Banco de Chile confirma que Dávalos estuvo en cita con Andrónico Luksic y “nueragate” arruina exitoso verano político de La Moneda
El flanco que se abre para el
bacheletismo no es en el plano de las ilegalidades o delitos en las
gestiones de la empresa de su nuera, sino en el tráfico de influencias
al que habría recurrido el matrimonio, apelando a su posición
privilegiada como miembros de la familia de la Mandataria, asunto que
tiene un fuerte castigo de la opinión pública, permeada por el discurso
de la igualdad de oportunidades y la meritocracia. En suma, la rabia
contra los apellidos y pitutos.
Hasta el viernes, todo era ganancia para La Moneda. La encuesta Adimark de la semana pasada arrojó un 78% de rechazo ciudadano a la derecha, consagrando así el peor momento político de la Alianza, como efecto directo del Caso Penta y que, con ello, desnudó las diferencias que hay entre la UDI y RN, con críticas y recriminaciones públicas mutuas por la forma en que se ha manejado dicha crisis.
Pero la información de revista Qué Pasa ese día modificó dicho escenario, ello al revelar que la empresa Caval, cuya propiedad es de Compagnon, recibió un crédito por $6.500 millones para comprar terrenos en Machalí. Los puntos cuestionables están en lo siguiente: que la empresa de la nuera de Bachelet había sido rechazada por otros bancos –Itaú, Bci y Santander– por no cumplir con los requisitos para acceder a una suma de ese nivel; que Compagnon logró una reunión con el vicepresidente y dueño del Banco de Chile, Andrónico Luksic, para conseguir el visto bueno al préstamo; y el papel que ha jugado la Seremi de Vivienda de la Región de O’Higgins en los intentos para lograr el cambio del plan regulador de los terrenos en Machalí, considerando que Caval ya tiene amarrado un contrato con una inmobiliaria por 9 mil 500 millones.
Pese a que la mayoría del mundo político está sumido en el receso estival, el polémico préstamo se instaló de lleno en la agenda. El viernes, en Palacio reconocían que el impacto de la información había sido amortiguado con el desatino de las declaraciones del diputado DC Pablo Lorenzini, acerca de las mujeres y las relaciones sexuales.
Pero esa polémica ya pasó y el caso de la nuera de Bachelet sigue latente, porque involucra al núcleo más íntimo de la Mandataria, más aún cuando este fin de semana, en un comunicado oficial, el Banco de Chile confirmó la información sobre la cita de Compagnon con Luksic (el hombre más rico de Chile), en la que, además –aseveró la entidad bancaria– estuvo presente el propio Dávalos, develando un antecedente no menor que viene a echar por tierra la tesis que el propio hijo de la Mandataria había comentado reservadamente a sus asesores este fin de semana: “Este es un asunto entre privados”.
“En la citada reunión participaron el Vicepresidente del Banco, Sr. Adrónico Luksic, el Sr. Eduardo Ebensperger –a la fecha Gerente de Grandes Empresas e Inmobiliarias– y la Sra. Natalia Compagnon, quien asistió en compañía del Sr. Sebastián Dávalos. Al término de la reunión, los representantes del Banco informaron que el crédito seguiría el curso regular establecido por la institución financiera”, precisa el texto difundido por el banco.
El flanco que se abre para el bacheletismo no es en el plano de las ilegalidades o delitos en las gestiones de la empresa de su nuera, sino en el tráfico de influencias al que habría recurrido el matrimonio, apelando a su posición privilegiada como miembros de la familia de la Mandataria, asunto que tiene un fuerte castigo de la opinión pública, permeada por el discurso de la igualdad de oportunidades y la meritocracia. En suma, la rabia contra los apellidos y pitutos, como ocurrió en el caso del hijo del ex presidente de RN, Carlos Larraín. Cabe precisar que el Banco de Chile otorgó el préstamo al día siguiente del triunfo en las urnas de Bachelet en segunda vuelta, el 16 de diciembre de 2013.
Quienes conocen de cerca a Dávalos afirman que el hijo de la Mandataria no le toma el peso al impacto político de estas situaciones, que considera que “no son tema”, porque no existe nada ilegal. Lo mismo que sucedía con el tema de los autos Lexus –tiene tres y cada uno avaluado en 25 millones de pesos–, una inclinación al lujo del primogénito de la Mandataria que no se lee bien en quien tiene, asimismo, ambiciones políticas y que siempre le ha hecho ruido a una figura con un discurso de izquierda como es Bachelet.
Por lo mismo, la instalación –en marzo del 2014– de Dávalos como Director Sociocultural de la Presidencia, un cargo que desempeña ad honórem, ha tenido como objetivo limpiar la imagen de amigo del lujo y el dinero que recae sobre el hijo de Michelle Bachelet.
En el Gobierno reconocen que la situación de Dávalos siempre ha sido un tema complejo para la Presidenta, que es un asunto delicado, y la situación que ahora salpica al bacheletismo por el préstamo a su nuera, no sería la excepción. La llegada de Dávalos a su cargo político en La Moneda fue una petición que él mismo hizo a Bachelet, pues en el bacheletismo se daba como segura para esas funciones a la amiga de la Mandataria, Estela Ortiz. Por lo mismo, son varios quienes, en La Moneda, coinciden en que la decisión de aceptar la propuesta de Dávalos no fue tomada por Bachelet como Mandataria, sino como madre.
La derecha fue la primera en apuntar los dardos contra el Gobierno. El timonel de RN, Cristián Monckeberg, dijo que “es un imperativo legal y moral que el Gobierno haga pública la declaración de patrimonio e intereses del hijo de la Presidenta. Ocupa un cargo de Gobierno y no se puede escudar en un resquicio legal”, mientras que el secretario general de la UDI, Javier Macaya, argumentó que “se hace muy necesario que los relacionados con la Presidenta de la República, sobre todo su hijo, hagan públicos sus intereses y patrimonio, más aún después de los negocios que se han conocido”.
Como se señaló, Dávalos desempeña su cargo en La Moneda ad honórem, por lo que no está incluido en la lista de la Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración Pública y, en consecuencia, no está obligado legalmente a hacer dicha declaración de patrimonio.
Pero las críticas también vinieron desde el oficialismo el fin de semana. El diputado Patricio Vallespín, de la DC, manifestó que “como tiene relación con una autoridad política relevante, debiera hacer la declaración de intereses en aras de la transparencia de que no hay nada que esconder”.
El diputado PS, Juan Luis Castro, también espera que se haga pública la declaración de patrimonio de Dávalos y puso el foco, además, en las razones por las que el Seremi de Vivienda de la Región de O’Higgins habría pedido un nuevo cambio al plan regulador de Machalí, pese a que ya fue rechazada una modificación en 2014.
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