Por Guillermo Muñoz
Imagen: Alejandro Stuart /
La casa temuquense de Alejandro Stuart (Fotógrafo, Poeta, y Cantautor), está compuesta de elementos cargados de una estética invaluable. En las paredes se ven algunos trabajos fotográficos y afiches publicitarios de sus distintas actividades como fotógrafo y canta autor, unos junto a la intérprete mexicana Amparo Ochoa. Al extremo del living reposa una guitarra que fue de Víctor Jara y que llego a sus manos de amor en amor. ¿Por qué hablar de casa temuquense? Porque Alejandro Stuart desde hace muchos años ha tenido numerosos hogares, tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica. En todos los lugares en los cuales ha estado ha dejado un legado, una enseñanza de creatividad, sentimiento, lucha y compañerismo. En el último tiempo hemos visto a Stuart apoyando numerosas causas, políticas, sociales y culturales, que dan fe de un compromiso sincero con nuestra tierra, con aquellos que luchan por una vida más digna, sin represiones ni represas, sin persecuciones, de conciencia con nuestro entorno.
¿Por qué decides irte del país?
Me fui el año 60. Trabajaba en el banco del estado. Desde niño tenía preguntas que no tenían respuestas, muchas inquietudes, creativas y artísticas. Me gustaba pintar, dibujar, bailar, cantar, hacer títeres, trapecio, tragar fuego, magia, ilusionismo, y aparte de que tengo uso de la razón sentí que era diferente al común de los chiquillos de la escuela. Ahora lo reconozco, soy homosexual prácticamente desde que nací, pero en ese entonces no entendía que era, lo único que veía a mi alrededor era gente que hacia mofa de los “maricones”. Echaban en el mismo canasto a los asesinos, ladrones, prostitutas y maricones
En la adolescencia entré en un tremendo conflicto pues comencé no solo a sentirme atraído sexualmente, sino enamorado, y no podía sentirme realizado como imaginaba que podía realizarme algún día como ser humano.
Me fui a los 21 años, en busca de horizontes, no sabía lo que buscaba, pero si sabía que esta sociedad no era la sociedad en la que yo quería vivir. No estaba preparado para hacer la lucha y cambiar esta sociedad, me sentía muy solo. Enajenado como la gran mayoría de la gente, admirando figuras hollywoodenses, los monitos de Disneylandia, los gringos los buenos, los comunistas los malos. Tarzán, el rey de la selva; un inglés que era el rey de todos los africanos, toda esa mierda.
¿Cómo fue tu experiencia en México?
Haber, espérate, te saltaste. De Chile me fui a Colombia, de Colombia me fui a Miami, de Miami a Nueva York, de Nueva York a California, de California volví a Chile en los tiempos de la unidad popular.
Bueno, en breve, mis pocos ahorros se acabaron en Colombia. Llegué a dedo a Miami, allá conseguí papeles. En nueva york conseguí tres pegas, trabajaba tres turnos, me hacía tres sueldos mínimos, me vine a Chile porque se enfermó mi madre, gasté todos mis ahorros, los di a mi familia. Volví a Nueva York a trabajar, me hice vendedor y gane mucha plata. Fui cuico, de carro del año, tarjeta de crédito, comía en los mejores restaurantes, bebía los mejores licores. Además siempre con una loca, y me da vergüenza porque ahí si fui maricón. Usaba a las mujeres para ocultar mi homosexualidad, por mientras le daba a la doble vida, y me desahogaba sexualmente de forma clandestina, porque era ilegal ser homosexual en aquellos años. Entonces, felizmente salí del closet, me fumé mi primer pito de marihuana, hice una introspección, volví, como quien diría, a la concha de mi madre. Y en ese contexto me regalaron una cámara, empecé a sacar fotos, a sentirme en proceso de realización, algo que todavía practico.
Me enamoré, tuve mi primer compañero, un cabro afroamericano, estudiante de leyes en Stanford. Vivimos casi cuatro años juntos, fue una hermosa relación. Pero como todo tiene un principio y un fin, llegó el fin. Tuve otro amor. Después me vine a Chile a defender los logros de la Unidad Popular. Me sacaron la chucha los pacos y los milicos, fui preso dos veces, casi me mataron, y me fui diez días después del golpe. Estuve casi treinta años sin volver a Chile.
En California trabajé mucho por la solidaridad con Chile, también con Vietnam. Tengo el honor de que mi primer poema que se me publicó sobre la faz de la tierra se publicó en Vietnam. Me desarrollé como gestor cultural, a cargo de cultura de muchas organizaciones de las que fui miembro o cofundador. Eché a andar varios centros culturales, en varios lugares de varios países, y siempre en el campo de la fotografía haciendo reportajes, haciendo ilustración y dando clases de fotografía. Siempre estaba en talleres y escuelas de arte de universidades. Nunca empleado, me han ofrecido empleos pero no me gusta ser empleado.
México fue llegar a otro mundo, fue un sueño maravilloso. Un día me mandaron por 24 horas a dar un paquete de documentales, me quede tres días. Después a fui a un festival de teatro de un mes, teatro de todos los continentes, de Canadá hasta tierra del fuego. Y me quedé dos meses, dando clases de fotografía. Después de muchos años, fui por un viaje de estudio de tres meses y me quede doce años. Ahí tuve la dicha de conocer a Amparito. Llegue a vivir con un grupo de teatro, el grupo Los Mascarones, que ya tiene más de 40 años haciendo teatro. Y ahí celebraban todos los jueves el frente popular por los derechos humanos del estado de Morelos. Había que sacar 40 presos políticos, yo pedí permiso para opinar esa vez. Dije, podemos levantar dos pájaros de un tiro, levantar conciencia y levantar cullín, ¿Qué es eso compañero? Me preguntaron. “Money”. Lana, como dicen en México. Y les pregunté por los mejores artistas de México, Amaro Ochoa, Gabino Palomares y Los Folkloristas, y por el teatro más grande de Cuernavaca, la catedral, me respondieron. Bueno, llenamos la catedral, juntamos dinero y por tres meses hicimos presentaciones de poesía, teatro, danza, y por supuesto, compañeros hablando de por qué estaban presos los presos políticos, lo que debiéramos hacer aquí. ¿Por qué están presos los mapuche? Debiéramos andar en las comunidades, en las comunas, y ahí deberíamos estar los artistas, creando cosas y diciendo esto pasa por esto. Te aseguro que los sacamos, pero aquí falta conciencia y unidad, estamos todos esperando a ver si el gobierno, son tan buena gente ellos, si tienen la bondad de compadecerse, y a ver si dios nos ayuda (irónico).
¿Por qué crees que pasa eso? ¿Por qué en México las cosas resultan tan rápido y aquí en Chile, sobre todo en nuestra región, las cosas cuestan tanto?
Porque estamos aweonados en Chile. Por ejemplo, Morelos no era un estado revolucionario, era un estado donde ganaban gobernantes de derecha. Pero se aunaron las voluntades populares, se aunaron los estudiantes, los sindicatos independientes, los campesinos, las comunidades de base, los cristianos, los artistas y los partidos políticos, y se creó la unidad con un objetivo, tenemos estos compañeros que están presos, y logramos sacarlos.
Dentro de eso conocí a Amparo, y luego nos encontramos en una fiesta en la capital, después de un concierto de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. Me saludo, compita ¿usted aparte de revoltoso que hace? Fíjese que escribo, compañera, le dije. ¿Y qué escribe compañero? Le pase un poema, Los Angelitos, lo andaba trayendo a máquina. Al pasar el tiempo me llamaron de la capital, me invitaron a un festival internacional. Había artistas de 50 países, y Amparo cantó mi poema musicalizado por ella, yo me llegué a mear de la emoción, y ahí nos hicimos súper amigos. O sea cariño, nos agarramos tanto cariño, que todo lo que yo componía ella le hacía los arreglos y lo cantaba, al punto que quería hacer un disco con mis canciones, cosa que realizó su hija María Ines después de casi veinte años acá en Chile. Amparito, una de las grandes en todo el continente y querida en todo el mundo yo le escribí ocho años antes de su partida.
Amparo Ochoa- Es hija y madre mexicana, es compañera y hermana de las voces mas altas y profundas de nuestro continente, en las fiestas y en las marchas de los pueblos en grabado y en presente están las flores que cosecha y va sembrando con decoro en su pecho hay un tesoro que fluye a los cuatro vientos en su voz los sentimientos del pueblo trabajador, labrando un mundo mejor, le va cantando a la vida, va cantando por amor- Cuernavaca 1986
¿Por qué volver a chile?
Y por qué no volver ? Además yo no volví a Chile, yo vine a Chile. Volví a Chile para el tanketazo del 73, y salí llorando. Entonces nunca más digo vuelvo, sino que vine. ¿Y qué viniste a hacer? y ¿Por qué volviste a Chile? me preguntan. A vivir, y parte de mi vida es mi trabajo. Mi trabajo es libertario, medio de comunicación, cultura, político cultural. No me quiero poner el apellido de revolucionario porque no me corresponde. Revolucionario ya son palabras mayores. Pero si aportar lo máximo en todo lo que sea ayudar a la emancipación de la gente, a sentirse libre para poder luchar por la libertad.
¿Cómo es tu visión del arte aquí en Chile, específicamente aquí en la región?
Algo me he dado cuenta, de que hay mucho talento artístico, buenos músicos, buenos instrumentalistas, cabros que tocan rock, que tocan blues, son secos. Pero también muchos refritos de las cosas gringas de los años 60 a 90. No hay originalidad. Hay grupos, cabros jóvenes, los Mapurbe, que conocí en Santiago, y que hacen una fusión de hip hop, con rock y música mapuche. Me gustan esas fusiones, pero todavía no he conocido eso acá en Temuco. Rayen Kiyen, me encanta su poesía, aunque por lo general ella recita en mapudungun proyecta mucha fuerza, newen y convicción. En la música, conocí a Susana Cofré que tiene una voz preciosa y que ahora está proyectándose más, obviamente está empezando, tiene mucho que hacer, experimentar y romper algunos tabúes. Obviamente hay muchos mas, Nicolas Michel, Braulio Soto, Daniel Newmann, Fernando Salazar, etc. Buenos autores con un estilo muy propio de acá, algo entre trova y religión y muy buen manejo de la metáfora, aunque a veces es necesario llamar a las cosas y a los pillos por su nombre, como dice el compa Alfredo Seguel.
Hay que darle más picardía a la canción, hay que ponerle más ritmo, más sabrosura, que contagie a la gente. A la gente le gusta escuchar en la radio las cumbias, los corridos, las rancheras, los boleros, las cosas sabrosonas, con sazón, picantitas, y si uno le puede meter buenas letras a eso, bakán loco. Si uno quiere llegar a las mayorías, hay que ser de las mayorías, interpretar a las mayorías y cantar para las mayorías.
Para ir terminando ¿cómo es tu relación con los artistas jóvenes, como el Kolectivo Espiral?
Bakán, a pesar de nuestra diferencias nos hemos agarrado cariño, y eso es fundamental. En un colectivo tiene que haber valores individuales para aportar al valor del colectivo. Las diferencias son cosas menores, los objetivos son comunes, los problemas son comunes. Nuestro estilo, nuestra forma de decir las cosas puede ser distinta, pero yo me siento a gusto, en la juventud yo veo sinceridad, siento que hay transparencia en la nueva generación.
Silvio estudió geografía, y se dedicó al canto. Hay algo que se llama vocación, y en eso, la naturaleza por cada cientos de habitantes se encarga de decir esta loca o este loco es bueno para el área de la comunicación, nació con el talento de la expresión. Yo de cabro chico hacía de todo, menos escribir, scribí mi primer poema a los 28 años.
¿Cómo ocurrió eso?
En el año 1968. En ese entonces había dejado la pega, había quemado las tarjetas de crédito, había entregado el auto del año, había dejado de afeitarme, y salí del closet. Tenía una relación, que no era una relación como la que uno siempre sueña con los violines, sino que con un loco con el que lo pasábamos bien conversando y en la cama, había mucho común denominador en ambas áreas, y eso despertaba lo espiritual. Y en el deseo de experimentar un día, me empiluché, puse música, y desde ese día escribí poemas, si quieres te lo leo.
Ya, genial…
“Por un sueño me mandaron/ antes que naciera el alba/ la visión original/ como premio por la calma/ con que suma los sentidos/ cuatro letras encantadas/ como pétalos abiertos/ perfumando las palabras/ que describen con certeza/ las imágenes que labran/ el umbral inmensurable/ donde la inquietud me llama/ desnudo me inicié con el rito de una danza/ y a oscuras me encontré solamente con mi alma/ navegando al infinito/ a descubrir que la nada/ con el fuego del origen/ cual relámpago se acaba…..
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