Manuel Humberto Ahumada Lillo
¡¡La mansa cagadita!!
Esto
es lo que exclama la mayoría cuando se les pide una opinión respecto de
lo que está sucediendo en nuestro país, y es que los casos PENTA y
CAVAL parecen haber agotado la paciencia de muchos. Y ahí se quedan.
Comienzan a pasar los días y las cosas comienzan a retomar el rumbo que
el sistema desea.
Primero
se empatan, si metió las patas un sector, hay que buscar la caída del
otro, luego se ponen de conjunto a buscar soluciones que les permitan
hacer lo mismo pero de manera menos descarada. Finalmente y si la cosa
está muy complicada una comisión de hombres buenos donde suman a “los
tuyos y los míos” - personas que parece que están por sobre la media,
con buenos títulos y un extenso currículo - deberán proponer soluciones
de fondo.
A
los pobres, los desheredados, no les queda más que la rabia y la
expresión de ésta en reuniones de amigos. Solo ese parece ser el espacio
en que se cuestiona y sanciona moralmente a los corruptos, como si a
estos les interesara siquiera un poquito lo que piensan sobre ellos, los
que, por ahora, no inciden para nada en el destino del país.
Ojo, que lo anterior no es una cuestión menor.
Ni
una sola manifestación de rechazo a tan asquerosa forma de hacer
política, se ha producido en estos ya varios meses de putrefacción. A
lo mas hemos visto a un señor cargando un cartelito en las puertas de
los tribunales y algunas decenas de personas gritando chuchadas a los
pocos que no pueden eludir el cerco periodístico, ni una manifestación
como la que hicieron en Brasil por ejemplo, movilización que debería ser
promovidas por los que rechazan la corrupción. ¿O estarán todos, de
alguna u otra manera complicados con esta metida de patas y de manos?.
Como
se ha reaccionado?, Con declaraciones desabridas, que de tan conocidas
nadie considera ni pone atención, que reclaman sanciones ejemplares
caiga quien caiga, miles de “memes” en paginas web y los monólogos de un
afeminado y lenguaraz personaje televisivo que claramente sesgó su
verborrea, pues mientras basurea al hijo de la presidenta, apenas si
toca con el pétalo de una flor al dueño del canal en el que realiza su
espectáculo, así como a los involucrados en el caso PENTA.
En
efecto, el bufón Yerko Puchento a dicho lo que se debió decir desde un
principio respecto del hijo de Bachelet, pero no tuvo las agallas para
medir con el mismo rasero a su patrón, la familia Lucsik, no solo
metidos hasta las masas al haber aprobado el préstamo de la esposa del
idiota, sino que responsables directos de lo que están viviendo los
pobladores de Caimanes.
Y
hay más. ¿Como es posible que las personas- hombres y mujeres - que
asisten al programa donde este personaje ambiguo trapea con ellos, no
hagan siquiera el ademán, el mínimo gesto de expresarle su rechazo, el
malestar, ante la forma en que expone incluso sus problemas personales?.
Ese
pobre programa de televisión, expone claramente el estado en el que se
encuentra nuestra sociedad. Cuestiones yacentes de contenido pero que
permiten a los que asisten y a los televidentes, reír a mandíbula
batiente con cualquier estupidez que se diga. Que importa que unos pocos
se estén echando el país al bolsillo y vendiéndolo a precio de huevo al
capital. Mientras mas yerkos aparezcan denostando solo a algunos de los
muchos frescos de raja que invaden el país, los que salvan piola podrán
seguir trabajando tranquilos.
Pan y circo para el pueblo señores. Esa es la solución.
Sin
embargo cada vez somos más los que vamos dejando al desnudo la movida
del modelo e intentamos proponer algo diferente. Con dificultades, como
es obvio cuando se juntan tantos que por mucho tiempo estuvieron en
diferentes trincheras, pero lentamente avanzamos. Cuesta todavía a
algunos entender que podemos avanzar sin estar de acuerdo en todo, que
no es necesario imponer a los demás a rajatabla aquello en lo que
nosotros creemos, para dar pasos hacía adelante.
Lo
único en lo que no se puede transar es en la adhesión a lo principal, y
esto es por lejos la clase trabajadora, sus aspiraciones y sueños.
Así
lo entendieron distintas organizaciones que saludaron con actividades
diversas ésta fecha conmemorativa que es el Día Internacional de la
Mujer.
Ni
fiesta ni celebración, solo un día de refrendar compromisos por los
derechos y las demandas no satisfechas de la mujer, que se reclaman todo
el tiempo y que se resaltan el 8 de Marzo.
Nuestra
CGT asumió esto como un trabajo de todos, de mujeres y hombres y así lo
expresamos en las diversas actividades realizadas.
Mas
de 2.000 periódicos se entregaron en diversas estaciones de Metro y en
la actividad del CIUS, pese a lo positivo nos queda una gran
preocupación cuando vemos el desinterés en mucho y muchas tanto en
recibir el material, como en participar activamente de las iniciativas
que se desarrollaron.
La
tradicional exposición fotográfica y un foro en la sede social en el
que se lanzaron importantes propuestas, dan muestra de que este año
podremos concretar mucho mas de lo que veníamos logrando, principalmente
porque nuestras compañeras se han puesto a la cabeza de las actividades
y las sacaron adelante.
Este
espíritu de participación activa, de compromiso con la clase fue el que
se exhibió en el acto público del CIUS realizada el 10 de marzo, en el
Teatro Camilo Henriquez.
Un
acto sobrio que contó con la asistencia de mas de 200 dirigentes
sindicales, hombres y mujeres que llegaron a la actividad después de su
jornada de trabajo, quitándole un poco de tiempo a sus compromisos
personales para entregarlo a este ejercicio de unidad por la base.
Un
libreto concreto y claro, videos alusivos a lo avanzado, el aporte
musical de 2 profesoras de la UDP y un discurso contundente que deja
claramente expuestas las prioridades del trabajo en el corto y mediano
plazo.
Desde
allí nace el rechazo a las reformas laborales pro capital, presentadas
por el gobierno, pero también el compromiso de comenzar a trabajar por
demandas claras y concretas, las mas sentidas por la clase y que no han
sido ni serán recogidas por el parlamento. Por eso la pelea no termina
con estas reformas, que podrán imponer con sus mayorías parlamentarias.
La pelea comienza aquí.
Comienza
con la convicción de que los trabajadores destruirán el sistema que los
oprime, cuando les demos cuenta de lo que pasa y resolvamos junto a
ellos lo que hay que hacer para cambiar el estado de cosas. Los
explotados deberán saberse mayoría y la tarea del CIUS y del
sindicalismo clasista es explicarlo.
Como dijo un compañero en la reunión de evaluación del acto publico:
“En
el discurso dimos cuenta de nuestra realidad, realidad que hay que
hacer llegar a los trabajadores. Expusimos nuestras demandas las que
deben transformarse en banderas que guíen la lucha de la clase
trabajadora. Ese y no otro es el trabajo desde ahora en adelante”.Manos a
la obra entonces.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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