Ese astuto señor Ayala
Con Carlos Gajardo de
vacaciones, el fiscal Alberto Ayala, su superior jerárquico, tomó más
protagonismo. De personalidad determinada y decidida, Ayala tiene tantos
seguidores como detractores al interior de la Fiscalía. En octubre la
Corte Suprema conforma la quina con los nombres para suceder a Sabas
Chahuán en la Fiscalía Nacional, cargo al que Ayala aspira, según dicen
varios. En la Fiscalía Oriente ya es comentario su severo estilo cuando
alguien da señales en favor de su competidor directo, Xavier Armendáriz,
y también su “difícil relación” con Carlos Gajardo.
El mensaje de Ayala se sintió fuerte; lo mismo que la personalidad que lo ha llevado a tener férreos colaboradores, pero también detractores que se quejan de que con cada aparición pública, tras cada pieza de ajedrez que mueve, está su aspiración por llegar a la Fiscalía Nacional. “Sabe muy bien qué hacer y qué no para llegar al cargo”, dice una fuente interna de la Fiscalía que lo conoce.
Sin embargo, desde el entorno de Ayala descartan que esté pensando en la carrera para la Fiscalía Nacional y señalan que está concentrado en cumplir los objetivos con los que se comprometió cuando asumió la Fiscalía Regional Oriente.
Los fiscales regionales pueden estar solo ocho años en sus cargos y no pueden ser reelegidos en el mismo lugar. En el caso de Ayala, se ha cambiado de zona antes de que venzan sus plazos: ingresó al Ministerio Público el año 2000, a cargo de la Región de Antofagasta, el 2007 se trasladó a la zona de Los Lagos y, el 2011, a la Metropolitana Oriente.
Ayala es, además, el “más político” de los fiscales, según comentan en el Ministerio Público. Participó en la Vicaría de la Solidaridad durante la dictadura de Augusto Pinochet y fue abogado de la Corporación de Asistencia Judicial de Valparaíso.
En los 90 fue abogado durante años de Soquimich (SQM), por lo que se inhabilitó en la querella del SII contra Pablo Wagner que involucra a SQM y también lo hizo en el Caso Cascadas que involucra al dueño de la minera y ex yerno de Pinochet, Julio Ponce Lerou. Un dato clave, pues SQM es la empresa sobre la que recaen los mayores temores del oficialismo y se dice que es ahí donde el Gobierno estableció un cortafuego –a través de la iniciativa penal del SII en el Caso Penta– para que la investigación no salpique a la Nueva Mayoría.
Ayala es definido, entre quienes lo conocen, como una persona que sabe manejarse políticamente, que tiene muñeca y una especial cercanía con el senador RN, Alberto Espina.
Su grupo de confianza en la Fiscalía está compuesto por Héctor Fernández, director ejecutivo regional de la Fiscalía Metropolitana Oriente y uno de los más leales a Ayala. También está el fiscal adjunto jefe de Ñuñoa, Christián Castro, que asumió el puesto de Carlos Gajardo cuando este se fue a la Unidad de Delitos de Alta Complejidad. José Veizaga, fiscal Jefe de Las Condes, también es miembro de su círculo de confianza.
EL ESTILO AYALA
El 28 de diciembre de 2013, en la 14ª bomba de Tobalaba con Lota, Xavier Armendáriz recibió a los invitados con un asado para celebrar su cumpleaños número 52. Hacía años que el ex Fiscal Metropolitano Oriente dividía sus labores profesionales con su pasión: ser bombero.Esa noche es recordada al interior del Ministerio Público. Después del cumpleaños –al que Ayala estaba invitado, pero no asistió por encontrarse en Antofagasta– hay quienes señalan que la respuesta del referido Ayala fue remover de algunos puestos a figuras cercanas a Armendáriz.
Una fuente del Ministerio Público lo resume así: “Él siempre ha querido ser Fiscal Nacional y sabe que Armendáriz es un serio candidato para ese puesto. Nunca lo ha asumido públicamente, pero con sus acciones da cuenta de que están con él o con Armendáriz; eso se siente fuerte”. “Cualquier elemento que le genere alguna distorsión él lo trata de eliminar”, señala otra fuente de Fiscalía. “Generalmente los manda donde a la gente no le gusta ir, como La Florida, Macul o la Fiscalía de Flagrancia”, agrega.
Otro hecho que ejemplifica su estilo ocurrió durante enero de 2014 en el seminario de seguridad que organizó la Municipalidad de Las Condes y la Fiscalía Oriente. Ayala estaba de vacaciones y quien lo subrogó fue Rodrigo Mena. Éste asistió al encuentro donde expuso Xavier Armendáriz. Al volver de sus vacaciones, dicen altas fuentes de la Fiscalía, Ayala se enteró del encuentro y no le gustó que Mena apareciera en una foto de prensa junto a Armendáriz. “No tomó una decisión altiro, pero unos meses más tarde lo sacó de la jefatura”, cuenta una fuente al interior de la Fiscalía.
Estas versiones son descartadas desde el entorno de Ayala, donde niegan que exista una disputa con Armendáriz, sino que todo lo contrario, aseguran, hay una buena relación entre ambos.
EL PODER DE GAJARDO
Una de las preguntas que se hacían quienes conocen el caso Penta, es por qué Carlos Gajardo pidió fecha de audiencia para las formalizaciones de la plana mayor de Penta en forma separada de la del ex gerente general del holding, Hugo Bravo López; de Marcos Castro Sanguinetti, gerente de Contabilidad de Penta; de Iván Álvarez Díaz, y de Juan Jesús Martínez Céspedes, ambos funcionarios del Servicio de Impuestos Internos (SII).Aunque la defensa de Bravo lo interpretó como una buena señal por la colaboración que había prestado el imputado, otras voces al interior del Ministerio Público señalan que fue un diseño de Ayala, para que “los Carlos” (Délano y Lavín) no aparecieran en la “foto junto a quienes sí habían cometido delitos”.
“Si esto fuera así, la tortilla se dio totalmente vuelta cuando se fijó la misma fecha de formalización –4 de marzo– para ambos grupos. La foto será igual de todos juntos, con la tensión que eso implica. Y eso se debe claramente a un triunfo de Gajardo”, comenta otra fuente cercana a la causa.
“Nunca fue un tema”, sostienen en el entorno de Ayala, donde agregan que no hubo diferencias y que es el Tribunal el que decide las fechas de las audiencias.
La relación entre Ayala y Gajardo, de acuerdo a algunas fuentes internas de la Fiscalía Oriente, no es buena. “Gajardo es el único de los fiscales que no se agacha ante él y que no le hace caso. Como tiene el cuento de no temerles a los poderosos, es el único que no es obsecuente con Ayala”, revela una fuente que conoce la interna.
La historia entre ambos se remonta a la creación de la Fiscalía de Delitos de Alta Complejidad. Hasta entonces Gajardo era fiscal jefe de Ñuñoa y fue nombrado por Ayala en la nueva unidad. “Él necesitaba un fiscal bueno ahí”, dicen algunos, pero también “necesitaba sacarlo de Ñuñoa para poner a Castro, hombre suyo y de confianza”.
Christián Castro es resentido a nivel interno en la Fiscalía de Ñuñoa, donde critican que no haya sido fiscal antes. Además, no ha pasado inadvertido –según comentan fuentes internas– que debió participar dos veces en el concurso para el puesto, ya que en la primera ocasión obtuvo una nota baja. Ñuñoa es conocida como Cuba entre los funcionarios de la Fiscalía Oriente, “porque son todos anticastristas, pero nadie lo dice en público”, comenta una fuente al interior de la institución.
Sobre la salida de Gajardo de Ñuñoa, relatan fuentes internas, Ayala tuvo dos discursos. “Hacia afuera siempre ha dicho que fue por la creación de la Fiscalía de Alta Complejidad, pero hacia adentro el discurso era que Gajardo tenía malos números”, manifiesta una fuente de Fiscalía.
En el entorno de Ayala señalan, sin embargo, que ambos tienen una “buena relación”, un “diálogo fluido” y que incluso comparte la pasión por el mismo equipo de fútbol: la Universidad de Chile. Eso sí, enfatizan que Ayala es el jefe de Gajardo, por lo que éste debe supervisar la investigación y el trabajo que aquél realiza.
Otras versiones marcan que hoy Ayala tiene “un dilema” con el fiscal Gajardo, ya que no lo “controla” y “no tienen buena relación”, pero aun así “no lo puede sacar ni obstruir, porque es su fiscal estrella”.
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