Vistas de página en total

jueves, 27 de noviembre de 2014

La calle no tendrá tu nombre: la sangre nueva del Congreso salda deuda con los DD.HH con proyecto que acaba con homenajes a miembros de la dictadura

Por Nicolás Borcoski
Desde la bancada estudiantil, la diputada del PC, Karol Cariola presentó una iniciativa que se venía esperando desde hace 25 años: acabar con los homenajes y exaltaciones de figuras del régimen militar. Además, acusan falta de voluntad política desde las generaciones anteriores.
A 25 años de la vuelta a la democracia han existido contadas intenciones desde algunos sectores políticos para acabar con los homenajes a la dictadura y que hoy aún son vigentes. Cambio21 recordó en ediciones pasadas cómo hasta hoy existen vestigios del régimen militar con estatuas y otros elementos que rinden tributo a los personajes golpistas del año 73.

La estatua y el buque Toribio Merino y la biblioteca y Escuela Militar Augusto Pinochet son algunos de los ejemplos que el Ejército mantiene sobre las figuras de dos uniformados que participaron en el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende y las posteriores violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, esta rama de las Fuerzas Armadas ha tenido gestos para avanzar sobre esa imagen, como con la solicitud de eliminar el nombre del dictador en un reconocimiento que se da a algunos egresados de sus entrenamientos.

Año 2014 y parece ser que finalmente el Congreso dará el primer paso para acabar con el homenaje y exaltación a las figuras de la dictadura. Con un proyecto de ley, la diputada comunista Karol Cariola pretende prohibir estas manifestaciones, tomando como ejemplo la experiencia española y alemana, en que ya están condenados los gestos al franquismo y al nazismo, respectivamente.

25 años perdidos

Consultada sobre la iniciativa, Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), destacó que finalmente, después de 25 años se logre avanzar, en algo, sobre el tema. Además, resaltó que las nuevas generaciones son las que finalmente impulsan estas iniciativas.

"Este proyecto es una necesidad para el país en estos años democráticos que no pueden permitir reivindicar el terrorismo de Estado, la tortura y desaparición de personas. Para nosotros es un gran aporte y que tuvo que haber venido muchos años atrás como también la degradación de los militares condenados por violación a los derechos humanos y la anulación de la ley de amnistía, un hecho necesario para los familiares de las víctimas".

"No ha habido suficiente voluntad para abrir el camino hacia la verdad, la justicia plena para borrar toda huella de reinvindicación a lo que fue el terrorismo de Estado", acusa Lira, agregando que esto cambia con "una diputada joven que es parte del legado de decir que la juventud está abriendo puertas con la verdad y la justicia".

Sobre el tiempo que se demoró para alcanzar esta iniciativa, Lira apunta a que se debe a que "se privilegió los consensos. Hay que recordar que el 90 fue toda una tranzaca de Pinochet, la derecha y el gobierno de Aylwin. Siempre se ha privilegiado los acuerdos, porque se supone que los familiares somos muy pocos generosos, no pensamos en la mayoría porque ellos siempre han apostado por dar vuelta la página y avanzar. Pero eso es inaceptable porque un país no es pleno cuando no reconoce su historia."

Nuevos aires a una vieja campaña

Por su parte, Luis Mariano Rendón, organizador del movimiento Ciudadanos por la Memoria, el mismo que logró cambiar el nombre a la calle 11 de septiembre en Providencia y que hoy ha liderado una campaña para acabar con la estatua de Merino, ubicada en un recinto naval de Valparaíso, valoró ampliamente la iniciativa presentada por Cariola, adelantando que espera que "sea objeto de una tramitación expedita, que tenga una "patrocinación" del ejecutivo  y que se resuelva favorablemente.

Aunque Rendón también apuntó a que el proyecto, aunque positivo, es otro el sector que tiene que responder a esta necesidad. "Creemos que esta "desmonumentación" es factible sin la necedades de una ley. Si la hay mejor, pero esta es, en gran medida, una facultad del Ejecutivo o municipal, como quedó claro con la gestión en Providencia"

Sobre la falta de voluntad política para acabar con estos monumentos, el líder de Ciudadanos por la Memoria, dice creer que "alguna gente pudo haber sentido un cierto miedo que quedó instalado en la sociedad chilena, y lo otro, que no era miedo era acomodamiento. Hubo muchos que se acostumbraron a esta convivencia con los poderes fácticos, que marcó los primeros años de la transición y quedaron dentro de esa sintonía".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores