Ministro que falló contra los Derechos Humanos y apoyó a Pinochet presidirá la Corte Suprema. Diputado y ex senador calificaron como "una vergüenza". Incluso integró Consejos de Guerra luego del golpe
Por Alfredo Peña R.
El Ministro Rubén Ballesteros fue uno de los dos postulantes a presidir el máximo tribunal de justicia del país que se eligió este lunes. El juez en todos los casos de violaciones a los derechos humanos y juicios contra Pinochet, votó invariablemente
por prescribirlos
Este lunes se realizó la elección en busca del sucesor de Milton Juica en la presidencia de la Corte Suprema. Aunque sin trascender mayormente en los medios de comunicación, se sabía de una fuerte disputa al interior de la máxima instancia judicial del país, donde dos candidatos aparecían con las mayores opciones.
En los pasillos del vetusto edifició de calle Compañía, circularon partidarios y detractores de los ministros Rubén Ballesteros y Jaime Rodríguez. Una singularidad de ellos es su disímil posición frente al tema de los Derechos Humanos. Ballesteros votó a favor de la prescripción para los militares involucrados en casos de atropellos a los Derechos Humanos, mientras que Rodríguez invocó convenios internacionales y votó por anular la amnistía a los uniformados. Lo otro es que Rodríguez es católico y Ballesteros es masón.
"Estuvo aliado con la dictadura"
Pero para la gran mayoría y todos aquellos que aún tienen sensibilidad frente al problema de la violación de los Derechos Humanos en dictadura, la candidatura de Ballesteros no era la mejor opción. Esto principalmente porque el ministro exhibe una trayectoria judicial plagada de fallos favorables a la impunidad de Augusto Pinochet y de otros altos funcionarios de su regimen ligados a la represión, como sucedió en el caso del ex tri-ministro de Pinochet y ex senador UDI por Punta Arenas Sergio Fernández, a cuya petición de desafuero planteada por familiares de personas que sufrieron graves violaciones, como cómplice y encubridor de torturas y desapariciones en dictadura, el ministro Rubén Ballesteros se opuso.
Una de las personas que fue perjudicada por un fallo de Ballesteros, cuestionó su candidatura. Se trata del ex senador Nelson Avila, quien en 1998 vivió en carne propia esta cuestionada actitud de Ballesteros: votó favorablemente el desafuero del entonces diputado Avila, originado en una querella por injurias del entonces parlamentario UDI Enrique van Rysselberghe.
En diálogo con Cambio21 aseguró que "sinceramente no me gusta, pero convengo que en los partidos del gobiernos deben mirarse con mucha simpatía, de parte de quienes se sienten más ligados con la dictadura".
"Con sus actos, Ballesteros ha sido honesto, y ha dado satisfacción a los sectores políticos que mencioné anteriormente", insistió el ex parlamentario. A ello, Ávila agregó que "al ministro de la Corte, siempre lo sentí del otro lado, nunca me dio la sensación de estar frente a un juez que se entregara a los casos".
Sin duda la polémica por la candidatura de Ballesteros se acrecentó tras los diversos casos que tiene donde ha favorecido sin ningún pudor a quienes han estado ligados a la dictadura de Augusto Pinochet. Ante ello el ex senador dijo que "sus decisiones han estado enceguecidas por pensamientos ideológicos, pero en La Moneda sin duda descorcharían una botella de champaña".
Quien tampoco lo tomó de buena manera fue el diputado Fidel Espinoza (PS) asegurando que "es una vergüenza que una persona que estuvo aliado con la dictadura pretenda convertirse en el máximo referente de la justicia".
"Como país hemos avanzado, y de hecho somos respetados internacionalmente, pero esto es un retroceso enorme y que pasa a llevar a las víctimas de violaciones de derechos humanos", recalcó el legislador a Cambio21.
Sus nexos con el pinochetismo
Según un estudio realizado por los abogados Juan Subercaseaux Amenábar, abogado Derechos Humanos y Juan Pablo Moreno, Investigador en DDHH, las actuaciones judiciales de Rubén Ballesteros, relacionadas con asuntos políticos, comienzan en 1984.
Ese año ocurrió el recordado "puntarenazo", contra la dictadura. Rubén Ballesteros, como Ministro en Visita de la Corte de Punta Arenas, llevó el caso y condenó al ex senador DC José Ruiz di Giorgio y al ex ministro del gobierno de Eduardo Frei, Carlos Mladinic a 541 días de presidio remitido.
En otra 'recordada' actuación en noviembre de 1996, siendo Fiscal de la Corte de Apelaciones de Santiago, recomendó anular el sobreseimiento que favorecía a la dirigente del PC Gladys Marín en el caso de la querella por injurias que le planteó Augusto Pinochet, entonces Comandante en Jefe del Ejército.
En 1998 fue uno de los ministros de la Corte de Apelaciones de Santiago que votó favorablemente el desafuero del ex senador Nelson Ávila, cuando era diputado, originado en una querella por injurias del entonces diputado UDI Enrique van Rysselberghe.
Desde el año 2000 Ballesteros registra media docena de fallos favorables a la impunidad de Augusto Pinochet en diversas causas criminales, en las cuales votó como miembro del Pleno de la Corte de Apelaciones de Santiago:
a) Caso "Caravana de la Muerte" el 5 de junio de 2000 (Rol 2182-98, Corte de Apelaciones).
b) Caso "Prats-Cuthbert-1", a solicitud de la jueza argentina María Servini de Cubría, el 7 de octubre de 2002 (Rol 46071-2002).
c) Caso "Calle Conferencia", el 16 de septiembre de 2003 (Rol 2182-98).
d) Caso "Operación Cóndor", el 5 de julio de 2004 (Rol 3012-2004).
e) Caso "Prats-Cuthbert-2", a petición del Ministro de Fuero Alejandro Solís, el 5 de enero de 2005 (Rol 28786-2004).
f) Caso "Riggs-SII", el 1 de agosto de 2005 (Rol 10776-2005)
En este último caso Ballesteros se opuso al desafuero de Pinochet en los seis acápites del pedido de desafuero, incluyendo el originado en los delitos tributarios que fue aprobado por 21 votos contra 4.
El ministro Ballesteros se opuso además a que Pinochet fuera investigado por los siguientes delitos: Perjurio o Falso Testimonio en su Declaración Jurada de Bienes de 1989; Falsificación, Uso Malicioso y Sustracción de Documentos Públicos (Pasaportes); Falsificación de Certificados del Ministerio de Defensa; Obstrucción a la Justicia y Defraudación por Alzamiento de Bienes y Lavado de Activos.
En todos los casos citados el evental presidente de la Suprema argumentó permanentemente hipotéticas "razones de salud" para negarse a que siquiera se investigaran las sospechas fundadas de participación de Augusto Pinochet en los delitos por los que se solicitaba su desafuero.
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