Impacto profundo: el día después del golpe blanco a Gajardo en el Caso Penta
El abrupto cambio en el
tablero de las piezas en el Caso Penta, que relegó al fiscal estrella de
la investigación a ser un colaborador de Alberto Ayala, sacó ronchas en
el mundo de los fiscales. En el entorno de Gajardo se habla de un
ambiente “de luto” y varios concluyen que la movida se dio en un momento
inoportuno, pues generó desconfianza y críticas en la opinión pública.
Por una parte, la arista Soquimich (SQM) –ligada al empresario Julio Ponce Lerou y de la que habían empezado a salir nombres de la Nueva Mayoría– había sido reasignada al Fiscal Regional Metropolitano Centro Norte, Andrés Montes, hijo del senador PS Carlos Montes. No solo eso: todo el resto de la investigación del caso Penta quedaba bajo el control exclusivo del Fiscal Regional Metropolitano Oriente, Alberto Ayala.
Según indican desde la Fiscalía Nacional, si bien la decisión fue comunicada por la Fiscal Nacional (s) Solange Huerta, estuvo visada por el titular del cargo, Sabas Chahuán, y al menos los altos cargos del Ministerio Público estaban informados.
Según fuentes del Ministerio Público, el anuncio que reordenó la investigación del caso no fue una sorpresa en el núcleo de Gajardo ni en los pasillos de las fiscalías, porque “ya había fuertes rumores al respecto, antes de que Gajardo se tomara las vacaciones. Todos sabíamos que le iban a quitar el caso. Era crónica de una muerte anunciada”, señalan.
Las mismas fuentes relatan que cuando el lunes se confirmaron estas sospechas, Gajardo “pensó en renunciar, estaba bastante enojado”. Malestar que habría transmitido a su equipo.
Sin embargo, este jueves, el fiscal que tiene de cabeza al mundo político salió a poner paños fríos a una situación que, hecha pública, comenzaba a incendiar la pradera. Por eso declaró a la prensa que “no es correcto que se me haya quitado el piso o que haya habido un golpe blanco”. Señalando que la medida le parecía correcta, “porque dice relación con la inhabilidad del fiscal Ayala y es necesario que otro regional esté a la cabeza de la investigación”.
Ayer mismo, Gajardo sostenía la primera reunión de trabajo con el Fiscal Regional de la Fiscalía Centro Norte (s) José Morales, por la arista SQM. Según explicó al salir, la causa estará radicada en el fiscal Montes y contará con su apoyo y el de los fiscales Pablo Norambuena y José Villalobos.
Pese a las señales de conformidad entregadas, según una fuente de la Fiscalía Regional Oriente, adentro “están de luto”.
Si bien Ayala era el jefe de Gajardo, no tramitaba la causa. Era Gajardo quien, en su calidad de persecutor de delitos de alta complejidad, tomaba las decisiones clave, como dónde poner el foco de la investigación, hacia dónde dirigirla o a quién citar a declarar, con un estilo propio a la hora de obtener información de los testigos. Ahora será un colaborador.
Además, a partir de este momento Ayala tendrá dominio en un tema clave para el futuro de los imputados: las posibles salidas negociadas del caso, que beneficiarían especialmente a los políticos involucrados en esta historia.
Una de ellas es la suspensión condicionada del procedimiento, que consiste en un acuerdo entre el fiscal y el imputado para paralizar el proceso entre 1 y 3 años. “La decisión la tiene el fiscal y si el imputado cumple con los requisitos –no haber sido condenado por crimen o simple delito, no estar afecto a ninguna condicional previa y no tener una pena superior a tres años en el momento de ser condenado–, luego de ese tiempo se sobresee definitivamente el caso”, explica un ex fiscal.
Otra alternativa es el procedimiento abreviado, donde se evita un juicio oral, lo que implica la no exposición a la opinión pública y una sentencia rápida. O un procedimiento simplificado, donde la pena es mucho menor.
EL CANDIDATO AYALA
La forma y el momento en que se anunció el nuevo orden de las fichas en el caso que involucra a diversos actores de la UDI y, desde hace poco, a varias figuras de la Nueva Mayoría, “es muy errático y tiene muchas interpretaciones posibles”, aseguran fuentes del sector.Percepción que comparte el abogado querellante del Caso Penta, Enrique Aldunate, que considera que “por el nivel de especulación que genera, uno puede pensar que la decisión que se tomó no era lo más conveniente en este momento”.
Para Aldunate “desde el punto de vista de la explicación legal, efectivamente existe una atribución en la ley del Ministerio Público que faculta al Fiscal Nacional para que, en casos excepcionales, decida designar a un Fiscal Regional para tomar la exclusividad de una investigación, atendida la complejidad de esta. Si bien esa es decisión autónoma del ente persecutor, no sé si era conveniente tomarla en este momento, y si ameritaba hacerlo, porque se trata de una investigación en pleno desarrollo, donde en esta arista que se conoció esta semana (SQM) se entendía que había instrucciones para las policías para que recabaran testimonios de las personas que aparecen involucradas”.
El abogado agrega que “el Ministerio Público ha dicho que por el nivel de complejidad era necesario cambiar de Fiscalía, pero yo insisto que la forma en que se da no contribuye a lo que debe ser el escenario ideal en que se deben desarrollar este tipo de investigaciones. Se ha dado pie a un montón de especulaciones: se ha dudado de la idoneidad del fiscal Centro Norte, y también se ha cuestionado su vínculo familiar, lo que no tiene ningún sentido. Por eso entiendo que esta medida es muy poco oportuna”.
Para algunos fiscales la sensación es que “hay un arreglín. No hay certeza pero se huele que hay negociaciones que se están tratando de zanjar con esto. ¿Por qué no se hizo antes? ¿Por qué apenas se abrió la arista SQM se la pasaron a Montes? ¿Por qué se le pasa a Montes que, se sabe, tiene vinculación parental de un senador del mismo partido de algunos nombres que han salido? Es una decisión súper torpe”.
Según diversas fuentes relacionadas con el Ministerio Público, una de las razones que habría motivado el reordenamiento del emblemático caso, estaría relacionada con la carrera del fiscal Ayala, que aspiraría a convertirse en Fiscal Nacional, lo que “pese a que en los medios lo niega, en la Fiscalía lo dice a viva voz”.
Por esto, señalan las mismas fuentes, Gajardo se había convertido en una piedra en el zapato, ya que “tiene mucha figuración pública y es poco controlable. Se estaba metiendo en temas más políticos y Ayala necesita votos del Congreso para llegar a ser Fiscal Nacional”.
Uno de los comentarios dentro del Ministerio Público es que “Ayala lo hace como una jugada política de él. Esto, en el contexto de una negociación un poco mayor, donde habría otros antecedentes en la carpeta que no han sido públicos e involucran a personas de mayor rango de la Nueva Mayoría. Se le pasó la pelota para que quede como rey y capte los votos para Fiscal Nacional, dejando esos nombres en el misterio, no sacándolos a la luz pública”.
Según explica un fiscal, “Gajardo no pescaba a Ayala en la investigación. La división de Alta Complejidad está en el piso 3. Ayala está en el piso 4. Él bajaba, preguntaba y se iba. Gajardo es súper autónomo, en la práctica no pedía autorización para todo, lo que preocupaba a Ayala. Él quería la figuración y el control de la causa para que no afectara sus intereses para su candidatura”.
Fuentes de la Fiscalía Regional Oriente, señalan que se trató de “una maquinación mediática. Ayala siempre ha estado encima del caso, pero lo que quiere ahora es formalizar el hecho de que es él el que está a cargo y no Gajardo. Se trata de una pugna de egos”.
El Presidente de la Asociación de Fiscales, Claudio Uribe, tiene otra percepción y asegura que el asunto “no es un tema tan dramático. La decisión en términos prácticos es más importante en torno a SQM que al resto del Caso Penta, porque Ayala ya estaba a cargo del caso, todos sabemos que el que lleva la persecución penal es el Fiscal Regional y los demás somos adjuntos. Ahora, si Ayala llegara a sacar a Gajardo del caso, compro que vienen tremendos cambios”.
El actual Fiscal Regional Metropolitano Oriente tiene muñeca política. Mantiene vínculos con el mundo de la izquierda y los derechos humanos –participó en la Vicaría de la Solidaridad en tiempos de la dictadura– y también ha tejido redes con la derecha. Se comenta su cercanía con el senador de RN, Alberto Espina, y que se ha reunido con la directiva de la UDI en medio del temporal Penta.
Los fiscales regionales pueden estar solo ocho años en sus cargos y no pueden ser reelegidos en el mismo lugar. En el caso de Ayala, se ha cambiado de zona antes de que venzan sus plazos. Ingresó al Ministerio Público el año 2000, a cargo de la Región de Antofagasta, el 2007 se trasladó a la zona de Los Lagos y, el 2011, a la Metropolitana Oriente.
En octubre próximo, la Corte Suprema conforma la quina con los nombres para suceder a Sabas Chahuán y presentarlos al Senado, lo que a algunos hace prever que hasta esa momento los avances en la investigación serán acotados. “De aquí a esa fecha Ayala podría no tomar decisiones relevantes sobre la carpeta y aun así va a estar todos los días en la prensa”.
Desde el mundo de los fiscales señalan que “nos da un poco de risa que Ayala sea el que termine la causa. Nunca ha llevado ninguna causa. Se preocupa de los puros números. Es un Fiscal Regional administrador. No es un fiscal que va a tribunales. Nunca se le ve en el Centro de Justicia. Él no tiene ninguna causa. Ni en Antofagasta, ni acá, ni en el sur. No hay archivador de carpetas investigativas en su oficina”.
Percepción que comparte un ex fiscal que señala que, paradójicamente, en un caso tan importante como este el que queda a cargo “no tiene expertise (sic) como investigador”.
La relación entre Ayala y Gajardo, de acuerdo a algunas fuentes internas de la Fiscalía Oriente, no es buena. A principios de febrero pasado un artículo publicado por este medio, titulado “Ese astuto señor Ayala”, habría complicado aún más las cosas. “Ayala inició una caza de brujas para saber quién había sido el informante interno. Lo interpretó como que Gajardo y su círculo habían filtrado información y que con eso querían darle una señal”.
Desde el punto de vista de la imagen de la institución, hay fiscales preocupados. “Es desmotivante que tus aprensiones se concreten. Sabíamos que iba a pasar algo así. No puede ser que el caso más importante del último tiempo lo vaya a tramitar alguien que nunca ha tramitado una causa. Tampoco entendemos que hayan designado a Montes. Por una cosa estética no nombras al hijo de un senador del PS en este caso. Es decepcionante”.
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