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lunes, 10 de mayo de 2010


Exclusivo: La "CIA de los pobres sin su materia gris". Despiden de la Agencia Nacional de Inteligencia a trece analistas-agentes que deambulan por las calles del país con potente información. Los acusan de ser "operadores políticos"

Fuente Cambio 21

Para la mayoría de los santiaguinos, el número 115 de Tenderini, detrás del Teatro Municipal, no significa nada. Para otros es uno de los edificios con mayor resguardo del casco antiguo de Santiago. No hay nada que lo identifique, pero en el piso 11 de ese edificio –a seis cuadras de La Moneda- funciona la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), la que esta semana se transformó en protagonista luego que despidieran a los analistas "estrellas", de cerca de 20 años de trabajo en este secreto ámbito, acusándolos de “operadores políticos”.

Dos de estos "operadores", profesionales en Chile y con master en Inteligencia en Estados Unidos, Alemania y Francia nos entregaron sus vivencias. Por razones de seguridad nos solicitan que no entreguemos sus identidades a pesar que nosotros los conocemos hace bastante tiempo como analistas de inteligencia nacional.

Los cambios que ha puesto en marcha el nuevo Gobierno en la ANI significaron la expulsión de uno de sus más antiguos analistas, Óscar Carpenter, uno de los hombres más cercanos al ex director de la entidad, Gustavo Villalobos.


Carpenter era uno de los cinco funcionarios que se mantenían en el servicio desde la época del Consejo de Seguridad Pública o "la Oficina", en el gobierno de Patricio Aylwin.


Incorporar a los descolgados de la lucha armada a la vida normal

Siempre -por razones obvias- su trabajo lindó en el secretismo y en el hermetismo. Resguardaron la seguridad del país, tanto en el ámbito interno como en el externo, durante los 20 años de la instauración de la democracia.

"En los primeros años del gobierno de Aylwin a nosotros nos tocó desactivar y "orientar" a los descolgados de los movimientos armados que se enfrentaron a la dictadura", señala uno de estos agentes-analistas.

"La casi totalidad de ellos confiaban plenamente en nosotros, más que en las policias, debido a que muchos de los analistas, también estuvimos en contra de la dictadura en el ámbito político, no en las acciones armadas. Fue un trabajo ardúo, pero prolifico", dice uno de los dos "agentes secretos".
"Y entregarse a las policias era entender que en estos cuerpos armados aún estaban los que los persiguieron a sangre y fuego, cuando Pinochet gobernaba Chile. Por eso, la mayoría, confiaba en nosotros, porque también habíamos estado en la recuperación de la democracia desde otro ámbito", dice uno de los "operadores".

"Muchos de los integrantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez estaban en una semi clandestinidad. Nosotros les dimos apoyo para que se integraran a la sociedad, incluso con el entonces enemigo vivo, aún como comandante en Jefe del Ejército como lo estaba Pinochet. Los del Frente confiaron en nosotros. Sólo algunos quedaron en la lucha armada a través del Movimiento Lautaro en los primeros años de la democracia" dice uno de los analistas despedidos y que volverá a trabajar en "forma normal".

Los 13 "agentes" que deambulan por el país con un cúmulo importante de información

El organismo que ha funcionado durante los últimos 20 años con las mismas personas, deja libre a 13 cabecillas de la seguridad del país, con un alto grado de información que sirvió en los cuatro gobiernos democráticos anteriores para combatir una serie de conflictos que se dieron durante este tiempo.

La ANI, que sepultó a sus predecesoras “La Oficina” y la Dispi, enfrentó una bulliciosa funa en 2005, cuando se les caratuló de “sapos”; un atentado explosivo en su propia fachada por parte de un grupo anarquista en enero de 2006 y hasta filtración por error a Internet de los nombres de sus agentes por algunos minutos que rápidamente fue desactivada. "Somos la CIA de los pobres" nos cuentan dos de los desvinculados por el Gobierno de Piñera.

Un máximo de 130 funcionarios conforman la planta, que nada tiene que ver con el estereotipo del agente de lentes oscuros. La mayoría son ingenieros, sociólogos, abogados, periodistas, licenciados en historia, antropólogos, analistas en Defensa, finanzas, seguridad, inteligencia y ciencias políticas. El presupuesto asignado a la agencia es poco más de los 4 mil millones, uno de los más bajos de la región.

No sólo impiden ataques al sistema político y constitucional, sino que han creado programas propios para evitar ser observados. Han dotado además al servicio de métodos únicos para encriptar mensajes e impedir así que un receptor no deseado los lea.

No actúan de hecho. Sólo analizan e informan

El personal de la ANI no tiene autorización para realizar “operaciones” en vivo. Pero, con permiso judicial, la ANI puede interceptar teléfonos, usar micrófonos espías, hacer grabaciones audiovisuales, intervenir la correspondencia, los sistemas informáticos y de comunicaciones, y obtener antecedentes bancarios, siempre que se trate de materias relacionadas con terrorismo, crimen organizado y contrainteligencia.

Entre sus directores figura el diputado Marcelo Shilling, el ex ministro de Justicia Isidro Solis, el ex presidente del directorio de TVN y ex senador Mario Papi y el último fue el abogado Gustavo Villalobos, ex jefe jurídico de la Vicaría de la Solidaridad de la Iglesia Católica, quien perteneció al cargo hasta marzo tras ser reemplazado por Gonzalo Yuseff, que llegó de la mano de Piñera.

Si bien éste es un cargo de suma confianza del Presidente, los analistas no tienen militancia política, puesto que están obligados a renunciar a ella antes de ingresar a la agencia. Ante esto uno de los analistas cuenta a Cambio21 que “me parece pésimo lo que hizo Piñera, eso de acusar de “operadores políticos” sabiendo que existe una ley que nos hace independiente del gobierno, por que entonces cómo se explica que haya trabajado en todos los años anteriores, porque si fuera de un partido político se habría infringido la ley durante 20 años”.

Asimismo señala que “al despedirnos, este Gobierno perdió todo el conocimiento adquirido porque este se va con los analistas. Ahora sí existen técnicas, las que deberán utilizar, pero no es lo mismo. Para formar a un analista de inteligencia se requiere –al menos- de 8 a 10 años. Pero eso es un problema de Piñera y del Gobierno".

Otro grave problema que enfrentarán las autoridades que llegan a la ANI, es el manejo de los informantes, muchos de ellos pagados. "Ellos responden sólo a nosotros. Y obviamente, con la confianza que tenemos con ellos y mutuamente, no les entregaremos sus identidades a los nuevos integrantes de la ANI. La cadena se rompió el día que nos despidieron. Ahora ellos tendrán que buscar obtener información segura y veraz. No es problema nuestro", dicen casi a coro.

Para sorpresas de muchos, el Mandatario que más usó la información de la ANI fue Michelle Bachelet. “La manera de actuar de Frei era desgastar en términos de conflictos para luego negociar. Él dejaba que los que protestaran se cansaran de hacerlo y luego actuaba. Ricardo Lagos no necesitaba inteligencia, porque él lo era, por lo tanto todo lo radico en José Miguel Insulza que era su ministro del Interior. Ellos recolectaban información de distintas fuentes: las policias, la ANI, las instituciones armadas, y otras informales. Después vino Michelle y lo usó prácticamente todo, vinieron conflictos como el Transantiago, el estudiantil o el de profesores. Siempre nos consultaban y haciamos informes que -por fortuna- después resultaban ciertos”.

“Uno tenía que cumplir con su deber que era informar y anlizar los posibles conflictos. Si no lo hacía cometía un error”, añade uno de los "agentes".

“Incluso el propio Piñera en estos sólo dos meses, utilizó información, porque nosotros no trabajamos para los gobiernos, sino para el Estado, por lo que no existía diferencia en quién asumiera la administración”, señala uno de los analistas.

En cuanto al modelo que se desarrolla en Chile respecto a seguridad, no existe ningún otro país que lo tenga, “lo que se hizo aquí fue copiar de todos lados para tratar de hacer lo mejor. Por otra parte este es un servicio civil, por lo que no es comparable con ningún otro como el modelo estadounidense, francés o inglés”

Respecto a la visión internacional, “como país estamos bien considerados, nos consideran serios en esta materia. Los estadounidenses o quien fuera no tenía problemas en preguntar”.

El día del adiós

Cuando el 25 de marzo se nombra al nuevo director de la ANI, Gonzalo Yuseff, llega el nuevo jefe con cuatro asesores a las oficinas de la ANI. Al día siguiente de hacer la entrega del cargo, renunció el sub director y asumió un fiscal de la quinta Región. Siguieron con las entrevistas de los jefes de división y una vez que tuvieron toda la información despidieron a 4 de los 6 jefes.

Después de eso pasaron dos semanas y en el último día del mes despidieron a los 13 analistas. “Reemplazarlos será una tarea difícil, son años de trabajo y de manejo de la información y de cómo ésta se utiliza”, aseguraron. Y reiteran: "Pero ese ya no es problema nuestro. Es de Yuseff y de Piñera", repiten a cada rato.

Los hitos

18 abril 1991: Patricio Aylwin crea por decreto, el 363, el Consejo Coordinador de Seguridad Pública, más conocido como “La Oficina”. Y lo hace inmediatamente después del asesinato del senador UDI Jaime Guzmán y de una serie de asaltos bancarios, especialmente de grupos de izquierda. Una parte de este consejo funcionó en unas oficinas de calle Huérfanos 856, de ahí su nombre. Sus directores fueron Mario Fernández, Jorge Burgos y Marcelo Schilling y apuntó a desbaratar al FPMR y al Grupo Lautaro. Fue acusada de infiltrar y pagar por delaciones. Su mayor error fue un traslado ilegal de armas en San Bernardo.

30 abril 1993: Patricio Aylwin crea por ley, la 19.212, la Dirección de Seguridad Pública e Informaciones (Dispi), encabezada en distintos tiempos por Isidro Solís, Mario Papi y Gustavo Villalobos. Funcionó en Zenteno 234. Su mayor error fue el escape de miembros del FPMR desde la Cárcel de Alta Seguridad en 1996. En sus éxitos se adjudica la detención de Guillermo Ossandón, líder del Mapu-Lautaro, hoy fallecido.

4 octubre 2004: Ricardo Lagos crea la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) por ley, la 19.974, y nomina al abogado Gustavo Villalobos como director. Su centro es la inteligencia estratégica, no la seguridad pública. De hecho, la Dispi elaboraba los índices delictuales, que hoy elabora el ministerio del Interior. Con éxito rinde la prueba de la reunión de la APEC en Santiago, en la que participó George W. Bush. Se le cuestiona su falta de anticipación a los conflictos, entre ellos, el ingreso del ex Presidente Alberto Fujimori, el 6 de noviembre de 2005, y el no haber dado a conocer los nexos de las FARC en la Araucanía

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