Los documentos secretos de la Cancillería y el Caso Cardoen
- Santiago Escobar
- Abogado y Cientista Político
- http://elmostrador.cl
- 10 de marzo 2015
-
- Carlos Cardoen nunca pensó que su problema con Estados Unidos duraría
tanto. Mal que mal, para un ingeniero audaz e innovador en sus
negocios, sobre todo de armas, oportunidad, velocidad y precisión son
máximas indiscutibles en cada una de sus operaciones. Pero algo salió
mal esta vez, y él se encuentra inmovilizado frente a un problema con el
gobierno estadounidense, pese a que ya han transcurrido más 20 años de
los hechos. Casi un tercio de su vida.
En estos días, el ingeniero espera revertir al menos una parte de sus
problemas, logrando que Interpol deje sin efecto la Alerta Roja que lo
mantiene inmovilizado en Chile. Según sus abogados, la Alerta Roja de
Interpol poco tiene hoy que ver con el juicio pendiente en Estados
Unidos. La medida se aplica a gente inubicable o fugada de la justicia,
mientras que Cardoen tiene domicilio conocido y lo único que desea es
que Estados Unidos concrete la petición de extradición para que se
resuelvan en sede nacional los delitos que se le imputan. De hecho, la
mantención de la petición de Alerta Roja atentaría directamente contra
los derechos humanos individuales de Carlos Cardoen.
Cuánto afectaría el escenario la aparición de documentos secretos y
reservados, adulterados donde se menciona el caso Cardoen, provenientes
de la Cancillería chilena –de lo cual trata esta crónica–, no se sabe.
Solo queda claro que se vería afectada la fe pública del Estado de
Chile, y la falta de rigurosidad de las autoridades de la Cancillería al
momento de intervenir oficialmente ante autoridades norteamericanas en
favor de Carlos Cardoen y, lo peor de todo, la vulnerabilidad de los
archivos secretos. Si ella no despeja de manera clara las dudas que
plantean los documentos, quedaría meridianamente en claro que alguien,
con acceso a documentos reservados y secretos de la Cancillería, hizo un
esfuerzo “por construir” una verdad estatal, en torno a la venta de
armas con circonio a Irak por parte de Carlos Cardoen.
Aunque parezca ser historia de espías y corrupción, la Cancillería es
la única que puede aclarar si los documentos adulterados, cuya
reproducción acompañamos, difieren de los originales, que debieran
reposar en las bóvedas del Ministerio de Relaciones Exteriores.
ALGO DE HISTORIA Y CONTEXTO
En 1994, recién iniciados sus problemas con la Alerta Roja solicitada
por Estados Unidos a la Interpol, Carlos Cardoen declaró a revista Qué Pasa (10/12/1994):
“Todo el tema mío no es jurídico ni comercial, sino político. Es
netamente político”. Y agregó: “La persecución contra mí ha llegado a un
nivel tal que estimo extremadamente importante algún tipo de acción por
parte del gobierno chileno”.
El empresario acababa de bajarse, por recomendación de sus abogados,
de la gira político-empresarial a Europa con el Presidente Eduardo Frei.
Sus dolidas declaraciones se referían a que el juicio por contrabando,
entablado por el gobierno estadounidense ante una Corte de Miami,
carecía de todo fundamento.
Según Cardoen, la venta del material estratégico en bombas de racimo a
Irak era un hecho conocido e incentivado por agencias del gobierno
estadounidense. También lo era por parte de las autoridades chilenas,
para las cuales el hecho era una clara evidencia de la existencia de
intereses compartidos con EE.UU. en un área altamente sensible de su
política exterior, que podía utilizarse para suavizar las ásperas
relaciones bilaterales de fines de los años 80. Por lo tanto, según el
empresario, no había hallazgo delictual de sus actos sino una
conspiración contra él, surgida del cambio de postura de la política
exterior norteamericana respecto de Irak, alimentada posiblemente por
la CIA y el escándalo Irán-Contras en Nicaragua. Con esa tela, dijo, le
colgaron un traje de inescrupuloso.
De acuerdo a Cardoen, el tema con Irak y el circonio era tan notorio y
“oficial” que seguramente figuraba en las conversaciones bilaterales
entre autoridades en esos años y por consiguiente estaba consignado en
minutas oficiales.
Su lobby sobre políticos y autoridades en el sentido de ser
víctima de una persecución política por parte de Estados Unidos tuvo
numerosos ecos positivos, tanto políticos como gubernamentales. Desde la
época del gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, la Cancillería (Carlos
Figueroa y luego José Miguel Insulza) hasta hoy, ha hecho distintos
esfuerzos para ayudar al empresario a lograr la cancelación de la Alerta
Roja. El tema estuvo incluso en las bambalinas de la Cumbre de la Apec
el año 2003, cuando la embajada norteamericana comunicó al gobierno de
Ricardo Lagos que no deseaba ver en las actividades oficiales –y con el
Presidente George W. Bush en Santiago– a Carlos Cardoen.
En los últimos tres años se han enviado dos notas diplomáticas a la
embajada de EE.UU. Una del ex canciller Alfredo Moreno, en que expresó
“… la preocupación del gobierno de Chile por la vigencia de una orden de
Alerta Roja en Interpol, sin que a la fecha se haya realizado un pedido
de extradición a nuestro país, situación que vulneraría los derechos
fundamentales de un ciudadano chileno”, y otra del canciller Heraldo
Muñoz, también pidiendo el fin de la Alerta Roja y ofreciendo
colaboración a la justicia estadounidense a través de declaraciones del
empresario chileno desde el país. Ninguna obtuvo la más mínima
respuesta de autoridades de Estados Unidos.
Tal actitud, para Juan Pablo Olmedo, abogado del empresario, es
incomprensible. “A estas alturas, este tema no sólo involucra a Carlos
Cardoen, a su familia y sus representantes legales, sino al Estado de
Chile en su conjunto. En mi opinión, la falta de respuesta de EE.UU.
representa una falta de deferencia con el Estado de Chile”.
LAS APARENTES RAZONES NORTEAMERICANAS
Por qué la diplomacia estadounidense no reacciona a las notas
chilenas y tampoco pide la extradición, no tiene una respuesta clara.
Sin embargo, más allá de las estrategias judiciales, y en
concordancia con lo declarado por Cardoen, parece razonable buscar la
explicación en el ámbito político.
Cardoen ha dicho que la verdadera razón reside en que Estados Unidos
nunca desea ventilar temas de seguridad nacional en tribunales foráneos,
y en este caso, al pedir la extradición, tendría que hacerlo ante la
Corte Suprema chilena, debiendo presentar documentos y pruebas que
comprometerían la política exterior de USA y demostrarían que él está
diciendo la verdad.
Pero fuentes cercanas a la Cancillería chilena indican que el
gobierno estadounidense y sus autoridades judiciales, están convencidas
de la culpabilidad de Cardoen, de que sus historias no tienen fundamento
y que no existen documentos que hagan fe de lo que sostiene. Más aún,
ya en 1995 el fiscal Palmer –que llevaba el caso en Miami– habría
recabado indicios de una operación de encubrimiento que diera respaldo a
lo sostenido por el empresario, llevada a cabo por funcionarios de la
Cancillería chilena con acceso a los archivos reservados y secretos del
Ministerio, adulterando algunos de ellos para otorgar sustento a los
dichos de Cardoen. Los documentos adulterados estarían destinados a
usarse en el eventual juicio de extradición en Chile, que en 1995 se
veía inminente.
Tal operación habría seleccionado cuidadosamente la época, recayendo
en el año 1987 y 1988, dada la habitualidad de delegaciones e
intercambios entre ambos países, originada en la cercanía del
plebiscito, los problemas de derechos humanos, y las ásperas relaciones
derivadas de la demanda norteamericana contra el gobierno chileno y las
Fuerzas Armadas por el Caso Quemados de Estación Central. Rodrigo Rojas
de Negri, una de las víctimas, era ciudadano estadounidense.
La alteración se produjo sobre un conjunto de documentos reservados y
secretos, cuyas copias servirían para dar sustento a las versiones de
Cardoen de que el tema del circonio con Irak solo era un secreto para el
público, pero era tema bilateral en las relaciones entre ambos estados.
Así, el Estado de Chile aparecía de alguna manera avalando lo hecho por
el empresario.
Los documentos adulterados corresponden a oficios reservados o
secretos, entre los que se cuentan apreciaciones políticas de su misión
del embajador en Estados Unidos, Hernán Felipe Errázuriz; Oficios
Reservados del Director de Política Bilateral, Uldaricio Figueroa Pla, y
minutas de entrevistas de autoridades, entre ellas de Augusto Pinochet, Fernando
Matthei, Alberto Cardemil y otros, con delegaciones de parlamentarios y
autoridades de gobierno de los Estados Unidos. Se trata de documentos
sobre procedimientos habituales de la Cancillería, y hechos ocurridos
cinco o más años antes del juicio en Estados Unidos y de la Alerta Roja.
LA MANIPULACION DOCUMENTAL
a) El contexto de la época queda ilustrado en el Oficio Secreto 00144
del 7 de enero de 1987, dirigido por el ministro de Relaciones
Exteriores Jaime del Valle al embajador en Estados Unidos, Hernán Felipe
Errázuriz, remitiéndole instrucciones para enfrentar la demanda
interpuesta por Estados Unidos ante una corte del Distrito de Columbia,
por la muerte de Rodrigo Rojas y las lesiones de Carmen Gloria Quintana.
En ese documento no hay referencias al tema Cardoen, pero sitúan el
contexto.
b) El primer documento que contiene referencias al
tema es una Apreciación política del embajador Errázuriz enviada a la
Cancillería como Oficio Secreto 0/41 de fecha febrero de 1987. En este,
el embajador hace un pormenorizado repaso sobre la política interna
estadounidense y da cuenta de sus gestiones, describiendo las
observaciones que le han sido transmitidas por las autoridades de
Estados Unidos. En el párrafo correspondiente al punto “Ámbito
Económico” de su minuta, los adulteradores introdujeron un párrafo que
señala textualmente: “En otro ámbito, el Departamento de Estado ha
seguido manifestando su preocupación por el envío desde Estados Unidos
de materiales estratégicos para la fabricación de bombas de racimo por
parte de la Empresa Cardoen. Según el Departamento de Estado, la
situación de los asuntos Irán y Nicaragua en las Comisiones
Investigadoras del Congreso hacen aconsejable una mayor prudencia en
tales procedimientos”. El documento original no contiene tal párrafo.
c) Un tercer grupo de documentos adulterados corresponde a Anexos del
Oficio Reservado N° 07255 de 17 de agosto de 1987, mediante el cual el
Director de Política Bilateral, Uldaricio Figueroa Pla, remite al embajador en Estados Unidos copia de unas Memoranda de Conversaciones sostenidas por un grupo de parlamentarios norteamericanos con autoridades chilenas. Las
audiencias son una de fecha 13 de agosto de 1987 con Augusto Pinochet
Ugarte, y otra del 4 de agosto con el subsecretario del Interior.
Ambas minutas fueron adulteradas introduciéndoles párrafos que dejaban
constancia de que el tema Cardoen y circonio había sido tratado en las
reuniones.
La minuta correspondiente a la audiencia de Pinochet indica en su
numeral 8 lo siguiente: “El representante Lagomarsino manifestó…
refiriéndose a Chile afirmó que era un ejemplo en Latinoamérica en la
ayuda en distintos escenarios para los EE.UU. como era el caso de las
exportaciones de armas a Irak por parte de Industriales Chilenos, con lo
cual la colaboración con EE.UU. era muy significativa y esperaba una
mayor comprensión del Congreso norteamericano hacia Chile”. Tal párrafo no existe en el documento original.
En el caso de la entrevista con el subsecretario del Interior, la
adulteración es mucho más gruesa. Se modificaron los numerales 3 y 4. El
párrafo 4 original se dejó como parte del párrafo 3 y se le agregó la
siguiente frase: “Conforme a lo antes dicho se establecerá una ronda de
reuniones de evaluación más adelante, en la capital norteamericana, que
permitirá demostrar cómo el itinerario se ha cumplido”. Tal fraseo
permite la coherencia con el párrafo 4 que es totalmente nuevo: “Es de
especial interés que dentro del programa de reuniones a los Congresistas
Republicanos se pueda analizar el tema del sector defensa del Congreso
Norteamericano, que en el caso particular de ROBERT DORNAN, este ha
tenido gran sensibilidad al tema Derechos Humanos y se ha mostrado
contrario a cualquier bloqueo que perjudique el sector Defensa en
nuestro país, ha manifestado tener conversaciones con el secretario
privado del Presidente Norteamericano sobre esta materia y según DORNAN,
este está consciente de lo complicado que puede llegar a ser el tema de
las exportaciones de armas desde Chile a IRAK, utilizando materiales
estratégicos norteamericanos, lo cual según el secretario HAIGHT (sic)
compromete seriamente la administración norteamericana, especialmente
luego de los problemas que se han presentado en Centroamérica, sería
interesante tener una apreciación más profunda de DORNAN sobre esta
materia”. Ambas minutas están firmadas por René Rojas Callejas, Primer
Secretario, Encargado del Escritorio Estados Unidos.
d) El 20 de agosto de 1987, mediante Oficio Secreto N° 074, el
Director de Relaciones Bilaterales, Uldaricio Figueroa Pla, remite al
embajador en Estados Unidos minutas de las conversaciones de autoridades
nacionales con el Subsecretario Asistente para las relaciones con
América Latina, Robert Gelbard. Entre ellas la del miembro de la Junta
de Gobierno y Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, Fernando Matthei.
En el numeral 5 del memorándum secreto correspondiente a la
entrevista de Matthei, se produce una nueva adulteración. El documento
adulterado dice textualmente “5. Se trata a continuación el tema de los
repuestos para los aviones de la fuerza aérea. El Sr. Gelbard se refirió
a los esfuerzos que estaban haciendo para conseguir que el Congreso
aprobara una legislación que permitiera la venta de esos artículos, pero
que estaban frustrados porque no habían sido exitosos en sus intentos.
En el mismo ámbito el General Matthei agregó que había sido informado,
que la embajada de los Estados Unidos de América en Santiago, había sido
consultada sobre las importaciones de circonio que desde ese país
venían haciendo regularmente las industrias de armamentos de Carlos
Cardoen, agregando que la Fuerza Aérea de Chile estaba interesada en que
esos envíos no fuesen obstaculizados”.
La minuta lleva la firma de René Rojas Callejas, encargado del
Escritorio Estados Unidos y tiene fecha 19 de agosto de 1987. Según
versiones no confirmadas por el autor de esta crónica, el General
Matthei habría hecho, años después, en un acto considerado insólito, una
declaración jurada ante Notario sobre la existencia del tema Cardoen en
la agenda bilateral con Estados Unidos.
e) Dos adulteraciones se producen en documentos emanados en la
Embajada de Chile en Estados Unidos, ambos firmados por Hernán Felipe
Errázuriz. El primero corresponde al Oficio Secreto N° 088 de 25 de
noviembre de 1987 a la Apreciación política del embajador sobre la
Misión, enviado a la Dirección de Política Bilateral, en cuya página 5,
párrafo seis, se introduce la siguiente frase, al final del párrafo: “Le
expresé mi perplejidad por cuanto el tema, estaba relacionado con la
venta de circonio a Industrias Cardoen, materia sensible según su
opinión, para el Departamento de Estado y el Consejo Nacional de
Seguridad”.
La otra adulteración corresponde al oficio Reservado 022/88 de marzo
de 1988 relativo a Apreciación de marzo e instrucciones vigentes y
dirigido por el embajador Errázuriz al cónsul de Chile en Filadelfia,
con distribución a todos los consulados en Estados Unidos.
Aquí, en la página 9, párrafo quinto del oficio, se introduce una
frase nueva del siguiente tenor: “La entrevista fue positiva no solo por
lo ya expresado, sino por la buena disposición que percibo en el
Consejo de Seguridad Nacional puede permitirnos equilibrar al menos en
parte, la acción del Departamento de Estado. El señor Sorzano y Flower,
están conscientes de que de no haber avances sustanciales en estas
materias, tendrían que modificar la cooperación en el área militar,
especialmente la industria de armamentos en Chile con material
norteamericano, orientado hacia Irak entre otros países, lo cual sería
lamentable para el interés norteamericano-chileno”, párrafo que por
supuesto no existe en el original.
El autor de esta crónica solicitó una entrevista con Carlos Cardoen,
la que fue negada. Se reunió en varias oportunidades con sus abogados
encargados de la Alerta Roja, Marcia González y Juan Pablo Olmedo, y
sostuvo conversaciones telefónicas con Juan Pablo Hermosilla, abogado de
Carlos Cardoen para el juicio en Estados Unidos. Todos los abogados
negaron tener conocimiento de los documentos y circunstancias que se
consignan en esta crónica. Juan Pablo Olmedo declaró textualmente que “como
representante de Carlos Cardoen hace presente que esta defensa sólo
persigue poner término a la alerta roja vigente en su contra ante
Interpol. Habiendo transcurrido más de 20 años desde los hechos que la
generan la mantención de la medida afecta los derechos fundamentales de
mi representado. 2.- Con relación a los hechos señalados en el artículo,
no corresponde pronunciarse respecto de ellos sino en el marco de un
proceso de extradición que dé garantías de debido proceso ante los
tribunales de la República. 3.- Solicitó “agregar la declaración del
señor Howard Teicher, quien sirvió al gobierno norteamericano como
miembro del National Security Council, testimonio que es un hecho
importante…”. El testimonio es un affidávit (Declaración jurada ante notario) en el cual el ex agente le da la razón a Cardoen.
A su vez, Juan Pablo Hermosilla aclaró que el tema de “producir un
documento oficial que diera fe de la postura de Carlos Cardoen nunca
fue, hasta ahora, tema con los fiscales norteamericanos con quien lleva
las relaciones sobre el caso”. Todos ellos, además, insistieron en que,
en cualquier caso, se trataría de hechos que, si fueran reales e
implicaran delitos, se encuentran prescritos.
TAREA PARA EL CANCILLER HERALDO MUÑOZ
La existencia de documentos que avalan una posible manipulación de
archivos oficiales secretos o reservados de la Cancillería, resulta un
hecho preocupante tanto para la fe pública del Estado como para la
Seguridad Nacional. Peor aún si tal manipulación podría haber sido hecha
para favorecer a un particular en relación a ilícitos cometidos en un
tercer país. Particular que ha sido pública y notoriamente defendido por
nuestra Cancillería a través de las últimas dos décadas.
Los documentos, que consisten en minutas que contienen apreciaciones
políticas del embajador de Chile en Estados Unidos, así como otras que
dan cuenta de entrevistas del Jefe de Estado y de un miembro de la Junta
de Gobierno durante la Dictadura (Augusto Pinochet y Fernando Matthei)
con altos funcionarios y parlamentarios de Estados Unidos, y otras
autoridades, son de enorme significación. Su manipulación altera la
verdad y memoria histórica de un período complejo respecto de las
relaciones bilaterales con otro país, con el cual Chile siempre ha
tenido relaciones privilegiadas y complejas.
Como se puede apreciar de la lectura completa de los documentos,
estos contienen una gran cantidad de materiales para investigadores,
historiadores y analistas políticos acerca de las relaciones con Estados
Unidos en época cercana al Plebiscito del 88, y a los que se les
introdujeron breves alteraciones, para crear un sentido que no tenían,
hacer fe de algo falso y todo ello en plena democracia.
Lo anterior agregaría connotaciones indeseables y derechamente
mentiría respecto de las actuaciones de determinados funcionarios y
autoridades en la época de la Dictadura, aumentando la sensación de
incertidumbre y repudio sobre sus actos y creando una sospecha acerca de
la eventualidad de otras manipulaciones que podrían existir o del
nivel de veracidad de los archivos oficiales, sobre todo si ellos
efectivamente pueden ser manipulados para uno u otro interés
particular.
Estamos ante un hecho insólito y grave que la Cancillería debiera
despejar del todo, descartando de raíz la eventualidad de
adulteraciones, favorables en este caso para Carlos Cardoen, quien en
1994 empezó a tener problemas para poder viajar por el mundo, y quedó
anclado en Chile por la Alerta Roja.
Nadie puede sostener responsablemente y con certeza que él tiene algo
que ver con las adulteraciones, o que no es una mera coincidencia,
aunque todas ellas están referidas a su caso y a la venta de bombas de
racimo con circonio a Irak. Si son una casualidad, solo la Cancillería
puede aclararlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario