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domingo, 8 de agosto de 2010
Fracasa golpe de Estado en la Comisión Chilena de Derechos Humanos
escrito por Roberto Avila
Fuente El Clarin.
Un objetivo estratégico de los gobiernos norteamericanos durante los últimos 50 años ha sido la destrucción de la revolución cubana. Para ello han recurrido desde la agresión militar abierta como en el caso del desembarco de tropas mercenarias en Playa Girón hasta la guerra bacteriológica, el terrorismo y el ilegal bloqueo económico que mantienen contra la isla, a pesar de la condena de la Asamblea General de Naciones Unidas a esta agresión, que busca matar por hambre y enfermedades a un pueblo entero.
La táctica norteamericana se mueve por estos días en el ámbito político diplomático, para ello embarcan colaboradores nativos en distintos países para desprestigiar a Cuba acusándola de violar los DDHH. Han creado un tema, “los presos políticos”, aunque la mayoría de ellos son presos por delitos comunes la prensa controlada directa o indirectamente por los norteamericanos los hace aparecer como víctimas de una “infernal dictadura”. En Chile esa prensa es prácticamente toda.
Al interior de Cuba los “disidentes” tienen nulo apoyo y un sólido y consolidado desprestigio, pues se trata de personas que habitualmente obtienen granjerías económicas que los norteamericanos les brindan “generosamente”; “profesionales de la disidencia” cuyo objetivo central es vivir a costa de los países que se hagan eco de ellos.
En Chile ante el desprestigio internacional de la derecha criolla por su participación en la dictadura, se han buscado otros pivotes para agitar el tema “presos políticos cubanos”. Se ha recurrido a un testaferro histórico de las agencias americanas; el Partido Democratacristiano. Esta organización creada a fines de los 50 en contubernio entre los americanos y el vaticano para “detener el comunismo” ha recibido dinero como por una tubería de los americanos, así quedó registrado oficialmente en los informes senatoriales Church y Hinchey de ese país.
Cada cierto tiempo, el PDC, que también justificó y colaboró con el golpe de estado militar empresarial en Venezuela, agita declaraciones contra Cuba en el parlamento. Pero ahora han creado, de consuno acuerdo con Piñera, por supuesto, la operación “presos políticos”. Es decir ubicar cualquier preso cubano, de delito común o mercenario de los americanos, para tocar bombos y platillos por este “refugiado de la dictadura cubana”.
Piñera y la derecha tienen credibilidad cero en materia de Derechos Humanos y las maniobras de los parlamentarios democratacristianos Soledad Alvear y los hermanitos Walker tiene cada día menos eco, no sólo por los personajes, sino también por el entorno. Chile es un país que tiene casi un centenar de presos políticos mapuches, los que incluso en número no inferior a 20 se encuentran por estos días en huelga de hambre.
Por lo anterior, la batería de los ataques en contra de la revolución cubana se pretende instalar ahora en la sociedad civil, la misma que los gobiernos concertacionistas despreciaron, estigmatizaron y quisieron, en parte lo lograron, erosionar.
Para ello los democratacristianos y fuerzas políticas auxiliares prepararon un “golpe”, de estas cosas saben, para tomarse la Comisión Chilena de Derechos Humanos y desde allí tocar el bombo contra la revolución cubana y traer con su patrocinio a cuanto delincuentillo o mercenario quiera venirse a vivir Chile a costa de nuestro erario nacional.
La Comisión Chilena de Derechos Humanos fue creada el 10 de Diciembre de 1978 durante la dictadura militar de Pinochet y se ganó un merecido prestigio, nacional e internacional, en sus más de treinta años de labor. Su primer presidente fue el abogado y filosofo Jaime Castillo Velasco.
El año 2006 un grupo de sus integrantes entre los que se contaban Ignacio Balbontín, Angela Jeria (madre de Michele Bachelet), Giorgo Solimano, Vilma Saavedra propusieron disolver la Comisión de Derechos Humanos con el pretexto de que su existencia se hacía innecesaria en gobiernos democráticos, la posición contraria fue encabezada por uno de los fundadores de la Comisión el prestigiado abogado y profesor universitario Gonzalo Taborga que en tales circunstanciaos fue elegido como presidente de la institución.
El pasado viernes 30 de julio los integrantes de la Comisión Chilena de Derechos humanos se dieron cita en Miraflores 58, sede de la Biblioteca Nacional. En esa ocasión los mismos que habían sido partidarios de disolver la Comisión de Derechos Humanos, encabezados por el los ex diputado Ignacio Balbotín y los ex diputado y ex embajador Jorge Molina y su hermano Germán Molina , que habían sacado del baúl de los recuerdos al ex senador DC, Máximo Pacheco pretendían poner término a la presidencia del ecuánime Gonzalo Taborga e instalar en su reemplazo a un nuevo equipo concertacionista encabezado nada menos que por un conspicuo golpista del 73 y luego presidente de Chile Patricio Aylwin Azocar. Este como primer presidente de la transición goza de inmerecido prestigio democrático y con su tradición de obsecuencia a los norteamericanos se transformaba en el hombre ideal para orquestar una campaña contra Cuba desde la Comisión de Derechos Humanos.
Dado lo avanzado de la edad de don Patricio la propuesta incluía a Germán Molina en un rol ejecutivo, ósea Aylwin estaría para prestar el nombre y la firma. Luego de 20 años de estar en el poder y de haber abandonado la Comisión de Derechos Humanos y los temas que le dieron origen, decidieron ahora que están en la oposición volver a utilizar el espacio de los derechos humanos como espacio para proyectarse y proyectar su alicaída coalición.
Germán Molina fue de la Izquierda Cristina durante la dictadura y luego fundador del PPD, con la concertación fue embajador, Ministro de Transporte desde que se empezó a incubar Transantiago, luego Director de Concesiones del ministerio de Obras Públicas durante el gobierno del presidente Lagos, cargo que abandonó luego del escándalo de corrupción conocido como MOP-GATE. Este hombre de confianza del ahora condenado por fraude al fisco el ex ministro Carlos Cruz, emprendió entonces vuelo internacional y se transformó en asesor en privatizaciones de la Agencia a cargo de las privatizaciones y concesiones de Perú “Pro-inversión” muy apoyado por el ministro Pablo Kuczynski, el afán privatizador le significó al entonces presidente Alejandro Toledo ver erosionada la enorme popularidad de que gozaba en su ciudadanía.
Pero en el intento de desbancar al académico Taborga le fue mal a don Germán y a su candidato don Patricio Aylwin. Cuando los concurrentes percibieron que no tendrían los votos suficientes para entronizar a Aylwin y que este no generaba acuerdo en torno a su nombre, optaron por abandonar la reunión de tal manera que su propuesta, más bien su mandato, no fuera votada por falta de quórum.
La Comisión de Derechos humanos continuará siendo una sólida y prestigiosa institución de Derechos Humanos y no una organización de fachada de los norteamericanos administrada por agentes nativos en sus ataques a la revolución cubana y a los demás países latinoamericanos que en número creciente inician su marcha hacia el socialismo.
Roberto Avila
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