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sábado, 7 de agosto de 2010

Opinión: El Gobierno de Piñera al borde de un "ataque de nervios" por las dos encuestas que lo dan a la baja. Por Julio Reyes V. Cientista Político

Fuente Cambio 21

Las encuestas CEP y Adimark ratificaron lo que cualquier ciudadano -con los oidos abiertos- escuchaba en las calles, en el Metro y en las conversaciones familiares: la fuerte decepción ciudadana con la gestión de Piñera y su Gobierno.

Las encuestas muestran que en 4 meses la desaprobación /rechazo/descontento a la gestión de Piñera creció del 18% al 40% y que ella es mayor entre las mujeres, en la Región Metropolitana,en las personas entre 36 a 55 años y en los segmentos sociales C3 y D. Y que su aprobación bajó al 44%.

Algunos -como el senador Espina- acusan de "fracaso" de la política comunicacional y critican a la vocera Von Baer; otros dicen en las tertulias piñeristas que el diseño de los Ministros gerentes 'no está dando los frutos' y que los expertos técnicos llevados al gabinete "no están dando el ancho" , otros diran que es algo transitorio y que la próxima encuesta "mostrará mejores números" porque la gente percibirá las buenas cifras económicas. Algo así como apostar que el IMACEC resuelva los problemas del gobierno.

Un análisis desapasionado de las encuestas muestra que el Gobierno de Piñera tiene varios problemas para conectarse con la ciudadanía: a nuestro juicio, el principal es la falta de cumplimiento de las expectativas generadas por las promesas de campaña y que ratificó en su mensaje del 21 de mayo: prometió "terminar con la delincuencia" y sigue siendo la principal preocupación ciudadana (sube de 54% a 56% en la CEP como principal problema para la ciudadanía) y su Plan antidelincuencia se pone una meta similar a la del gobierno anterior y las operaciones comunicacionales implementadas por Hinzpeter no cambian la percepción ciudadana; prometió terminar con el 7% de los jubilados y "no se oye Padre" con alguna iniciativa legal al respecto.

Decretó que la emergencia frente al terremoto estaba resuelta y que el Plan de Reconstrucción estaba funcionando y la realidad cotidiana de la gente de las regiones afectadas por la seguidilla de sismos revelan que la gente sigue viviendo en aldeas de mediaguas, no hay viviendas nuevas (en los Serviu se inscribieron más de 120.000 familias con certificados de inhabitabilidad de sus viviendas este 31 de julio, hay 45.000 viviendo en mediaguas y el resto está de "allegado" ) y un porcentaje importante de jefes de hogar estan sin trabajo que no creen el discurso gubernamental de que la reconstrucción "va viento en popa".

En la Región Metropolitana -tiene otro gran problema- con el mal funcionamiento del Transantiago y las alzas de sus tarifas. En estos 4 meses, el Ministro Morandé intentó instalar que los actuales males del Transantiago eran culpa del gobierno anterior, se formó una comisión investigadora en la Cámara y se termina enviando 2 proyectos de ley en que pide más subsidio fiscal (US$ 450 millones) para rebajar tarifas y un remedo de marco regulario -sin Autoridad metropolitana de transporte-, y no hay ningún Plan integral para enfrentar los problemas del transporte público en la región.

La gente se da cuenta que no es sólo un problema de subsidio fiscal , que la conectividad de la ciudad requiere más líneas de Metro (como la línea 6 que pasaría por Cerrillos,PAC,San Miguel, San Joaquín, Ñuñoa, Providencia y Las Condes descongestionando la línea 1; que la gente de Lampa, Quilicura requieren un tren suburbano conectado con la red de Metro) y que Piñera es incapaz de proponer soluciones modernas -como las mencionadas- para el transporte público en la región y por eso sólo un 20% aprueba su gestión en este tema.

En los servicios sociales como Salud y Educación persiste la mala calidad de dichas prestaciones, con hospitales atocachados y con mala atención, con una educación extremadamente desigual y todavía no se ve ninguna agenda pro activa del gobierno tendiente a mejorar la calidad de la salud y la educación ,y sólo se escuchan descalificaciones a "los operadores políticos", despidos y difusión de mapas de información educativa con semáforos. En el caso de las mujeres se les promete extender post natal a 6 meses y se forma una comisión para "diluir" esa promesa y se proponen fórmulas que no dan cuenta del compromiso de campaña.

Los problemas de Piñera no son comunicacionales, ni tampoco requiere nuevas operaciones comunicacionales para parecer 'cercano y humano'. Sus problemas están en la política, en la incapacidad que ha mostrado el gobierno para cumplir las expectativas que sembró durante la campaña y en la mala gestión gubernamental en áreas claves donde aún no se ven agendas concretas para enfrentar los problemas en delincuencia, en mejorar la calidad de los servicios educativos y en salud pública, en enfrentar las alzas que más afectan a la clase media y a los sectores vulnerables. Gobernar no es descalificar a la administración anterior ni tratar de "antipatriotas" a la oposición, cuestión que llena la acción gubernamental de estos 4 meses.

Pareciera que Piñera no ha aprendido que gobernar es cumplir, es realizar lo que se planteó en la víspera, es utilizar el capital político para realizar las transformaciones planteadas, es construir acuerdos con la oposición para realizar las reformas legales necesarias; sin embargo, aún pareciera que sigue con la parka de candidato y con un discurso lleno de slogans.

Los ataques de nervios en la derecha podrían atenuarse si se asumiera que esta es la hora de gobernar, de cumplir, de realizar, de trabajar para un país mejor y ahí está el gran déficit derechista. Y la gente está percibiendo que el déficit gubernamental es mayor.

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