Este 29 de marzo se cumplen 26 años de los asesinatos de Paulina Aguirre y de los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo, jóvenes combatientes en la lucha contra la dictadura militar y militantes del MIR. Este 29 de marzo, se conmemora además la muerte en combate de otro joven rebelde, Mauricio Maigret, miliciano del MIR abatido en 1984 por las fuerzas de seguridad del régimen.A estos jóvenes combatientes los une y los hermana, no sólo una fatídica fecha, en que su ausencia dejó círculos concéntricos de dolor que perduran hasta el día de hoy, debido a la magnitud, brutalidad y persistencia de la injusticia cometida, sino también los une, principalmente, su breve e intensa presencia entre nosotros, que ha dejado una huella imborrable no sólo entre sus más cercanos, sino también en cientos, quizá miles de rebeldes desconocidos, principalmente jóvenes, que han sabido de su vida y la han hecho parte suya. Y hoy caminan con ellos. Es cierto, la primavera aún no llega a nuestras tierras. Se lucha en ellas. Mauricio, Paulina, Rafael y Eduardo se han transformado en los símbolos de toda esa juventud que lucha, y en su honor, en homenaje a su vida, conmemoramos a partir de entonces el día de las y los jóvenes combatientes. De todos ellos, de los que ya no están, y de los que están siendo: aquellos que despiertan a la lucha en sus lugares de trabajo, en sus lugares de estudio, en donde viven, aman y sueñan; de aquellos perseguidos y de aquellos secuestrados por los carceleros de los dueños del poder y la riqueza; de aquellos que hoy unen sus manos para levantar a su pueblo.
El 29 de marzo es el día de las y los jóvenes combatientes. Eso tiene de distinto el 29 de marzo.
”Cuando el dolor, la sangre, el odio y la muerte son necesarios, miles de manos se tienden para tomar las armas. Acuérdense ustedes de mí, Siempre”
(Paulina Aguirre Tobar)
Paulina Alejandra Aguirre Tobar, “Luisa”, estudiante vespertina del Liceo Valentín Letelier y militante del MIR desde los 15 años, fue asesinada en un falso enfrentamiento montado por la CNI, la noche del 29 de marzo de 1985, al llegar a la casa de seguridad que arrendaba en el sector de El Arrayán, pocas horas después del asesinato de los hermanos Vergara Toledo por Carabineros, en la comuna de Estación Central.El operativo fue dirigido por Alvaro Corbalán Castilla, mayor de ejército y jefe operativo de la CNI y Krantz Bauer Donoso, teniente coronel de ejército, jefe de la Brigada Azul de la CNI -cuya misión era la represión al MIR-, luego de que la propietaria del inmueble que arrendaba denunciara a Paulina a los organismos de seguridad, debido al hallazgo de municiones ocultas en los muros de la casa que hicieron unos maestros mientras arreglaban los daños producidos por el terremoto de ese mes.La foto de Paulina ya estaba en los archivos de la Brigada Azul. Según uno de los agentes, estaba con seguimientos hacía cerca de un mes. La CNI montó ese día un nuevo seguimiento sobre ella mientras se encontraba en casa de familiares, y una emboscada en su domicilio, a la espera de su llegada. A las 23:15 hrs, y en momentos en que cruzaba el antejardín de su casa, fue acribillada por la espalda por el mayor de carabineros, Miguel Soto Duarte, alias “El Paco Aravena”. Paulina Aguirre Tobar, joven revolucionaria de 20 años, se encontraba desarmada. Cuando ya había caído, Alejandro Astudillo, oficial de la Fach; y Jorge Andrade Gómez, teniente coronel de ejército, le continuaron disparando para rematarla.A continuación llegaron las cámaras y los periodistas de los medios oficiales, a cubrir el supuesto enfrentamiento. Montaje periodístico, judicial y militar que se mantuvo varios años. Incluso, tres de estos cobardes soldados continuaron en servicio activo hasta el año 2002. El año 2001 su padre se querelló ante el Juez Juan Guzmán, por el asesinato de su hija. El caso fue asumido el año 2003 por el ministro de fuero Jorge Zepeda, quien logró aclarar el falso enfrentamiento y dictar condenas el año 2005, aunque para variar, la misma Corte Suprema que condena hoy mapuches por “terrorismo”, acordó revisar las penas impuestas a los criminales.
MAURICIO MAIGRET BECERRA: JOVEN COMBATIENTE
“Al terminar el acto, los milicianos, apoyados por pobladores que llevaban hachas, asaltaron el supermercado “La Africana”, propiedad de un conocido sapo y traficante del hambre del pueblo. Las rejas y cortinas fueron echadas abajo con granadas, balazos y, al final, a hachazos. Cuando terminó esto, todos los compañeros aplaudieron y se organizó la sacada de alimentos. Más aplausos cuando los milicianos se alejaron para salirle al encuentro a los milicos o pacos que vinieran a defender los intereses de los parásitos serviles a la dictadura. (…) Como la repartición de alimentos terminaba sin problemas, y como no llegó de inmediato el enemigo, se retiraron los milicianos mientras en muchas casas se disfrutaba del alimento que la dictadura le niega al pueblo, pero que el pueblo tomará en adelante con sus propias manos”.
Mauricio Maigret, 28 de marzo de 1984
Publicado en El Rebelde Nº209, mayo de 1984
En 1983 y en plena crisis económica de la dictadura militar, con sus secuelas de desempleo, pobreza y hambre en las poblaciones, al igual como ocurría en otras zonas de Santiago, distintas organizaciones sociales, culturales, sindicales, religiosas y reivindicativas articulan la Coordinadora de Organizaciones Populares de Pudahuel (COPP) para impulsar en forma conjunta la lucha por sus demandas más inmediatas, la lucha contra la dictadura, el llamado a Paro Nacional y las jornadas de protesta a nivel local.La COPP logra un importante crecimiento y legitimidad en el territorio, participando en las distintas convocatorias a Paro Nacional, organizando una de las primeras movilizaciones masivas de los trabajadores cesantes del PEM y POJH y, en un apronte de lo que sería meses más tarde el Paro Comunal de Pudahuel del 2 y 3 de julio de 1984, la COPP lidera una primera asonada popular durante la octava protesta nacional iniciada el 27 de marzo de ese mismo año, la que se desarrolló con un fuerte apoyo miliciano del MIR y en la que se realizó un asalto planificado a un supermercado del sector, para distribuir alimentos organizadamente entre decenas de pobladores, impidiendo los milicianos por varias horas el ingreso de las fuerzas represivas a la comuna, a través de la instalación de barricadas, contención de vehículos policiales, hostigamiento a los cuarteles del sector y protección a la población movilizada en las calles.Dos días después, el 29 de marzo de 1984, tras un hostigamiento a la Comisaría de Carabineros de la Población Teniente Merino, mientras contiene a las fuerzas represivas para cubrir la retirada de sus compañeros, cae acribillado, en la intersección de las calles San Daniel y Pasaje Nassau de Pudahuel, el joven miliciano, poblador y estudiante secundario del Liceo de Aplicación MAURICIO ARMANDO MAIGRET BECERRA, “Manuel”, de 18 años recién cumplidos.Participante activo de las comunidades cristianas de base de su sector, “Manuel” pasó a vivir en condiciones de semiclandestinidad en 1982, abandonando la casa de sus padres. Integrante de la Dirección Local del MIR en Pudahuel, su cuerpo presentaba dos impactos de balas, una de un fusil SIG y otra de una sub ametralladora UZI, siendo cubierto con una bandera del MIR por sus compañeros momentos antes de que las fuerzas policiales coparan todo el sector.Sus funerales constituyeron la primera ocasión en que el movimiento social antidictatorial asumió pública y masivamente la muerte de un joven combatiente, como la de uno de los suyos.Es en honor a este joven revolucionario, y con motivo de los asesinatos de Paulina Aguirre y los hermanos Eduardo y Rafael Vergara Toledo, el 29 de marzo de 1985, que el principal referente popular de lucha política y social anti-dictatorial de ese momento, el Movimiento Democrático Popular (MDP), decide instaurar el 29 de Marzo como el Día del Joven Combatiente, representando hasta el día de hoy el homenaje popular a todos los jóvenes revolucionarios caídos en la lucha.
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