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lunes, 13 de febrero de 2017

EN CHILE HAY TERRORISMO DE ESTADO.


En la imagen, los padres de Brandon: Diego Hernández y Ada Huentecol.

Madre de joven mapuche baleado denuncia que ahora su marido fue detenido y golpeado sin razón: “Por favor, basta!”

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Fue el pasado jueves 09 de febrero, cuando sin razón alguna, Diego Hernández, padre de Brandon, el joven mapuche baleado por carabineros, fue detenido en pleno centro de Collipulli, llevado a una celda, golpeado e insultado, y tras 5 horas de detención fue dejado en libertad sin más.
Por esta razón la familia, junto a la abogada Manuela Royo, iniciarán acciones legales.

Cuando un disparo cambió la vida familiar

Todo comenzó cuando Brandon Hernández Huentecol, joven mapuche de 17 años fue baleado por la espalda por el Sargento Segundo del GOPE de carabineros, Cristian Rivera, mientras se encontraba reducido en el suelo, durante un “control de identidad afuera de su casa en la localidad de Cunco, comuna de Collipulli, región de La Araucanía, el pasado 18 de diciembre.
Desde ese día la vida de la familia Hernández Huentecol cambió radicalmente. Su tranquila vida en la Villa Las Águilas, una comunidad cristiana de 14 familias en la localidad de Cunco, se vio completamente alterada. La urgencia por salvar la vida de Brandon, las semanas que pasaron en la clínica, las visitas de autoridades, entrevistas, marchas, intentos de sobornos, todo en solo unas semanas cuando solo pedían que su hijo se recuperara y que hubiese justicia por lo ocurrido.
Fue el pasado 03 de febrero que  Brandon fue finalmente dado de alta desde la Clínica Alemana de Temuco. Desde ese día comenzaba un nuevo ciclo para la familia, con la contención de la comunidad, personas que se acercaron a apoyar y han sido de mucho apoyo -dicen desde la familia- iniciaba la rehabilitación de Brandon y también de todos los integrantes de la familia, pues no solo fue algo físico -dicen- sino también psicológico y emocional.
Mientras, el Sargento Segundo Cristian Rivera sigue en servicio activo pero, tras la presión que generó el caso, en labores administrativas en una comisaría de la zona.
De este modo la familia ha participado en actividades con el motivo de denunciar la represión y militarización innecesaria de la zona, la que ha traído más problemas que ayuda. Así fue, por ejemplo, la marcha a la que -junto a otras autoridades mapuche y organizaciones- convocaron el pasado 17 de enero en Temuco.

Habla Ada Huentcol

Ada siente el cansancio de las últimas semanas, pareciera que hubiese pasado ya un año y no dos meses -dice- pero como un constante deja vú, todo vuelve al inicio. Sobre lo ocurrido el jueves pasado con su marido, Ada da detalles en conversación con Radio Villa Francia.
Nosotros fuimos el jueves al centro de Collipulli a hacer trámites y teníamos que pasar por la Municipalidad. Así que fuimos con mi marido y con mi hijo menor Isaías. Cuando estábamos en el centro de Collipulli vimos mucha gente a las afueras del Jugado de Garantía, allí pasamos a saludar a el longko Víctor Queipul y la lamgnen Vania Queipul que estaban afueras, ellos nos apoyaron harto cuando Brandon fue baleado, por eso pasamos”, señala Ada Huentecol.
Efectivamente, la familia Queipul se encontraba esperando la formalización a miembros de la  comunidad Autónoma de Temucuicui, la cual había sido violentamente allanada el día anterior con el resultado de 3 personas detenidas; dos hombres de la comunidad y una mujer, quien fue detenida junto a sus dos hijos, uno de 8 meses y otra niña de 8 años. Según informó carabineros, la irrupción se había dado tras la denuncia del robo de una camioneta en la localidad de Victoria en un predio de Forestal Mininco (Grupo Matte), por esa razón llegaron hasta la Comunidad Autónoma de Temucuicui. Si bien la camioneta buscada no fue encontrada en la propiedad de la comunidad, la misma -según el relato de carabineros- se resistió al procedimiento y un comunero agredió a un policía. Además, en la diligencia, habrían encontrado otra camioneta que tenía problemas con sus papeles, es por esa razón que 3 personas resultaron detenidas. Aquellas fueron trasladadas a la Primera Comisaría de Collipulli y pasadas a control de detención y formalización en el Juzgado de Garantía al día siguiente.
Según relata Ada Huentecol, afuera del Juzgado había mucho contingente policial, ellos estuvieron solo un rato para saludar y dar apoyo, “una manera de devolver el apoyo que ellos nos dieron“, dice. “Ahí partimos rumbo a la Municipalidad. Allí nos separamos, mi marido partió a adelantar trámites en otro lado, con el fin de no regresar tarde a la casa“.
Fue en ese momento que Diego Hernández desapareció, era ya mediodía y él caminaba por calle O’Higgins, cercano a la Segunda Comisaría de Collipulli. Allí Diego fue interceptado por tres carabineros, quienes lo golpearon y tomaron detenido sin ninguna explicación.
Nosotros pensamos que a lo mejor se había encontrado con alguien, y seguimos haciendo trámites, además Diego no andaba con celular, pero pasó el tiempo y nos fuimos a la casa para ver si se había ido directo para allá“, relata Ada Huentecol.
Mientras, Diego Hernández había sido detenido por carabineros. Fue tomado del cuello y arrastrado hasta la Segunda Comisaría de Collipulli, allí fue metido a un calabozo y comenzaron los golpes. Según el relato de este, fue detenido sin decirle nada, ni siquiera porqué razón era detenido. Ya en el calabozo comenzó a recibir golpes, insultos, él preguntó la razón y nada respondieron los uniformados.
Diego estuvo detenido hasta las 5 de la tarde, llevaba una polera blanca la que quedó ensangrentada, pero partió rápidamente a su casa, pensando que si a él le habían hecho aquello, quizás había ido carabineros a su casa, por lo que su preocupación era su familia. Diego llegó a su casa, en la localidad de Cunco, cerca de las 7 de la tarde. Allí todo estaba tranquilo, eso hasta que lo vieron con su polera ensangrentada.
Nuevamente el miedo y la impotencia se cobijaban en el seno de la familia Hernández Huentecol. Hasta ahí llegaron vecinos de la comunidad cristiana, que gira en torno a la Iglesia Evangélica de Villa Las Águilas.
Al día siguiente partieron a la gobernación a pedir explicaciones y exigir que se tomaran acciones. Allí en la Gobernación de Malleco, hablaron con el Seremi de Gobierno, Mario González Rebolledo y una asistente social. González se limitó a señalar que hablaría con el Jefe de Zona de carabineros, general Christian Franzani. La familia pidió acciones concretas para salvaguardar la integridad de la familia. La respuesta del representante del gobierno los dejó congelados: “Lo único que les puedo decir es que se cuiden, no anden solos y no se expongan“, fue el consejo – respuesta que recibieron de la Gobernación.
Ada Huentecol recuerda que se sintieron abandonados, vulnerables y expuestos. “No podíamos creer lo que nos decían, se supone que vivimos en un país libre, con derechos, y ahora hemos visto todo esto, yo no entiendo nada, yo solo pido que esto termine, que por favor paren, ya basta!. Mis hijos tienen miedo a salir a jugar, no estamos en la esclavitud, solo pedimos justicia por algo que nos hicieron a nosotros, no nosotros a ellos, por eso pedimos que esto pare, que se vayan de aquí porque no ayudan, ahora todo está peor con esta militarización, por favor basta ya de todo esto, queremos vivir en paz“.
Actualmente la familia, ante la nula señal de justicia que han obtenido por parte de las instituciones chilenas, estudian junto a su abogada (Manuela Royo) interponer un recurso de amparo -por lo sucedido con Diego Hernández- y acudir a instancias internacionales para obtener justicia en el caso de su hijo Brandon, la que hasta ahora no han obtenido en su propia tierra.

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