En un principio estaba previsto que los restos del ex mandatario fueran inhumados en un acto público el pasado domingo, 4 de septiembre, en coincidencia con el 41º aniversario de su elección como Presidente de Chile. Sin embargo, la familia decidió cancelar la ceremonia pública y enterrarlo en privado por respeto a las 21 víctimas mortales del accidente aéreo del viernes de la semana pasada en el archipiélago Juan Fernández.
por EFE
Los restos del presidente Salvador Allende fueron sepultados este jueves en el mausoleo familiar del Cementerio General de Santiago en una ceremonia privada, informó este viernes la familia en una declaración pública.
El cuerpo de Allende fue trasladado desde el Servicio Médico Legal (SML), donde permanecía desde el 23 de mayo tras ser exhumado en el marco de una investigación judicial, al cementerio donde su hija, la senadora Isabel Allende, dirigió unas palabras en recuerdo del fallecido gobernante.
En un principio estaba previsto que los restos de Allende fueran inhumados en un acto público el pasado domingo, 4 de septiembre, en coincidencia con el 41º aniversario de su elección como presidente de Chile.
Sin embargo, la familia decidió cancelar la ceremonia pública y enterrarlo en privado por respeto a las 21 víctimas mortales del accidente aéreo del viernes de la semana pasada en el archipiélago Juan Fernández.
“La familia Allende y la Fundación Salvador Allende reiteran sus agradecimientos a todos aquellos que quisieron acompañarnos desde todos los rincones del país, pero debido a los distintos acontecimientos ocurridos recientemente se optó por un acto privado e íntimo”, explica la familia en la declaración difundida hoy.
El cuerpo de Allende fue exhumado en el marco de una investigación que dirige el juez Mario Carroza, con el propósito de determinar judicialmente las causas de su muerte.
Los exámenes, en los que participó un equipo internacional de expertos, corroboraron la versión de que Salvador Allende se quitó la vida de un disparo en la barbilla el 11 de septiembre de 1973, en La Moneda, durante el golpe que encabezó Augusto Pinochet.
El de ayer fue el tercer funeral por el político, que primero fue enterrado en un cementerio de Viña del Mar, de noche, sin testigos y en una tumba sin nombre, por orden del régimen castrense que derrocó su Gobierno.
En 1990, restablecida la democracia, los restos de Allende fueron trasladados a Santiago e inhumados, tras un acto multitudinario, en el mausoleo familiar del Cementerio General de la capital.
El cuerpo de Allende fue trasladado desde el Servicio Médico Legal (SML), donde permanecía desde el 23 de mayo tras ser exhumado en el marco de una investigación judicial, al cementerio donde su hija, la senadora Isabel Allende, dirigió unas palabras en recuerdo del fallecido gobernante.
En un principio estaba previsto que los restos de Allende fueran inhumados en un acto público el pasado domingo, 4 de septiembre, en coincidencia con el 41º aniversario de su elección como presidente de Chile.
Sin embargo, la familia decidió cancelar la ceremonia pública y enterrarlo en privado por respeto a las 21 víctimas mortales del accidente aéreo del viernes de la semana pasada en el archipiélago Juan Fernández.
“La familia Allende y la Fundación Salvador Allende reiteran sus agradecimientos a todos aquellos que quisieron acompañarnos desde todos los rincones del país, pero debido a los distintos acontecimientos ocurridos recientemente se optó por un acto privado e íntimo”, explica la familia en la declaración difundida hoy.
El cuerpo de Allende fue exhumado en el marco de una investigación que dirige el juez Mario Carroza, con el propósito de determinar judicialmente las causas de su muerte.
Los exámenes, en los que participó un equipo internacional de expertos, corroboraron la versión de que Salvador Allende se quitó la vida de un disparo en la barbilla el 11 de septiembre de 1973, en La Moneda, durante el golpe que encabezó Augusto Pinochet.
El de ayer fue el tercer funeral por el político, que primero fue enterrado en un cementerio de Viña del Mar, de noche, sin testigos y en una tumba sin nombre, por orden del régimen castrense que derrocó su Gobierno.
En 1990, restablecida la democracia, los restos de Allende fueron trasladados a Santiago e inhumados, tras un acto multitudinario, en el mausoleo familiar del Cementerio General de la capital.
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