CARAVANA DE LA MUERTE LA SERENA. 16 de octubre de 1973.
La
Caravana de la Muerte inició su viaje al norte del país, el martes 16
de octubre de 1973. El brigadier Espinoza declaró al Juez guzmán que el
viaje al norte incluyó La Serena, Copiapó, Antofagasta, Calama, Iquique,
Arica y Pisagua.
A
las once de la mañana el Puma aterrizó en el aeródromo de La Serena,
donde lo esperaba el comandante del regimiento, el coronel Ariosto
Lapostol, quien los vió bajar a todos en tenida de combate y fuertemente
armados, Pedro Espinoza, Sergio Arredondo, Marcelo Moren Brito, Armando
Fernández Larios y Moren Brito, su segundo comandante en La Serena,
quien había viajado a Santiago en vísperas del Golpe para reforzar las
tropas.
Arellano, como
oficial delegado del general Pinochet, revisó los procesos de los
prisioneros y coloca un ticket en cada nombre de ciertos detenidos que
seleccionó, dijo al juez el coronel Lapostol. Y agregó: "Finalmente se
marcó un total de quince detenidos, respecto de los cuales el general
Arellano manifestó que debían ser sometidos a consejo de guerra. En el
intertanto, el mayor Marcelo Moren Brito procedía a anotar el nombre de
cada detenido en una libreta aparte. Una vez que el general Arellano
resolvió someter a consejo de guerra a estos quince detenidos, yo le
hice presente que entre ellos había tres personas que ya habían sido
sometidas a consejo de guerra y que ya estaban cumpliendo su condena en
la Penitenciaría de La Serena. Sin embargo el general Arellano me indica
que las penas eran muy leves y que, por lo tanto, era necesario
someterlos a un segundo consejo de guerra".
El
juez le preguntó al coronel Lapostol por el caso de esos tres
condenados (Guzmán, Marcarían y Alcayaga): "Ninguna de esas tres
personas fue condenada a muerte por el consejo de guerra presidido por
mí y ellos estaban cumpliendo la correspondiente sentencia en la
Penitenciaria de La Serena. Sin embargo, cuando el general Arellano
llegó a La Serena consideró que las penas que se les habían aplicado
fueron demasiado benignas y que, por lo tanto, era necesario someterlos
de nuevo a un consejo de guerra, porque según el general Arellano estas
personas habían cometido delitos graves. Ante la resolución del general
Arellano, yo me opuse rotundamente a que se hiciera un nuevo consejo de
guerra, considerando que yo había presidido el anterior y considerando
que las penas que se habían aplicado eran justas. Incluso yo le
manifesté al general Arellano que las sentencias dictadas por el consejo
de guerra presidido por mí, respecto de estas tres personas, quedaran
como estaban y que se hiciera un consejo de guerra respecto de las doce
restantes, pero cumpliendo todas las formalidades legales, vale decir,
con una debida defensa".
Fue
—le dijo el coronel Lapostol al juez— "un momento de mucha tensión.
Finalmente, le solicité autorización para retirarme". Y salió del
regimiento, dando por perdida su batalla.
"Salí
por la entrada de guardia, quedándome en los jardines exteriores, entre
el casino de oficiales y la guardia, a unos 50 metros al sur de la
guardia (...) Estoy molesto y desagradado porque le he repetido al
general, unas siete veces, que las tres personas ya condenadas por
consejo de guerra, presidido por mí, sean enviadas a la Penitenciaría
para el cumplimiento de sus condenas (...) No obstante mi petición, el
general se mantiene en su posición, no respetando mi decisión en el
consejo", relató el coronel Lapostol al juez. "Quince a veinte minutos
después, yo permanecía en el mismo lugar, siempre parado, puesto que no
hay asientos, cuando concurre el general Arellano a conversar conmigo
(...) El tema tratado es el mismo conversado en la comandancia. Insiste
en que es necesario un nuevo consejo de guerra para esas tres personas,
argumentando que las penas son muy leves".
Y
en eso estaba Lapostol, hablando con Arellano, cuando ve venir
caminando al capitán Mario Vargas Miqueles, de regreso de la misión que
le había encomendado en Vallenar. El capitán Vargas se acerca y le pide
permiso al general Arellano para dar cuenta de su misión al comandante
Lapostol. El general Arellano autoriza y ellos se apartan unos metros.
El detallado informe acerca de los mineros polacos del yacimiento de
fierro —enviados a Santiago para ser repatriados—duró unos quince
minutos aproximadamente. Y al final, el coronel Lapostol le contó al
capitán Vargas lo que sucedía con la comitiva del general Arellano y la
orden de que se constituyera un consejo de guerra. Obviamente éste aún
no comenzaba, ya que estaban en la guardia —única entrada al
regimiento—y no se había visto ingresar abogados defensores de los
prisioneros. El coronel Lapostol le ordenó al capitán Vargas que se
quedara allí. Y se quedó "detrás de mí, a unos dos o tres metros", en
tanto él volvió a reunirse con el general Arellano. La siguiente escena
es clave en el caso. El general Arellano y el coronel Lapostol siguen
hablando, el capitán Vargas está muy cerca, cuando se escuchan los
disparos: "Me sorprendo y entonces, de inmediato, le ordeno al capitán
Vargas que averigüe lo que está sucediendo, qué está pasando. El capitán
se dirige hacia el lugar donde se sintieron los disparos", declaró
Lapostol. El capitán Vargas regresó unos quince minutos después.
—Cumplida su orden, mi comandante... —Informe... —Hay quince personas
muertas en la cancha de tiro de pistola... "En los instantes en que el
capitán Vargas me informaba, se escucharon nuevamente disparos aislados
que provenían de la misma dirección", dijo el coronel Lapostol al juez. Y
agregó: "Acto seguido, le pregunto al general Arellano qué es lo que
sucede y él me contesta que esos disparos deben corresponder al
resultado del consejo de guerra".
El
juez Guzmán recibió el testimonio de un oficial —testimonio que quedó
archivado en el tomo reservado—que relató de otro modo lo que ocurrió.
En el polígono de pistola, ubicado en el faldeo del cerro, cerca de la
"sala de banda", los quince prisioneros fueron asesinados por miembros
de la comitiva del general Arellano, frente a los oficiales del
regimiento. Ahí está la explicación para los primeros disparos. Luego se
ordenó a los mismos oficiales locales dar los "tiros de gracia". Y de
ahí los segundos disparos.
La
investigación estableció que fue el coronel Marcelo Moren Brito quien
los sacó de la cárcel y los llevó al regimiento para ser asesinados. El
juez leyó en alta voz el párrafo de la declaración del general Arellano,
en el cual sostenía que el coronel Lapostol debió impedir dicha acción.
General Arellano Stark: "Mantengo mis dichos. El coronel Lapostol debió impedirlo. Yo no ordené esa acción".
Coronel
Lapostol Orrego: "¿Quién le dio la orden a Moren Brito para retirar a
las quince personas desde la Penitenciaría? Es un hecho que desconozco.
Pero quiero reiterar que las quince personas fusiladas son las mismas
personas cuyos nombres fueron ticados por el general Arellano Stark,
cuando revisó la lista de detenidos que mantenía el mayor Casanga en su
oficina del regimiento. Y al mismo tiempo que el general platicaba,
Moren Brito tomaba nota de los nombres ticados y los anotaba en una
libreta que llevaba".
¿De qué color era el lápiz con que el general Arellano ticaba? —preguntó el ministro Guzmán.
Coronel Lapostol Orrego: "Era de color rojo".
Coronel
Lapostol Orrego: "Mantengo lo dicho y debo agregar que meses después
llegó un documento a La Serena comunicando que la pena que le había sido
impuesta a Guzmán, en el Consejo de Guerra presidido por mí, había sido
rebajada de cinco años a un año. Me parece que hay una contradicción
entre lo que dice el general Arellano y el hecho de que el mismo
tribunal aludido rebaje a sólo un año la pena de alguien que ya fue
ajusticiado".
¿Qué
pasó una vez que los quince prisioneros estaban muertos? El coronel
Lapostol declaró al tribunal lo siguiente: "Como una media hora después
de que llegara el capitán Vargas a informarme, siendo aproximadamente
las cinco o cinco y media de la tarde, llega Arredondo al mismo lugar
donde nos encontrábamos, dando cuenta al general Arellano de que está
todo finiquitado (...) Y unos cinco minutos después de que Arredondo
informara al general Arellano, éste emprende su retirada del regimiento
con su comitiva. Los vehículos estaban dispuestos para su traslado al
aeropuerto".
Así
fue como, en un mismo jeep, Lapostol fue al aeropuerto con el general
Arellano y el capitán Chiminelli. Le pidió entonces el acta del consejo
de guerra que debía legalizar la muerte de los quince prisioneros. El
general Arellano le contestó que Chiminelli, su ayudante, le entregaría
"una que trae en su maletín, pero no me la entrega. Cuando ya estaban en
el helicóptero, reiteré mi petición del acta y le grité debido al ruido
del motor del helicóptero, diciéndole que me la mandara desde
Santiago".
La Jefatura de Plaza, a través de la Prensa, entregó un comunicado oficial en el cual señala:
"Se
informa a la ciudadanía que hoy 16 de octubre a las 16:00 horas fueron
ejecutadas las siguientes personas conforme a lo dispuesto por los
Tribunales Militares en tiempos de Guerra...".
La
información oficial entregada por la autoridad militar de la zona, da
cuenta de la celebración de un Consejo de Guerra el día 16 de Octubre el
que habría dispuesto las condenas a muerte de los quince detenidos; y que el tribunal sentenciador habría "venido especialmente de Santiago ".
Los cuerpos no fueron entregados a las familias para su sepultación.
Las víctimas de La Serena son:
- Carlos Enrique Alcayaga Varela, 38 años, albañil, Secretario Regional de la Central Unica de Trabajadores (CUT), Gobernador de Vicuña y militante del Movimiento de Acción Popular Unitario (MAPU). Fue detenido el l2 de septiembre por Carabineros de Vicuña y llevado a la Comisaría de esa ciudad, lugar desde el cual es trasladado a la Cárcel de La Serena.
- José Eduardo Araya Gonzalez, 23 años, campesino, militante del Partido Comunista. Fue detenido en Salamanca y llevado a la Cárcel de esa localidad; al cabo de cuatro días
es trasladado a la Cárcel de Illapel, lugar en el cual permanece hasta
el l5 de octubre , fecha en que es conducido a la Cárcel de La Serena.
- Marcos Enrique Barrantes Alcayaga,
26 años, supervisor en la Planta de Manufacturas de Neumáticos S.A.
(MANESA), militante socialista. Fue detenido en su lugar de trabajo el
16 de septiembre por efectivos militares, conducido al Regimiento de La Serena y desde allí a la Cárcel local.
- Jorge Abel CONTRERAS GODOY,
31 años, campesino, sin militancia política conocida. Fue detenido por
Carabineros, conducido a la Comisaría de Illapel y desde allí a La Serena. Permaneció incomunicado.
- Hipólito Pedro CORTES ALVAREZ,
43 años, obrero, funcionario municipal, dirigente del Sindicato de la
Construcción y militante del Partido Comunista. Detenido en su lugar de
trabajo por Carabineros de Ovalle, trasladado hasta la Comisaría de esa
localidad y desde allí a la Cárcel de La Serena.
- Oscar Armando CORTES CORTES,
48 años, campesino, militante del Partido Comunista. El 22 de
septiembre fue detenido en su domicilio por efectivos de Carabineros de Ovalle y llevado a la Comisaría. Posteriormente es trasladado a la Cárcel de La Serena.
- Víctor Fernando ESCOBAR ASTUDILLO,
22 años, técnico agrícola, funcionario de la Empresa de Comercio
Agrícola (ECA) y Secretario Comunal del Partido Comunista. El 1º de
octubre es detenido por Carabineros de Salamanca y conducido a la
Subcomisaría de esa localidad. Trasladado a la Cárcel de Illapel y luego
a la Cárcel de La Serena.
- Jorge Mario JORDAN DOMIC, 29 años, médico, militante del Partido Comunista. Se presentó a la Comisaría de Ovalle el 12 de septiembre luego de ser requerido por un bando. Estuvo detenido un día y luego permaneció bajo arresto domiciliario. El l6 de septiembre es detenido nuevamente y conducido al Regimiento de La Serena, desde allí es llevado a la Cárcel de la ciudad.
- Manuel Jachadur MARCARIAN JAMETT, 31
años, agricultor, militante del Partido Comunista. Detenido el 16 de
septiembre, en Los Vilos, por efectivos de Carabineros. Fue conducido a la Cárcel de Illapel, Recinto en el cual permanece hasta el 18 de septiembre, fecha en que es trasladado a la Cárcel de La Serena.
- Jorge Ovidio OSORIO ZAMORA,
35 años, profesor universitario, militante socialista. Fue detenido por
funcionarios de Investigaciones en las dependencias de MANESA el l7 de septiembre y conducido a la Cárcel de La Serena.
- Jorge Washington PEÑA HEN,
45 años, músico y profesor universitario. Militante socialista. Es
detenido el l9 de septiembre por funcionarios de Carabineros de La Serena, trasladado a la Comisaría y luego a la Cárcel de esa ciudad, Recinto en el cual es visitado por su familia.
- Mario Alberto RAMIREZ SEPULVEDA, 44 años, profesor universitario, militante del Partido Socialista. Se presentó al Cuartel de Investigaciones de La Serena el 27 de septiembre luego de ser citado. Fue detenido e inmediatamente trasladado al Regimiento y luego a la Cárcel de esa ciudad. Su familia sólo pudo visitarlo en dos oportunidades. La mayoría del tiempo permaneció incomunicado.
- Roberto GUZMAN SANTA CRUZ, 35 años, abogado, asesor de la Compañía Minera Santa Fé y
militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR). El l4 de
septiembre se presenta voluntariamente al Retén de Incahuasi luego de
informarse que había sido requerido por las autoridades de La Serena. Es
detenido y desde allí conducido
a la Cárcel de La Serena. Procesado por infracción a la Ley de
Seguridad Interior del Estado. En Consejo de Guerra del 27 de septiembre
es condenado a la pena de presidio por 5 años. El 26 de junio de 1975, cuando ya había sido ejecutado, por decisión del Comandante en Jefe, se modificó la sentencia y su condena fue rebajada a 541 días.
- Gabriel Gonzalo VERGARA MUÑOZ,
22 años, campesino, militante del Movimiento de Acción Popular Unitario
(MAPU). Fue detenido el 12 de octubre de l973 por efectivos de
Carabineros de Ovalle; luego de permanecer dos días en la Comisaría de esa localidad, es trasladado al Regimiento "Arica" de La Serena. En ambos lugares permaneció incomunicado. Luego es trasladado a la Cárcel de La Serena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario