Sin previo aviso, los cuatro presos que ya cumplen 86 días en huelga de hambre fueron sacados del Hospital de Victoria y trasladados a recintos de salud de otras ciudades. Sus familiares, que no fueron informados de la acción, temen por sus vidas y denuncian una estrategia para debilitar el movimiento.
El más delicado de salud es Ramón Llanquileo, quien fue conducido a la Unidad de Tratamientos Intensivos del Hospital de Concepción. José Huenuche fue llevado a Los Ángeles, Jonathan Huillical a Nueva Imperial, mientras Héctor Llaitul continúa en Victoria. Se presume que esta acción tendría la finalidad de alimentarlos a la fuerza.
La vocera de los presos políticos mapuche, Natividad Llanquileo señaló que han sostenido conversaciones constantes con el director del Hospital de Victoria, quien no les ha querido informar con claridad qué va a pasar y a dónde llevarán a sus familiares, y denunció una jugada política en este traslado para dividir el movimiento.
“De no ver que iban sacándolos no hubiésemos sabido nada, nada se nos informó. El director del hospital tiene mi teléfono y no me avisó. Es una forma más que tiene el Gobierno, a través del Servicio de Salud, de debilitar el movimiento. Cualquier cosa que pueda pasar va a quedar bajo su responsabilidad tanto del Hospital de Victoria como del Gobierno chileno”, afirmó la vocera de los comuneros.
Natividad indicó que esta mañana les aseguraron que “los estaban controlando”, por lo no pudieron verlos hasta que constataron cómo los iban sacando del hospital, todo gracias a que los familiares están a las afueras del centro de salud solidarizando con los dirigentes y han comenzado ellos también un proceso de ayuno.
“El traslado de Ramón a un hospital, si se lleva a más de tres horas de viaje, con lo delicado que está puede significar su muerte”, sentenció preocupada Natividad, quien es hermana del comunero.
Mientras, la abogada Victoria Fariña se refirió al estado en el que mantienen a Héctor Llaitul en Victoria, quien sería sindicado por el Gobierno como el presunto líder de la coordinadora Arauco Malleco y quien fue condenado a las mayores de las penas.
“A don Héctor Llaitul lo tenían esposado en la cama del hospital y le habían inyectado un sedante. No sabemos quién lo inyectó porque si bien Gendarmería ganó el recurso de protección para alimentarlos por la fuerza, es alimentación por la fuerza, no sabemos si incluye sedantes, pero el hospital y los funcionarios no están autorizados aún, porque ese recurso está pendiente, para realizar procedimientos invasivos”, dijo la abogada.
Por su parte, el ex candidato presidencial y líder de la Nueva Fuerza de Izquierda, Jorge Arrate, dijo que “el Estado tiene una responsabilidad muy grande cuando no asume sus funciones. Aquí la solución pasa por tomar el rábano por las hojas: la Ley Antiterrorista hay que modificarla a fondo, dejarla de lado y reconocer que el juzgamiento de los comuneros mapuche es un hecho que no puede volver a repetirse”.
Mientras, han surgido nuevas vías para que las autoridades nacionales hagan frente al problema, como la utilización del indulto presidencial. Sin embargo, al ser consultada la vocera Ena Von Baer sobre si el Presidente ha evaluado esta opción mantuvo su postura al señalar que “acá hubo una decisión de los tribunales de justicia que nosotros vamos a respetar”, reiterando nuevamente que “el Gobierno ha cumplido con todos sus compromisos”.
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