El asombroso historial en la DINA y la CNI del asesor de Izurieta
El oficial, contratado este año en Defensa, “sondeó” al químico de la DINA, Eugenio Berríos, para comprobar la existencia del gas Sarín. Lo hizo por orden del entonces director de la CNI, Odlanier Mena, a quien el Mamo Contreras quiso envenenar. Años más tarde sería el agente de control de la ex colaboradora de la DINA Luz Arce, enviándola a Uruguay con identidad falsa. El subsecretario Izurieta indicó que su vínculo laboral termina este viernes. Y agregó que es un profesional muy capaz que no está condenado por ningún tribunal por casos de violaciones de derechos humanos, “por lo que tiene derecho al trabajo”.
En el Ministerio de Defensa casi nadie lo conoce. Muy pocos saben quién fue durante su vida militar. Y es que Italo Seccattore, uno de los asesores del subsecretario de Defensa, Óscar Izurieta, es un hombre que guarda muchos secretos.
Seccattore ingresó a la Escuela Militar en 1960. Doce años más tarde ya era ingeniero politécnico con especialidad en electrónica. El golpe militar de 1973 lo pasó en el Regimiento de Telecomunicaciones. Hasta ese momento, era una carrera alejada de cualquier vaivén de inteligencia o espionaje.
Sin embargo, cuando se creó la DINA en 1974, a Seccattore le correspondió una labor no menor: crear el sistema informático para el archivo de antecedentes del servicio represivo, según el sitio memoria viva y el libro “Donde están”. Efectuó esta labor antes de que se comprara la tecnología definitiva a la empresa Comdat.
La DINA tenía dos sistemas de ingreso: uno con las listas de detenidos en el tiempo y otro con las listas de detenidos desaparecidos. Parte de su labor también era otorgar cédulas de identidad y pasaportes falsos a los agentes.
Hay que recordar que la mayoría de casos de detenidos desaparecidos fue obra del organismo dirigido por el general (R) Manuel Contreras, según está acreditado en el Informe Rettig.
Este diario consultó al subsecretario Izurieta por la contratación. Al respecto este explicó que “mientras alguien no esté condenado o procesado por los tribunales, tiene el derecho al trabajo, porque si no le creemos al sistema judicial ¿entonces qué hacemos?”.
“Ítalo Seccattore es un coronel en retiro del Ejército que trabaja desde mediados de año contra proyectos y gana $ 1 millón. Por esa plata no consigo a nadie. Es un ingeniero con estudios en el extranjero. Este año no tenía plata para pagar un sueldo de mercado y él es un profesional de muy buen nivel. Además su contrato termina este viernes. Así que para el otro año contrataré otras personas, porque ahora tengo presupuesto”, dijo Izurieta a este diario.
En todo caso, no es la única contratación. También recibió sueldo el general Orlando Carter, yerno del “mamo” Contreras.
Misión secreta
Una vez que la DINA se disolvió en 1977, Seccattore pasó a trabajar en su continuadora: la Central Nacional de Informaciones (CNI), donde también creó el sistema informático para el procesamiento de información sobre los opositores a Pinochet.
El primer director de la CNI fue el entonces general Odlanier Mena, enemigo acérrimo de Contreras. Este último, de hecho, quiso asesinarlo a través de un veneno, según declaró el ex agente de la DINA Michael Townley.
Mena sabía de las intenciones de “El Mamo”, por lo que le ordenó a Seccattore “sondear” al creador de las pócimas letales de la DINA: el químico Eugenio Berríos.
De acuerdo a varios testimonios que obran en el proceso que sustanció el ministro Alejandro Madrid por el homicidio de Berríos ocurrido en Uruguay, Seccattore concurrió hasta la panadería que gerenciaba el científico en calle Carmen. Allí Berríos le reveló la existencia del gas Sarín y otros venenos que se fabricaron en la calle de Vía Naranja, en Lo Curro, cuartel de la DINA donde se planeó el atentado al ex canciller de la UP, Orlando Letelier. De hecho, el Sarín fue una de las alternativas que se barajaron para asesinarlo, aunque finalmente se prefirió una bomba, la que explotó en septiembre de 1976 en Washington.
Con la información obtenida de boca de Berríos, Seccattore volvió donde Odlanier Mena y le informó verbalmente. Pero no fue lo único. Le relató además que el Sarín había sido usado en animales, como también para asesinar a los detenidos en Peldehue, según versa la declaración que prestó ante el ministro Madrid en abril de 2003 y que revela El Mostrador.
Mena, en tanto, en uno de sus testimonio judiciales, aseguró que toda la información recabada por Seccattore la envío en una carta secreta a Augusto Pinochet.
El agente de control
Durante sus años en la CNI, además, Seccattore era el agente de control de la colaboradora de la DINA, Luz Arce.
En su libro autobiográfico, “El Infierno”, Arce relata cómo le ordenó radicarse en Uruguay –orden que cumplió- con la identidad falsa de Mariana del Carmen Burgos Jiménez, para luego hacerse amante del militar argentino Emilio Massera, intento conocido como “Operación Celeste”.
“Las órdenes desde Chile me las daba Ítalo. Recuerdo que cuando aún estaba en Borgoño me fue a ver Odlanier Mena, para transmitirme instrucciones, dándome sugerencias tales como que me convirtiera en amante de Massera en Argentina
Al mismo tiempo cuando la Comisión Rettig comenzó a funcionar durante el gobierno de Aylwin, Seccattore reapareció en la vida de Arce. En la oportunidad le recomendó que no dijera nada de lo que sabía. Sin duda una amenaza velada.
En su currículum Seccattore también exhibe otros trabajos, como la Dirección de Inteligencia del Ejército; viajó a España a realizar un curso de energía nuclear, volviendo a Chile a fines de 1975 donde asumió el cargo de jefe de proyecto del Complejo de Lo Aguirre; pasó a retiro en 1990 habiendo sido por casi tres años subsecretario de Telecomunicaciones en el régimen militar.
Quienes lo conocen, aseguran que es un profesional muy capaz y que donde ha trabajado, siempre ha mostrado buenos resultados.
“Labores accidentales”
Seccattore nunca ha sido procesado ni condenado en ninguna causa por violaciones de derechos humanos. Intentos por encausarlo han existido varios, como en 1992 cuando Patricia Barceló lo reconoció como el oficial que la obligó a presenciar torturas en un cuartel de la DINA. En la oportunidad, el libelo estaba destinado a establecer la desaparición del militante del MIR, Alfonso Chanfreau. En todo caso, no llegó a puerto.
Si el currículum de Seccattore es asombroso, más particular aún es la descripción que aparece en la página de transparencia de la cartera: “Desempeñar labores accidentales y no habituales del servicio, para participar en la concepción y diseño de un sistema de ciencia y tecnología, orientado al desarrollo de capacidades de la fuerza, en el contexto de las políticas impartidas sobre el tema por la Subsecretaría de Defensa, con especial énfasis en el diseño del modelo metodológico para el área”.
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