Como nos gustaría poder entregarles esta carta personalmente, a cada uno de ustedes, a los que están bajo la tierra y a los que están esperando por ellos.
Entregarles un saludo solidario, un apretón de manos, un abrazo. Nada de compasión sino de SOLIDARIDAD, así con mayúsculas. Creemos en la solidaridad porque hemos aprendido con el correr de los años, que ella es horizontal porque se entrega mutuamente, entre de iguales, dice Galeano.
En las esperanzas de los familiares y las esperanzas que viven los que continúan atrapados, hay un dejo de semejanza, con nosotras, de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, siempre quisimos encontrarlos con vida y supimos que los nuestros lucharon por su ella hasta el final. No es la idea homologarlos, pero de algún modo, intuimos, sabemos lo que están sintiendo.
Lo que ustedes están viviendo no es otra cosa que un grito de alerta, otro más, de las precariedades que genera este modelo económico. Una mina que debió estar cerrada producto de sus deficiencias, alguien autorizó su funcionamiento sin pensar siquiera en los riesgos en vidas humanas que traía; así como también alguien no avisó que después de un terremoto de proporciones venía un tsunami, sin pensar siquiera en los riesgos en vidas humana que traía; alguien autorizó la construcción de edificios y casas en condiciones materiales deficientes, sin pensar siquiera en los riesgos en vidas humanas que traía. Podríamos seguir enumerando tantas y tantas situaciones calcadas a la que hoy viven estos 33 trabajadores y sus familias.
El Ministro de Minería llora en directo, aparecen carpas, café para las noches de espera, si hasta empresas telefónicas hacen lo suyo, aportando con teléfonos satelitales, todos quieren aparecer dando, poniendo una gran capa de barniz para hacer brillar lo opaco, lo que de verdad originó toda esta desgracia: las malas condiciones en que se desenvuelve el mundo laboral, especialmente el minero, sobre explotado, mal pagado, sin expectativas.
No podemos ser neutrales, estamos con ustedes. Probablemente muy pronto habrá becas de estudio para los hijos, pensiones para los sobrevivientes y para los que no, también habrá pensiones, pasará el tiempo y la impunidad se cernirá sobre los verdaderos responsables. Habrá otros mineros, quizás hijos de los que hoy están atrapados - dicen que eso de ser mineros es una tradición de familia- que no podrán repetir la historia, sufriendo por bajar a la mina, a esa mina que ustedes conocen y sienten como a una hermana, que saben cuando ya no da más, cuando se quiere convulsionar aburrida de que la exploten, la misma que hoy se equivocó al atrapar en su seno a estos heroicos hombres.
Desde nuestro lugar les decimos, no bajen los brazos, no olviden jamás que estos casos no son fortuitos, busquen a los responsables, para que NUNCA MAS…….¿ven que de algún modo nos asemejamos?.
Con cariño
AGRUPACIÓN DE FAMILIARES DE DETENIDOS DESAPARECIDOS
Santiago, 13 de agosto de 2010
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