Dineros
en cuentas de bancos suizos, negocios en las sociedades anónimas
deportivas con ventas de pases de futbolistas que solo sirven para
blanquear platas truchas (cualquier semejanza con la trata de personas
es pura coincidencia), las movidas de PENTA que ahora comienza a abrir
espacios a transacciones similares en SOQUIMICH, las ventas y compras
de diversas empresas chilenas a empresarios nacionales y extranjeros, el
lucro o no lucro de la universidad ARCIS, el negocio de Eugenio Díaz
en la CNA, el millonario préstamo a la nuera de Bachelet y así suma y
sigue.
Se
trata de millones, cientos y miles de millones de pesos danzando
descontrolados aquí y allá, hasta que alguna investigación o una
delación descubre pone el alerta por algunos días. Explota la bomba en
los medios, se acusan unos a otros, dan y exigen certificados de
blancura y luego las cosas vuelven a la normalidad.
El capital presente en cada acción oscura y delictuosa del sistema.
En
nuestro país se pueden dar el lujo los dueños del dinero de comprar
autoridades, envenenar y robar las aguas, cerrar las playas y explotar a
destajo. Si los de abajo protestan, siempre tendrán los amos el apoyo
irrestricto del estado de derecho y la fuerza pública actuará sin
vacilaciones.
¿Si
no como explicar que los habitantes de Canela tuvieran que esperar 20
años para acceder al mar, o que se haya condenado a Rodrigo Mundaca
quien denunció el robo de agua en Petorca, mientras los rateros siguen
intentando evadir la ley, y que los habitantes de Caimanes sean
reprimidos brutalmente por exigir que se cumpla la ley?.
No
parece llamar la atención que entre los que se roban el agua en
Petorca la Ligua y Cabildo estén los Perez Yoma, conocidos por las casas
Copeva y por regalar caballos a ministros de estado, o que quienes
tienen la grande en Caimanes son los poderosos Lucsik que además
aprueban créditos a nueras de presidentas en un "dos por tres".
Sobre
esta enorme cantidad de excremento se mueve nuestra sociedad, sociedad a
la que lamentablemente le importa mas ver traseros y pechugas,
exhibidas hasta la saciedad por los canales de televisión a propósito de
las vacaciones de verano (y todos los años es lo mismo) que solidarizar
con sus hermanos que tratan de enfrentar al capital, en todas sus
formas.
Sociedad
que enloquece cada fin de semana en descomunales tacos para entrar y
salir de la ciudad capital, mientras en las ciudades y pueblos a los que
llegan los depredadores, la basura se esparce por todos lados, aumentan
los asaltos, los jóvenes se entregan sin control al consumo de alcohol y
drogas, mientras la policía se preocupa principalmente de reprimir a
miles de vendedores ambulantes que buscan generar recursos para el resto
del año.
Es
tal la enajenación instalada por el modelo -porque nuevamente es el
capital el responsable primario de estos y otros excesos - que casi
nadie reacciona cuando el cardenal Ezzati aparece llamando a los laicos
para que se manifiesten contra el proyecto de ley sobre aborto.
Sí,
el mismo personero que se ha hecho el tonto con las acciones
degeneradas de miembros de su grey, el que poco o nada dijo cuando
algunas señoritas de bien parieron y les quitaron sus bebes recién
nacidos para darlos en adopción, con el apoyo y auspicio de un servidor
de la madre iglesia, se permite venir a dar lecciones de moral y de
vida.
A
no temer, aún dueños del país, todo seguirá igual o casi igual. Pero
váyanse con cuidado por que sus excesos, tarde o temprano, serán
castigados.
En
esta enajenación, complementada con altas dosis de desesperanza y
temor, lo que permite que el modelo instale un proyecto de reforma
laboral como el que está en discusión.
Se
trata de un mal proyecto, no cabe duda, pero es el silencio sobre el
mismo lo que mas preocupa. No hay suficiente información a dirigentes y
trabajadores, que les permitan constatar que les están pasando gato por
liebre. El furor de las vacaciones provocará que muchos ni se enteren de
cómo se están violando nuevamente sus derechos.
La
descalificación patronal del citado cuerpo legal por una parte, y la
sobre valorización que del mismo hacen el sindicalismo oficialista y
representantes de la coalición de gobierno por la otra, dejan ver
claramente el destino final del engendro. Se aprobará otra mala reforma,
que ha sido posible de instalar debido a las actuales condiciones en
que se encuentra la organización de los trabajadores.
Y es justamente este el punto en el que debemos centrarnos.
No
es suficiente el discurso diciendo NO a las propuestas del gobierno. Lo
hicimos en 1990, en 2001 y la maquina la han pasado igual sin mucho
drama.
Y
es que no basta mostrarle los dientes a los poderosos y rechazar lo que
proponen. No es suficiente que vean nuestros puños cerrados. Se trata
de que contemos con la capacidad orgánica para movilizarnos con rapidez y
fuerza, de que tengamos la decisión de dar el combo en el hocico si es
que nos provocan en exceso. Y, aunque nos duela reconocerlo, no estamos
en condiciones de actuar y reaccionar prestamente.
¿Cuantos
son los trabajadores organizados en Chile y cuantos los que podrán
negociar colectivamente? Una minoría, que siendo generosos podría
acercarse al 10% del total de los que venden su fuerza de trabajo. Y esa
minoría no las tiene completamente claras, como que debe recurrir a
apoyos externos para sacar adelante sus procesos de negociación e
incluso para denunciar abusos de la patronal. Porque?.
Muchas
son las razones. Carecer de conciencia de clase, no tener claro cual es
el adversario, haber comprado el cuento de que el dialogo da frutos y
que todo se arregla instalando mesas.
Que
quede claro. No recibirán mucho los trabajadores si no se asumen como
lo que son hoy. Explotados por un modelo que les necesita dispersos,
ignorantes, desorganizados.
Es
desde aquí que debemos iniciar la construcción. La obligación la
tenemos todos aquellos que nos mantenemos de pie, dignos y orgullosos
pese a los golpes del sistema.
Tenemos
el deber de rechazar las reformas por que son malas, pésimas, pero
también estamos conminados a entregar una opinión de por donde debiera
ir la discusión de las mismas, para que nadie mañana nos acuse que solo
criticamos sin proponer.
Las
reformas fueron acordadas por el gobierno, el sindicalismo oficialista
y la CPC y como tal se transformarán en nueva ley. Eso debemos
denunciarlo a los cuatro vientos y desde ahí incentivar la rebelión.
La
gran tarea es ponerse a trabajar de una vez en una propuesta capaz de
ser asumida y defendida por los millones de no organizados.
Necesitamos
que se instalen en la relación capital trabajo algunas cuestiones
mínimas, que no serán concedías por el sistema sino que deberemos de
arrebatárselas.
Requerimos
de un gran trabajo en la calle para concientizar, instalarnos a la
salida de los lugares de trabajo a entregar material educativo, explicar
a los desesperanzados como se pueden defender ciertos derechos, como se
debe enfrentar al sistema.
Hagamos
el esfuerzo por generar organización, por desarrollar la unidad, por
derrotar las desconfianzas. Entender que toda acción es importante por
mínima que sea, es el mejor homenaje que podemos hacer a quienes constituyeron la Central Única de Trabajadores un 12 de Febrero de 1953.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T CHILE
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