El presidente Sebastián Piñera, de Chile, muy preocupado se ha mostrado por “las restricciones a las libertades en Cuba y Venezuela” y sus “modelos absolutistas”. ¿Su nación es el Paraíso Terrenal?
Cosas de la "democracia" A finales del año pasado, conocí que Santiago de Chile está preocupado por las restricciones a las libertades políticas y los derechos humanos en Venezuela y Cuba, según declaración del presidente Sebastián Piñera, en una entrevista publicada por el diario El Mercurio.
Luego de casi tres meses, encontré el titular Presidente de Chile critica modelos absolutistas de Cuba y Venezuela, y estas ideas del estadista sudamericano:
“Las dos visiones de cómo enfrentar el mundo, en lo político, en lo social, en lo económico, son distintas, por ejemplo, lo que persigue la Cuba de Castro o la Venezuela de Chávez, de lo que están buscando la Colombia de Santos o el Perú de García o nuestro propio país”.
“Yo siento que el modelo que estamos siguiendo en Chile, es, definitivamente, el mejor modelo para Chile y creo que es el mejor modelo para América Latina, pero cada país tiene derecho a buscar su propio camino siempre y cuando lo haga respetando los derechos humanos y respetando la democracia”.
“Por tanto hay dos caminos: los resultados están mostrando con meridiana claridad que hay un camino mejor, que conduce a la democracia, al desarrollo, a fortalecer la democracia que lleva a la paz y otro camino que no lleva a ninguna parte”.
Sin embargo, reportes de agencias que operan desde la Patria de Salvador Allende dan cuenta de cómo se incrementa el movimiento contestatario en esa latitud.
Por ejemplo, este 17 de junio encontré que son multitudinarias las protestas en Chile contra el lucro en la educación, pues unos 200 000 chilenos marcharon por las principales calles del país sudamericano en reclamo de educación pública y gratuita, en una jornada calificada aquí de gloriosa por sus organizadores.
Mientras, continúan en paro unos 300 liceos, institutos y universidades —informa un reporte de Prensa Latina.
Entretanto, hallé cómo este convulso panorama ha merecido que la prensa internacional con sus corresponsales en Santiago haya entregado una cobertura que difiere notablemente de la prensa chilena, dado que analizan las protestas en su contexto general y la comparan con la “Revolución Pingüina” del 2006, sin centrarse en hechos aislados, como hacen los canales nacionales, ligados al oficialismo.
En tal tejido, recordé las protestas de estudiantes universitarios en Londres y San Juan que tuvieron lugar en diciembre último y que me llevaron a sostener: “He aquí otro de los tantos Valores de Cuba: episodios como estos desaparecieron de la Mayor de las Antillas hace más de medio siglo”.Además, pensé que el mandatario chileno debía tomar nota de lo que sucedió-sucede en la Patria de José Martí y Fidel Castro alrededor del 6to. Congreso del Partido Comunista de Cuba. Al propio tiempo, me hice un par de preguntas y una acotación, a saber: ¿Democracia en Chile? ¿Esta nación es el Paraíso Terrenal? ¡Enhoramala!
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