Precandidatos para las primarias presidenciales de la oposición muestran sus cartas. Asignatura pendiente: el retorno de Michelle Bachelet
Como lo afirma el analista y académico Patricio Navia, “su candidatura es más importante para la Concertación que para la propia Bachelet”, motivo por el cual “hay dudas sobre su disponibilidad a volver”.
Se acerca el 2012, año de elecciones municipales, y los partidos de la centro-izquierda acentúan sus definiciones de cara al decisivo proceso de elección del candidato presidencial único del sector, nombre que debe salir de las primarias internas del año 2013.
En ese contexto, dos de las cuatro entidades de la Concertación, la Democracia Cristiana y el Partido Radical, han recalcado su deseo de participar en esta modalidad.
Por ahora, la DC tiene en carpeta los nombres de los senadores Ignacio Walker (timonel), Jorge Pizarro y Ximena Rincón y el alcalde Claudio Orrego. Mientras que el PRSD sólo contempla la figura de su senador y mandamás José Antonio Gómez.
A su turno, el PPD dispone de tres reconocidos líderes para encarar la primaria: su jefa máxima Carolina Tohá, el presidente del Senado, Guido Girardi, y el también senador Ricardo Lagos Weber. De ellos, sólo la opción de Girardi resaltó para ser candidato luego de la toma del ex Congreso Nacional de Santiago, donde los dirigentes más cercanos a su sensibilidad lanzaron su nombre como posible abanderado.
Sin misterios, el Partido Socialista tiene en la categoría de estelar a la ex presidenta Michelle Bachelet, quien actualmente es la encargada de la ONU-Mujeres, pero que aún no ha fijado su eventual fecha de retorno para asumir.
La ex mandataria tiene a su favor el pacto electoral que firmaron las directivas de la DC y el PS para los comicios municipales, parlamentarios y presidenciales, para muchos el primer paso para su proclamación el 2013, si es que no antes, como podría ser para las campañas de alcaldes y concejales del año entrante.
Para finalizar, en calidad de independiente está el ex ministro de Hacienda de Bachelet, Andrés Velasco, quien hace meses está en campaña, transformándose así en el primer precandidato. Trabaja con algunos asesores DC que lo acompañaron en su época de secretario de Estado y goza el apoyo de conocidos PPD como el senador Jaime Quintana, en la Araucanía Norte.
Eso sí, el economista tiene acérrimos detractores, como su ex colega de gabinete Francisco Vidal, que lo responsabiliza de la derrota del arcoíris ante Piñera el 2010. Si bien en sus inicios como candidato recibió la adhesión del senador Camilo Escalona, ahora vez que puede el ex timonel PS ha exteriorizado sus diferencias políticas y económicas. Hasta el ex presidente Ricardo Lagos dijo sobre su alternativa que "cada cosa a su tiempo" y que "no por mucho madrugar se amanece más temprano".
¿Dificultades?
El análisis sobre lo que sería la repostulación de Bachelet tiene distintas aristas. Primero, a nivel de Concertación, desde todos los sectores se ha manifestado que antes que poner su nombre a disposición, lo más importante es el proyecto político que encarnaría su persona, ya sea en un referente unido con el Partido Comunista, el MAS, el PRO y el MAIZ o como la resultante pragmática de la elección primaria con nombres de la talla de Alejandro Navarro, Marco Enríquez-Ominami, entre otros.
Segundo, como lo afirma el analista y académico Patricio Navia, "su candidatura es más importante para la Concertación que para la propia Bachelet", motivo por el cual "hay dudas sobre su disponibilidad a volver".
Tercero, como lo explica el mismo Navia, sus "silencios también alimentan las expectativas sobre su retorno. No sólo se ha negado a descartar su retorno, ha dado todas las señales de que se prepara para volver. Sus silencios han taponeado la aparición de nuevos líderes".
Por esto y más, "si Bachelet no vuelve, la Concertación se verá en la obligación de encontrar, apresuradamente, un candidato alternativo. Resulta riesgoso que la Concertación no considere esa eventualidad. Porque ya existe el precedente del anticipado, pero nunca concretado retorno de Lagos en 2009, hay que tener un plan B".
Y cuarto, su ex ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, argumenta que "ella es un gran activo político. Pero no basta tener ese activo político personal. Para volver a la presidencia necesita un grupo humano detrás que pueda demostrarle al país su sintonía con las demandas actuales. Y eso está por verse. No digo que ese grupo no exista, creo que existen los equipos suficientes, pero no necesariamente las cosas terminan organizándose de manera que una candidatura sea viable".
Dicho de otra manera, más que por Bachelet, en la conformación de su corte de fieles asistentes está el éxito de su retorno a Chile. Lo escribió en una columna el ex vicepresidente PPD Domingo Namuncura:
"Aquí el problema no es la ex presidenta, a quien respetamos y queremos de nuevo en La Moneda. El problema son los que la rodean, la encapsulan, hablan en su nombre, los que la "interpretan". Los que se reúnen en privado en su nombre y que están administrando su marca. Y esas personas son más o menos las mismas que nos llevaron por una senda turbulenta de tensiones entre reformismo y cambio, entre ciudadanía real y demandante y gobierno de administración, entre la necesidad del impulso de avanzar hacia definiciones más sustantivas de Estado y la razón de Estado para frenar esos impulsos. Son los sacristanes del bacheletismo".
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