éste hecho como “una lamentable coincidencia”.

“Si uno no tuviera fe diría que es castigo de Dios. Pero la verdad que es una impresionante coincidencia”, concluyó.

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