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domingo, 26 de septiembre de 2010

Policía infiltrado en anillo de seguridad del "Mono Jojoy" fue clave en su muerte

Durante dos años se hizo pasar por guerrillero:

Testimonio exclusivo de un policía que se hizo guerrillero para llegar al fallecido jefe militar de las FARC:


Fuente El Mercurio

Un sargento, hoy héroe anónimo, fue la ficha clave para marcar la ruta hacia el escurridizo líder guerrillero.

Jineth Bedoya Lima Enviada especial de El Tiempo/GDA

LA MACARENA.- El 8 de febrero de 2006, la caída del "Mono Jojoy" se convirtió para la Policía en un asunto de honor. Ese día fue asesinado en La Julia (provincia de Meta) un oficial que se había infiltrado en las estructuras del Bloque Oriental de las FARC y que tenía como misión llegar al primer anillo de seguridad del jefe guerrillero. Sus subalternos tuvieron que llorarlo en silencio.

Sin pensarlo dos veces, uno de ellos, un sargento, se ofreció para completar la misión de infiltración. Este hombre, hoy un héroe anónimo para Colombia, fue la ficha clave del golpe de la madrugada del miércoles, cuando finalmente cayó Víctor Suárez, que era como en verdad se llamaba el líder militar de las FARC.

El suboficial y otros tres hombres de Inteligencia de la Policía fueron los que marcaron la ruta hacia "Jojoy" en el Meta. Este diario obtuvo su testimonio y reconstruye paso a paso cómo fue la misión que duró dos años y tres meses antes del golpe de gracia.

Ganando la confianza

Aprovechando que los frentes de las FARC de Cundinamarca estaban en desbandada por la primera fase del Plan Patriota, y con un negocio de fachada, los agentes se instalaron en La Julia.

Poco a poco, el suboficial empezó a conocer a guerrilleros y a ganarse su confianza. Entonces supieron que el "fuego amigo" se había convertido en un problema para las FARC y que el "Mono", para no perder más tropa, ordenó que cada patrulla llevara una mujer, para distinguirlas de las del Ejército. Una de esas mujeres, sin saberlo, ayudó a guiar las más de siete toneladas de bombas que le llovieron al jefe guerrillero en la operación "Sodoma". En todo este tiempo, ese sargento de la Policía fue guerrillero del "Embo", Estado Mayor del Bloque Oriental de las FARC. "Uniformado y con arma, pero no le tocó enfrentar a las tropas", aseguró uno de sus superiores.

Con toda cautela empezó a cultivar una relación con la guerrillera, que estaba en el segundo anillo de seguridad del "Mono". Con la información que le sacaba a ella y lo que él mismo vio, tejió la red que cerró el cerco.

"Duraba meses sin salir del área, pero cada vez que podía se acercaba a la fachada y entregaba la información", cuenta uno de los oficiales de Inteligencia. Lo más cerca que tuvo a "Jojoy" en persona fue a 9 kilómetros, entre el 27 y el 29 de noviembre de 2009, en la misma zona donde se dio el ataque definitivo (La Escalera, en La Macarena).

Para esas fechas, las diferentes compañías guerrilleras tuvieron que moverse. Esa también fue la primera y única vez que el suboficial vio su búnker. De paso hacia La Escalera hicieron una parada en el campamento para abastecerse, pero "Jojoy" estaba en otro punto.

La información de ese día fue determinante: sus jefes dicen que, "con mirada fotográfica", el hombre de Inteligencia grabó en su cabeza lo más que pudo del lugar: vegetación, las construcciones, la geografía, los puntos de referencia y el despliegue de los guerrilleros que estaban allí.

En los siguientes meses, sus contactos recibieron el dato y lo juntaron con lo que se manejaba en Bogotá, gracias a las deserciones de guerrilleros del Bloque Oriental. Miembros de casi todos los anillos de seguridad del "Mono" dieron información, pero la ruta siempre iba semanas o meses rezagada de los movimientos reales: "Hay que decir que el único anillo que nunca se pudo infiltrar fue ese primero, de 150 personas que le fueron leales a 'Jojoy' hasta el último minuto. En los otros dos hubo deserciones que nos permitieron ir consolidando la información de su ubicación".

Una de las mayores fortalezas de "Jojoy", su impresionante aparato de seguridad, terminó jugando en su contra. El mismo guerrillero decía que prefería pasar tiempos largos en un solo sitio, para no alertar a los organismos de inteligencia con los movimientos de los casi 1.000 hombres que lo cuidaban en diferentes anillos. Por eso tenía búnkeres fijos a los que volvía con frecuencia y en los que se quedaba por semanas.

Recta final

La recta final de "Sodoma" arrancó hace un mes. Para agosto, el infiltrado recibió la misión de prestar guardia en el tercer anillo de seguridad y se encontró con su amiga en una de las patrullas de reconocimiento. "Ella le contó que iba para el campamento grande, el que tenía el búnker de concreto. Esa fue la señal".

Como estaba planeado desde el principio, el infiltrado simuló una grave intoxicación que hizo que lo sacaran de urgencia a una población cercana. Desde allí se comunicó con sus compañeros, que de inmediato se agruparon y fueron a buscarlo para ponerlo a salvo y recoger la información. Eso ocurrió hace apenas 10 días. Para las FARC, seguramente quedó como un desertor más.

Sorprendentemente, aunque en esta operación se usaron las llamadas "bombas inteligentes", no hubo coordenadas electrónicas ni localizadores satelitales que las guiaran: "Con los datos que él dio, por las referencias geográficas y con inteligencia técnica aérea se ubicó el objetivo". Todas las FF.AA. aportaron los datos que tenían sobre la zona: interceptaciones y rastros de los anillos de seguridad. Así se concluyó que "Jojoy" estaba en La Escalera.

Sólo 10 generales y almirantes, además del Presidente Juan Manuel Santos y el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, sabían de la operación. En ella estuvieron los mejores pilotos y los de las Fuerzas Especiales. La hora cero fue a las 2:00 de la madrugada del miércoles. En ese momento fueron descargadas las primeras siete bombas. Luego vino otra y otra descarga, y una hora después desembarcaron los primeros hombres de Policía, Armada y Ejército.

Veinticuatro horas después, en el Cantón Norte de Bogotá, se oyó lo que todos esperaban: "Hay un hombre que se parece al blanco, tiene un pantalón verde oliva, camisa de microfibra militar, no tiene botas, está en medias negras y no tiene bigote. A su lado hay dos fusiles M-4", reportó un oficial. De inmediato, a través de un teléfono satelital les llegó la primera imagen del que parecía ser "Jojoy". No había duda. La leyenda negra del país había muerto

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55,3%

de los consultados en el sondeo del Centro Nacional de Consultoría (CNC) estimó que el último golpe contra la guerrilla representa "el principio del fin de las FARC". La encuesta se hizo el viernes.

32,3%

afirmó que no creía que la muerte del "Mono Jojoy" fuera a provocar el fin de las FARC.

88%

es la imagen favorable del Presidente colombiano, Juan Manuel Santos, tras la operación contra el "Mono Jojoy".

Expectación ante información de computadores halladosTendrían 11 veces más datos que los encontrados tras la muerte de "Raúl Reyes":

El director de la policía colombiana, general Óscar Naranjo, calificó ayer como un reto el trabajo de los peritos informáticos que tendrán la tarea de desencriptar la información de los 15 computadores, las 94 memorias USB y 14 discos duros que fueron hallados en el lugar donde fue muerto el jefe militar de las FARC, el "Mono Jojoy".

"Unos 40 expertos en informática trabajan día y noche para recuperar la información (...) creemos que hay datos cruciales", señaló Naranjo, quien estimó que en esos procesadores y en las memorias digitales hay "de 10 a 11 veces más información" que la que se logró procesar en los computadores hallados tras la muerte de "Raúl Reyes".

Según los investigadores, la importancia de estos archivos radica en que contienen textos, fotos y videos de fechas recientes, lo que les permitiría conocer contactos y posiciones de campamentos en donde pueden estar personas secuestradas, así como identificar destinatarios de correos electrónicos. Sin embargo, Naranjo señaló que esa labor, a cargo del Grupo de Informática Forense de la Dijin, probablemente tardará "meses".

Los primeros análisis han permitido reconocer que las FARC restringen al máximo el uso de teléfonos por precaución a ser rastreados y escuchados, por lo que acuden a estafetas que llevan memorias USB entre campamentos. Naranjo resaltó, por ejemplo, que en el campamento de "Jojoy" no se encontró ningún teléfono celular ni satelital.

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