Si bien el proyecto de ley recién entró a fase de análisis en el Senado, es un hecho que pierde fuerza la idea de mantener la obligatoriedad del sufragio. “Esto obligará a que los candidatos hagan campañas atractivas y para un segmento más amplio”, dicen los expertos.
Es un hecho, el Senado aprobó la inscripción automática y el voto voluntario y de no mediar novedades políticas de dudosa reputación, lo más probable es que el padrón electoral tenga nuevos tres millones de electores menores de 30 años de edad, en su mayoría jóvenes y personas que no les interesa esta polémica actividad.
Mientras el ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet, expresó su satisfacción por la aprobación unánime a la idea de legislar, con lo cual la iniciativa entra a su fase de análisis en la Comisión de Constitución de la Cámara Alta, ya se palpa en el ambiente lo que será el escenario electoral sin el sufragio obligatorio, modalidad que se usa en el país desde el plebiscito de 1988 cuando se abrieron los registros electorales en plena dictadura militar.
El primer test: los comicios de alcaldes y concejales de octubre 2012, por cierto, pensando en que el 2013, cuando sean las presidenciales y parlamentarias puedan votar también los chilenos que viven en el extranjero.
Por ahora libres
El analista Patricio Gajardo señaló en conversación con Cambio21 que la inscripción automática y el voto voluntario “aumentará la incertidumbre y obligará a los candidatos a buscar adherentes en un ámbito distinto, sobre todo un segmento etáreo que hoy es bastante acotado y mayor, y donde la juventud casi no se tocaba en las campañas, campañas que ahora tendrán que ser más atractivas sí o sí”.
Además, el profesional del Instituto Libertad explicó que no está en riesgo la llegada del ausentismo electoral, producto del descrédito que sufre hoy la clase política. A su juicio, “tiene que haber un factor aglutinador, reflejado en un líder que llame a rechazar algo o a no votar, sumado a la existencia de un conflicto de legitimidad seria que atente contra las bases de un país”.
“El ejemplo de esto es Venezuela, país que pasó a de tener sufragio obligatorio a un sufragio voluntario y en el que por culpa de los partidos dejaron de tener relevancia, llegó una crisis que terminó con ausentismo en las urnas y la llegada de un populista como Chávez al poder. Y claramente, en Chile se está lejos de aquello. El nuevo padrón será más apolítico, pero que no habrá ausentismo electoral”, concluyó el académico.
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