Estado deberá indemnizar a familia de joven muerto por brutal golpiza de Carabineros
Como
"un triunfo y una resolución que hace justicia", calificó el senador
Alejandro Navarro la sentencia del Segundo Juzgado Civil Concepción que
condenó al Estado a pagar 80 millones de pesos de indemnización a la
familia de Franco Coronado, joven de 19 años asesinado el 27 de junio
del 2010, en Cabrero, por una brutal golpiza propinada por carabineros
al momento de su detención, lo que le provocó un traumatismo cráneo
encefálico.
Navarro,
quien durante todo este tiempo ha acompañado a la familia afectada y
que junto a ellos y al equipo jurídico presentaron la demanda en
septiembre de 2010, comentó que "tras dos años de tramitaciones y
juicio, el fallo es contundente y señala que Franco falleció por un
traumatismo cráneo encefálico complicado por golpe con o contra objeto
contundente.a consecuencia de su detención por carabineros en ejercicio
de sus funciones".
La
resolución dice textual que "este hecho constituye una falta de
servicio manifiesta, pues, en efecto, el servicio público funcionó
deficientemente. La detención en un ambiente festivo de una persona
joven ebria no podía sin una grave infracción a los procedimientos
policiales de detención y reducción de personas terminar con su muerte,
como así ocurrió. De manera de que no se trata entonces de actos
autorizados por el derecho como sostiene la defensa del demandado".
Los lamentables hechos
El
joven, que al momento de su detención se encontraba en estado de
ebriedad, participaba de una fiesta costumbrista de la comuna,
paradójicamente, celebrando que había sido aceptado para ingresar a
estudiar a la Institución Policial.
"Los
funcionarios que detuvieron a Franco bajo la excusa de que el joven
estaba haciendo desordenes en un local, lo golpearon sin compasión en
todo su cuerpo y en toda su cabeza. Luego, lo arrastraron inconsciente,
con sus pupilas blancas hasta el furgón policial", comentó el
parlamentario.
Agregó
que "de a cuerdo a testigos, antes de subirlo al furgón tomaron al
joven por los brazos y lo dieron vuelta para ponerlo boca abajo y, con
el grado de debilidad en el que se encontraba producto de los golpes
anteriores, la cabeza de Franco se azotó en el cemento de la calle.
Junto a esto la brutalidad del Rafael Díaz Briones quedaba en
manifiesto, colocándole la rodilla en el cuello mientras lo esposaba.
Antes de subirlo al furgón policial los testigos comentaron que lo
volvieron a agredir, esta vez en su nuca con un tipo de bastón y lo
lanzaron con fuerza al interior del móvil".
Cuando
llegaron hasta el reciento vieron que el joven no reaccionaba, por lo
que carabineros lo arrastró nuevamente desde el interior y lo arrojó al
suelo ripiado.
En
tanto, el testimonio de la paramédico Susana Ortiz Soto, del servicio
de urgencia del Sapu, que llegó hasta la Subcomisaría de Carabineros de
Cabrero, revela que cuando vio a Franco tendido en el patio de la
comisaría, se percató de inmediato que éste no estaba con vida.
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