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viernes, 16 de septiembre de 2011

Quiénes y por qué se oponen a que entre aire fresco al conglomerado

El lado más conservador de la Concertación se resiste a morir

La tesis de dar por superado el pacto y pasar a “la convergencia opositora” cayó como una bomba. Sería alterar el stuo quo y eso amenaza las posiciones de control de quienes históricamente administran los timbres y burocracias de los partidos. Ellos apuestan a no mover la estantería y volver cómodamente a La Moneda de la mano de Bachelet. Un nuevo referente sería también un escenario para que den un paso al costado y a eso no están dispuestos.

por Yael Schnitzer


La Concertación está en su crisis final. Frases como “es momento de darla por superada” y “no da para más” son transversales. Existe consenso sobre la necesidad de crear un nuevo programa político que mire al futuro y en lo indispensable que es incluir a los actores sociales, porque el 17% de apoyo que arrojó la última encuesta CEP encendió todas las alarmas. Un 17% en un país que está movilizado y politizado, que deja al margen a los partidos políticos es fatal para el bloque de centro izquierda.

Pero cuando se habla de integrar a nuevos actores políticos, sobre todo si se trata de aquellos que dejaron estruendosamente la coalición, un no surge con fuerza desde una parte del PS y casi la mayoría de la DC, “aunque en todos los partidos existe la oligarquía partidaria que va a resistir los cambios”, como asegura uno de los políticos que abandonó tiempo atrás a la Concertación.

Ignacio Walker, Presidente de la Democracia Cristiana, dijo días atrás que estaban disponibles para hacer alianzas electorales pero no una alianza de gobierno, con nuevos actores políticos. Esto en la práctica significa que a la hora de ganar, la torta se repartiría entre los cuatro partidos de siempre. “Lo que a ellos les importa es mantener la conducción de los partidos políticos de la Concertación, para a futuro tener la llave de La Moneda y repartirse el animal”, asegura una fuente de la DC.

La resistencia

La carta enviada por el PPD genera una tensión de dimensiones bíblica entre los históricos de la Concertación por el poder. En un escenario complejo y donde la derrota que los sacó del gobierno aún les duele, una reestructuración interna que podría significar otra derrota –esta vez desde la perspectiva personal – es algo que van a resistir a toda costa.

“Es imposible hacer todo este ejercicio y terminar poniendo de rostro en la nueva coalición a los mismos de antes. Hay varios que saben que este proceso requiere que ellos resignen sus posiciones de liderazgo”, como asegura un socialista pro convergencia. Algo que explica por qué el bloque PS-DC ha resistido con más fuerza el ingreso de nuevos actores, puesto que ellos han controlado los timbres institucionales del conglomerado y han colocado a los cuatro presidentes que ha tenido la Concertación, dos DC y dos PS.

Ha sido el Partido por la Democracia (PPD) y el Partido Radical (PRSD), quienes han impulsado la idea de generar cambios dentro de la Concertación, que incluye el ingreso de nuevos actores políticos, pero “hay varios que no quieren cambiar, creen que en algún minuto se va a ordenar todo… ahí está Sergio Bitar (PPD), Ricardo Navarrete (PRSD) y Enrique Silva Cimma (PRSD), entre otros”, como explica un radical. Aunque estas fuerzas resultan más simbólicas que reales en la actualidad.

Por otro lado, el diputado Alfonso de Urresti (PS) –quien es parte de la nueva generación de políticos – asegura que los que se resisten a integrar a nuevos actores y al cambio, son los mismos de siempre. “Andrés Velasco, Edmundo Pérez Yoma (DC) y Marcelo Tokman (PPD). Esos conservadores que lastraron a nuestro país por mucho tiempo”, afirma. De esta forma, desafía al Bacheletismo y al mismo tiempo a uno de sus más fervientes seguidores: Camilo Escalona, a quien de Urresti quiere desplazar de la décima región en una próxima senatorial.

Por otro lado, desde la Democracia Cristiana –donde rechazan fuertemente el ingreso del PC– aseguran que “dentro de la DC los más resistentes a integrar a nuevos actores políticos, son Ignacio Walker, Aldo Cornejo y Jorge Burgos. En el PS todo el escalonismo, porque sería integrar a quienes dejaron el partido por el estilo de conducción burocrática y autoritaria de Camilo Escalona. También los cercanos a Enrique Correa”. Si bien es dentro de este partido donde más oposición existe junto al PS, ya han salido algunas voces más abiertas a integrar a otros actores políticos, aunque posterior a una reformulación interna.

Los matices de la discusión interna

Dentro de la Democracia Cristiana hay quienes rechazan de primera, integrar a nuevas fuerzas políticas, sobre todo si se trata del Partido Comunista. Esta es la postura de su presidente, Ignacio Walker y de sus más cercanos. Sin embargo, existen varios dentro de la DC que no rechazan por completo abrir sus puertas. El diputado Fuad Chahín (DC), asegura que “hay que ampliarse pero no de aquí al 5 de octubre, esa es una reacción histérica que lo único que va a hacer es agudizar los problemas políticos que tenemos”. Chahín cree que la nueva coalición debe nacer después de las elecciones municipales y “posterior a redefinirnos como alianza de centro izquierda. Ahí quienes estén de acuerdo con la nueva propuesta, sin ningún complejo: bienvenidos”.

El senador Jorge Pizarro tampoco cierra la puerta y explica que “hay que crear una nueva propuesta de programa político, crear una plataforma política para los próximos 10 años. Todos los que se quieran sumar a eso, bienvenidos”. Sin embargo, más allá de los que se oponen directamente, existen varios que creen que “este es un debate artificial, porque las fuerzas de oposición que se están llamando a integrar, ya han dicho que no quieren ser parte de la Concertación”, como asegura un influyente líder DC.

Desde el PPD, el senador Ricardo Lagos Weber dice que hay que ser más honestos y humildes, “más que llamar a integrar la Concertación, creemos el espacio para poder encontrarnos con los comunistas, los humanistas, el PRO, el MAS… No sobra nadie en la oposición”. Una apertura similar –en cuanto a los actores a integrar – es la del diputado Marcelo Díaz (PS), aunque el explica que lo primero es hacer un nuevo pacto programático “porque esta casa están en reconstrucción y me parece patético invitar a gente que nos dice al tiro que no quiere ir a la Concertación”.

La Concertación dividida

“Hace tiempo que está el PRSD por un lado, el PPD por otro y el PS con la DC muy unidos. Esa es la Concertación de hoy”, asegura un demócrata cristiano. La carta elaborada por Tohá y Lagos Weber, rompió el statu quo existente y desde la DC resienten el hecho de que el PPD haya anunciado –sin preguntar – la muerte de la Concertación. Es este sentimiento el que se ha transformado en miedo, miedo a que luego de “sincerar las posiciones” se den cuenta de que ya no existe acuerdo.

“Podemos hablar sinceramente qué cosas tenemos en común, qué tenemos en desacuerdo y cuál va a ser nuestra propuesta para el futuro. Si de todo eso resulta que no somos capaces de tener posturas comunes, yo prefiero que se explicite y no seguir juntos”, revela el Presidente del Partido Radical. Aunque agrega que lo ideal sería “abarcar desde el centro hasta la izquierda”. Postura similar es la de Chahín (DC), quien aboga por darse un tiempo de “cese de convivencia y dentro de ese plazo ver si tenemos un nuevo proyecto común y volvemos a convivir bajo un mismo techo. Hay que sincerar la relación”.

Aunque el PPD puso como fecha el 5 de octubre para el profundo cambio dentro de la Concertación, existe bastante consenso sobre la imposibilidad de hacer este tipo de reestructuración en tan poco tiempo. La postura que ha ido surgiendo transversalmente, es que el 5 de octubre debiera ser la fecha de inicio de un programa a seguir, en miras de lograr los profundos cambios que hoy son necesarios y que algunos resisten.


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