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lunes, 9 de marzo de 2015

Exclusivo: Padre José Aldunate en medio de caso Penta-UDI: los políticos han dado la razón para que la gente proteste y se indigne

09/03/2015 | Por Nicolás Borcoski
Fue uno de los sacerdotes emblemáticos que defendió los derechos humanos durante la dictadura y se opuso al régimen militar. El padre Aldunate, con un estatura moral indiscutida, hoy de 97 años, habló con Cambio21 sobre la cuestionada política nacional, explicando que es la gente quien tiene el poder de cambiar el futuro del país.
Por estos días, el emblemático sacerdote que durante la dictadura luchó por los derechos humanos, vive en la casa de salud San Ignacio de Alonso Ovalle, perteneciente a los jesuitas.

Antes de iniciar nuestra conversación, a los 97 años, dice sentirse bien, que goza de buena salud, misma razón que le ha dado tiempo para estar consciente e informado de todos los hechos que han marcado la pauta noticiosa, empezando por la crisis política que significaron los escándalos de Penta y el caso Caval. "Chanchullos", a su parecer, que quedan marcados en cómo se reparten cargos públicos. De gran nivel intelectual, su estatura moral no le va la saga y de allí que sus opiniones reflejen muy bien la realidad presente.

Desde la Iglesia, ¿cómo perciben los deseos descontrolados de enriquecimiento del empresariado?

En general, es lo que nosotros, como Iglesia, condenamos este aprovechamiento de cualquier ocasión, a veces, rompiendo lo legítimo, pero otras veces, aprovechándose de oportunidades para enriquecerse a destajo. Creo que ese es el caso que hemos comentado del hijo de la Presidenta y de todos los chanchullos para lograr los puestos en que han caído casi todos los políticos, no uno que otro, sino que hay una generalización de utilizar métodos bien ilegítimos o sospechosos, a lo menos.

Este en un país en que la desigualdad ha crecido.

¿Le ha sorprendido que haya estallado tal nivel de "chanchullos" como usted dice?

Es buena señal que esto se denuncie. En cierta manera la acusación contra la clase política ha sido excesiva y exagerada. Hay políticos auténticos, gente buena y esos son los que aparecen para denunciar. Si comparamos Chile con otros países, quedamos bien situados y los balances internacionales dan a Chile una posición privilegiada.

Se generaliza mucho...

Demasiado. En Chile, la acusación contra la clase política ha sido excesiva, injusta y al fin y al cabo, la clase política es la que grita y que sostiene una institucionalidad fundamental. Chile ha sido privilegiado, tal vez por su tradición portaliana.

Vea lo que le pasa ahora a Argentina, también a Brasil, que es trágico que un país tan importante, haya tanta corrupción

Entonces, qué se le puede decir a la gente cuando se ve que no es sólo un parlamentario el involucrado, sino decenas.

Hay que ver lo que diga la justicia, no creo que haya una infracción flagrante del derecho. Hay situaciones un poco ambiguas y uno no diría que es una corrupción generalizada, sino un aprovechamiento de situaciones no bien legisladas, porque debiera haber un camino para que la gente pueda hacer su propaganda.

No creo que haya una corrupción en Chile comparable con la de otros países.

Pero tenemos casos de parlamentarios que confesaron...

Algunos han hecho confesión, pero una bonita. Hay que reconocerles la valentía de decir la verdad. Pero digo, no hay que ser tan pesimista o condenatorio cuando las cosas tienen sus matices.

"Desearía que la iglesia oficial fuera más clara y explícita al condenar esto de los ricos que se hacen más ricos", afirma el padre Aldunate

Anteriormente usted ha hablado desde el pueblo, del que lucha y responde ¿cómo ve la reacción de ahora?

Ha sido buena, por ejemplo de la juventud, ante una educación mala y pública, una que por un tiempo fue mucho mejor y que el gobierno militar echó a perder.

¿La gente está despertando, se defiende?

Sí. Los pingüinos y después los estudiantes marcaron. Tienen una razón de fondo y de cierta manera, el gobierno y los políticos les han dado la razón y la misma gobernante actual lo ha hecho.

¿Dice que los políticos le dieron la razón a la gente para que luche?

Para que luche, que protesten, para que busquen solución. Lo malo es que la solución que se busca no puede ser fuera de la institucionalidad, tiene que ser dentro, o sea, tomando parte. Estos jóvenes que protestan en la calle, pero después no votan, no se preocupan de mejorar la institución misma. Son inconsecuentes.

Hay una mezcla de razón de fondo, pero también de inconsecuencia. Eso es lo que tenemos que ir remediando.

Tengo confianza en los propósitos de la Bachelet (sic). Creo que ella pueda obtener fundamentalmente sus proyectos, lograr sacarlos adelante y el país podrá estar mejor.

Desde la iglesia, ¿cómo se condenan los actos del mundo político y su relación con el mundo empresarial, en que se roba de un lado para darlo a otro?

No suficientemente. Desearía que la iglesia oficial fuera más clara y explícita al condenar esto de los ricos que se hacen más ricos y los pobres que quedan en desigualdad. Este es uno de los escándalos que en un país católico, como pretende ser Chile, se campea impunemente.

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