El dirigente criticó que el Ejecutivo haya rechazado dar las garantías para el diálogo.
Confirmó el llamado a paro el jueves 22.
Cooperativa.cl
El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Giorgio Jackson, reivindicó las cuatro garantías que solicitaron los estudiantes al Gobierno para sentarse a negociar, tras confirmarse que el Ejecutivo rechazó dos de éstas, por lo cual el diálogo quedó en punto muerto.
Jackson señaló que la imposición de aquellas condiciones apuntaba a evitar lo ocurrido con anterioridad, cuando "durante muchos años gobiernos pasados, al momento de entrar a dialogar, a trabajar en una mesa constituida, le ha pasado por encima al movimiento estudiantil y al movimiento social en general".
"Lo único que nosotros estábamos pidiendo era que el proceso fuera transparente, sin doble agenda y no significara amenazas de pérdida de beneficios para los más vulnerables" explicó el líder estudiantil a El Diario de Cooperativa.
Las garantías mínimas para que no sucediera lo descrito es "lo único que nosotros estábamos pidiendo, y seguimos pidiendo, porque consideramos que el Gobierno puede dar las condiciones para el diálogo que las familias quieren", añadió.
El dirigente criticó la actitud del Gobierno, que "no tiene problema en anunciar que 70 mil estudiantes estarían en una eventual pérdida del año", por lo cual ratificó el llamado a paro de este jueves, en la esperanza de "que la movilizaciones permitan generar cierres académicos que no hagan costos irreversibles para las instituciones y para los estudiantes" y ayuden nuevamente a "poner el tema en la palestra".
Entre las demandas de los estudiantes para sentarse a dialogar con el Gobierno se incluía transparentar el contenido de las mesas de trabajo, abordar el tema del lucro como una prioridad, frenar la tramitación y envío de proyectos de ley y postergar el plazo límite para cerrar el primer semestre, que está agendado para el 7 de octubre. Estos dos últimos requerimientos fueron rechazados por el Ejecutivo.
Jackson señaló que la imposición de aquellas condiciones apuntaba a evitar lo ocurrido con anterioridad, cuando "durante muchos años gobiernos pasados, al momento de entrar a dialogar, a trabajar en una mesa constituida, le ha pasado por encima al movimiento estudiantil y al movimiento social en general".
"Lo único que nosotros estábamos pidiendo era que el proceso fuera transparente, sin doble agenda y no significara amenazas de pérdida de beneficios para los más vulnerables" explicó el líder estudiantil a El Diario de Cooperativa.
Las garantías mínimas para que no sucediera lo descrito es "lo único que nosotros estábamos pidiendo, y seguimos pidiendo, porque consideramos que el Gobierno puede dar las condiciones para el diálogo que las familias quieren", añadió.
El dirigente criticó la actitud del Gobierno, que "no tiene problema en anunciar que 70 mil estudiantes estarían en una eventual pérdida del año", por lo cual ratificó el llamado a paro de este jueves, en la esperanza de "que la movilizaciones permitan generar cierres académicos que no hagan costos irreversibles para las instituciones y para los estudiantes" y ayuden nuevamente a "poner el tema en la palestra".
Entre las demandas de los estudiantes para sentarse a dialogar con el Gobierno se incluía transparentar el contenido de las mesas de trabajo, abordar el tema del lucro como una prioridad, frenar la tramitación y envío de proyectos de ley y postergar el plazo límite para cerrar el primer semestre, que está agendado para el 7 de octubre. Estos dos últimos requerimientos fueron rechazados por el Ejecutivo.
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