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domingo, 11 de julio de 2010

Juan Morales, ex jefe de Brigada Lautaro-DINA: “Pedro Espinoza es un traidor”


La Nación Por Jorge Escalante

Es uno de los condenados por el doble homicidio del general Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert, y antes de entrar a cumplir condena, aceptó hablar por primera vez. Acusa al ex segundo hombre de la DINA de traicionarlo, y a los jefes del Grupo Delfín de ser los culpables de los crímenes ocurridos en el Cuartel Simón Bolívar.

Lo llaman por teléfono y en su móvil suena el relincho de un caballo. El coronel (R) Juan Morales Salgado sabe harto de caballos y vive rodeado de ellos haciendo clases de equitación, que practicó en sus años en el Ejército. Pero no pudo saltar la valla de la justicia, y fue condenado el jueves a 15 años de prisión por el doble asesinato del general Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert, ocurrido en Buenos Aires en 1974.

Hasta después del cierre de la investigación realizada por el juez Alejandro Solís, Morales había “pasado claro”. Pero el ex segundo hombre de la DINA, Pedro Espinoza Bravo, otro de los condenados, tenía algo que decir. A inicios de 2007, Espinoza le dijo al juez Solís que no estaban todos los que debían estar entre los procesados por el doble homicidio de Prats y su esposa. Entonces, sacó de una carpeta un documento y se lo entregó. Era el informe dirigido al jefe de la DINA, Manuel Contreras, firmado por Morales Salgado en junio de 1974 cuando era capitán. En él se entregaban pistas sobre las actividades diarias del general Prats en Buenos Aires, obtenidas producto de seguimientos. El juez reabrió la investigación y procesó a Morales.

El que fue jefe de la Brigada Lautaro de la DINA sostiene que por eso “Espinoza es un traidor” y afirma que hoy, en los juicios por las violaciones de los derechos humanos, entre los ex DINA cada cual quiere salvar su propia piel y, por ello, “hay muchos” que están siendo desleales.

Asegura que nunca mató con sus propias manos ni ordenó asesinar a alguien, pero admite que agentes de su brigada torturaron y mataron en el Cuartel Simón Bolívar, aliados con los integrantes del temible Grupo Delfín que comandaban el capitán de Ejército Germán Barriga y el teniente de Carabineros Ricardo Lawrence, a quienes culpa directamente de estos crímenes.

“Fue un error hacer desaparecer los cuerpos de los detenidos”, expresa. Es primera vez que habla, y ésta es la entrevista exclusiva que el coronel (R) Morales sostuvo con LND.

-¿Con qué sentimiento se va a cumplir su condena?

-Me voy con un sentimiento de inocencia total. No tengo nada que ver en este caso. Me duele que me hayan involucrado en esto.

-¿Se condena a un inocente a 15 años de cárcel por dos crímenes?

-El juez Solís tenía cerrada la investigación, pero lo reabrió cuando Pedro Espinoza le entregó el documento por el que me condenaron.

-¿Aquel documento que usted firmó y dirigió a Manuel Contreras dándole información sobre los pasos del general Prats en Buenos Aires?

-Pero yo no hice el seguimiento del general Prats en Buenos Aires, sólo me limité a transcribir ese documento.

-¿Usted sólo fue a Buenos Aires a transcribir un documento de un trabajo de seguimiento que hizo otra persona?

-Así fue.

-¿Quién le encargó ir a Buenos Aires a seguir a Prats y redactar un informe?

-El jefe de la DINA en junio de 1974. Pero yo sólo transcribí ese documento.

-¿Para qué le dijo Manuel Contreras que fuera a Buenos Aires?

-Mi general Contreras me dijo que mi general Pinochet estaba preocupado por la seguridad del general Prats y quería protegerlo en Buenos Aires.

-Lo engañaron entonces, porque lo que Pinochet quería era saber cuáles eran los pasos del general Prats para mandarlo a asesinar. Eso quedó establecido en la investigación judicial.

-No sé si era para eso. El mismo general Contreras ratificó, en un careo que tuvimos en 2007, que mi general Pinochet estaba preocupado por la seguridad del general Prats, y había que hacerle un seguimiento para brindarle seguridad.

-Pero eso es una gran mentira…

-Eso fue lo que me dijo mi general Contreras.

-Y si usted no hizo el seguimiento del general Prats, razón por la cual lo condenaron, ¿quién lo hizo entonces?

-No recuerdo.

-Pero si usted no hizo el seguimiento, ¿por qué firmó ese documento?

-Porque alguien me entregó esa información y yo transcribí lo que esa persona me dijo.

-Le insisto, usted no va a Buenos Aires enviado por el jefe de la DINA sólo a transcribir un documento, eso es absurdo.

-Repito, yo no hice el seguimiento del general Prats.

-¿Quién le entregó la información del seguimiento para que la transcribiera, como usted afirma?

-No sé quién fue, no conozco su nombre.

-¿Prefiere mantener ese nombre en silencio?

-Así es.

-¿No es ninguno de los condenados?

-No.

-¿Era un militar, un civil, o un militar vestido de civil?

-Yo siempre vi civiles en Buenos Aires.

-Usted declaró al juez Solís que esa persona fue Enrique Arancibia Clavel, agente DINA en Buenos y el único condenado por este doble crimen por la jueza argentina María Servini.

-Así es, y lo dije para que me dejaran tranquilo.

Archivos de la DINA

-¿Cree que, al entregar este documento al juez en último momento, Pedro Espinoza quiso vengarse de usted por algo?

-¿Venganza de qué? No tengo idea.

-¿Alguien lo traicionó?

-Si tengo que nombrar a un traidor, Pedro Espinoza es un traidor.

-Pero si el acto de Espinoza no le parece una venganza personal en su contra, entonces ¿a quién habría traicionado él?

-Con ese acto Espinoza quiso involucrar a todo el Ejército, porque dijo que ese documento lo obtuvo de los archivos de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), y ese documento nunca estuvo en el DINE. Espinoza miente.

-¿De dónde lo obtuvo entonces?

-Creo que de su archivo propio.

-¿Es verdad entonces que existe un archivo guardado de la DINA?

-Yo creo que Espinoza mantiene documentos de la DINA, prueba de ello es que entregó aquel del que hablamos.

-La DINA operó con oficios, firmas, timbres, todo formalmente. ¿Existen archivos de la DINA?

-Yo no sé qué pasó con esos documentos, pero tienen que haber archivos, se operó con documentación.

-Si Pinochet viviera, ¿habría tenido que ser condenado por este crimen?

-Sí, él era el jefe directo de todo. La DINA dependió siempre directamente de él.

-¿Cree que Pinochet siempre supo que los agentes enviados a Buenos Aires semanas antes del atentado iban para matar al general Prats?

-Es una pregunta harto fuerte… no sé, no me arriesgo a decirlo. //LND


La brigada Lautaro, de la cual su jefe máximo fue Juan Morales Salgado, se creó en abril de 1974 para prestar seguridad al jefe de la DINA, Manuel Contreras, su familia, y autoridades militares y civiles. En agosto de 1975 se estableció en el Cuartel de Avenida Simón Bolívar 8800, en La Reina. A comienzos de 1976 se instaló en ese cuartel el Grupo Delfín, creado para exterminar a la dirigencia clandestina del Partido Comunista. Su jefe fue el capitán de Ejército Germán Barriga Muñoz y el segundo, el teniente de Carabineros Ricardo Lawrence Mires. Como relata Morales Salgado, ambas brigadas entraron en conflicto, pero finalmente su grupo terminó colaborando con Delfín en la tortura y desaparición de opositores a la dictadura. Hoy, Ricardo Lawrence está cumpliendo condena en Punta Peuco, mientras que Germán Barriga se suicidó en enero de 2005.

-Usted fue el jefe de la brigada Lautaro de la DINA. ¿Está arrepentido? ¿Siente que tiene que pedir perdón?

-No siento que deba pedir perdón a alguien porque yo no eliminé a nadie. Tampoco me arrepiento de nada. ¿Alguien me ha pedido perdón por la gente de mi Ejército que mataron? No tengo que pedir perdón por nada. Lamento las cosas que pasaron, yo no maté a nadie.

-La gente de su brigada torturó y asesinó a los prisioneros en el Cuartel Simón Bolívar, tal como está acreditado en los procesos.

-Lamentablemente fue así, pero no fueron todos. Los que lo hicieron son los que tienen que pedir perdón. Ellos actuaron a mi espalda. Yo no daba las órdenes en el Cuartel Simón Bolívar respecto de los prisioneros, eso lo hacían Germán Barriga y Ricardo Lawrence, que eran los jefes del grupo Delfín que llegó a meterse a ese cuartel donde operaba la brigada Lautaro. Mi brigada estaba encargada de prestar seguridad a mi general Contreras, a su familia, y a otras autoridades militares.

-¿Por qué, además de torturarlos y matarlos, se hizo desparecer los cuerpos de los prisioneros lanzándolos al mar?

-No puedo dar una respuesta, mi unidad no era operativa. Las unidades operativas recibieron siempre las órdenes directas de sus jefes, y el jefe máximo era mi general Contreras.

-¿Quién ordenó matar a los detenidos y tirar sus cuerpos al mar? Porque alguien dio esas órdenes.

-Lógicamente alguien las dio. Si murieron, se debió entregar sus cuerpos a las familias. Hacerlos desparecer fue un error.

-¿Fue Contreras el que dio esas órdenes por propia iniciativa? ¿Fue Pinochet quien se las dio a Contreras?

-Esas son preguntas capciosas… no sé, no puedo decir, pero alguien dio las órdenes. En el Ejército es muy difícil que alguien se arranque con los tarros.

-En el cuartel Simón Bolívar se desfiguraron los rostros de los prisioneros ya muertos, quemándolos con soplete, se les borró sus huellas dactilares de la misma forma. ¿Para qué esa crueldad, si después los iban a tirar al mar amarrados a trozos de rieles?

-Nunca le encontré sentido a eso, ¿para qué? A no ser que se hubiese dado una orden especial para ello. Pero era la gente de Barriga y Lawrence los que mandaban en Simón Bolívar respecto del destino de los prisioneros.

-¿Hablamos del grupo Delfín?

-Sí, ellos entraban a Simón Bolívar con los detenidos y pasaban de largo, a mí nunca me informaban. Barriga y Lawrence tenían contacto directo con el jefe de la DINA. Ellos entraban y salían con detenidos. Yo no tenía relación con ellos.

-Pero usted era el jefe de la brigada Lautaro, que era la que estaba a cargo del cuartel Simón Bolívar.

-Yo era el jefe de ese cuartel, pero ese grupo Delfín llegó a instalarse ahí sin que yo lo pidiera. Me los metieron ahí. Venían de Villa Grimaldi, donde habían tenido problemas con el mando de ese cuartel. Mi general Contreras me ordenó que los recibiera. Pero asumo que en Simón Bolívar yo tenía responsabilidad por el mando. Indirectamente estoy respondiendo hoy día, y por eso estoy procesado por algunos casos que sucedieron ahí.

-Hablemos del jefe clandestino del Partido Comunista, Víctor Díaz. ¿Quién ordenó matarlo en Simón Bolívar?

-Se me dijo, por la Policía de Investigaciones, que mi gente había declarado que yo ordené matar a Víctor Díaz, porque Germán Barriga me había transmitido esa orden que venía del jefe de la DINA. Y yo tengo un principio, cuando mis subalternos dicen que yo di la orden de algo, yo no lo discuto. Pero eso no es así, yo no di esa orden.

-¿Quién la dio?

-Después que Investigaciones me interrogó, apareció un suboficial que declaró que Barriga le ordenó matar a Víctor Díaz. Y ahí cuenta que se arrodilló ante él, le pidió perdón por lo que iba a hacer y lo asfixió con una bolsa plástica.

-¿Hablamos de Juvenal Piña, “El Elefante”?

-Sí.

-Pero, aunque sus subalternos lo declararan así, ¿por qué reconoció que usted dio la orden de matarlo si no lo hizo y sabía que se involucraba en un delito grave?

-Porque los de la Policía de Investigaciones insistían en que mis subalternos así lo habían afirmado, y al final lo reconocí para que me dejaran tranquilo, sin darme cuenta de la trascendencia que luego eso tendría.

-Usted declaró en el proceso que le ordenó a la teniente de Ejército Gladys Calderón que le inyectara pentotal a Víctor Díaz para matarlo. ¿Dio esa orden?

-No, nunca la di. También fue lo mismo, lo acepté para que me dejaran tranquilo.

-¿Cómo se puede explicar que los dramáticos sucesos ocurridos en el cuartel Simón Bolívar no se supieran por más de 30 años, y lo mismo respecto de la existencia de la brigada Lautaro y el grupo Delfín?

-Porque todos, igual que yo, nos desligamos del problema para siempre y porque nunca nadie antes nos preguntó lo que había pasado.

-¿Juramento de silencio ordenado por Pinochet, por Contreras o por ambos?

-No hubo tal juramento, al menos yo no lo tuve ni nadie me lo exigió.

-Sin embargo, hay varios que reconocen que existió tal juramento.

-En mi caso y en el de mi brigada, eso no existió. No sé si en otros grupos o brigadas se dio eso.

-En el cuartel Simón Bolívar, ¿había gente especial que se dedicaba a ensacar los cuerpos y amarrarles el trozo de riel, preparándolos para tirarlos al mar desde helicópteros?

-No. Ellos mismos lo hacían, la gente de Barriga y Lawrence.

-Usted dice que su brigada Lautaro no era operativa, pero alguna gente de su brigada sí colaboró con los Delfín.

-Lamento que eso sucediera, porque con ello involucraron a la brigada como cuerpo. La mayoría de los míos que se involucró en eso fueron carabineros. Ellos tienen una lealtad distinta al Ejército. Los carabineros de mi brigada siguieron a Lawrence, del grupo Delfín, que era oficial de Carabineros, cuando debieron seguirme a mí. Lawrence los manejó.

-Con los juicios, ¿se quebraron las lealtades y confianzas entre quienes fueron agentes DINA?

-Hoy cada cual vela por su propio interés. Que se salven, pero honestamente, y no anden involucrando a otros como lo hace Pedro Espinoza.

-¿Hay otros ex DINA que también están siendo desleales en los procesos?

-Hay muchos desleales.

-¿Quiénes?

-No lo voy a decir, mejor. //LND

Pedro Espinoza Bravo

El brigadier (R) tiene 78 años y actualmente está recluido en el Penal Cordillera de Peñalolén, cumpliendo otras condenas. En 1995 fue condenado a seis años de presidio por el asesinato del ex canciller Orlando Letelier, sentencia que cumplió en el penal de Punta Peuco. Fue uno de los hombres fundamentales de la DINA junto a Manuel Contreras. En septiembre de 1973, integró el escuadrón de la Caravana de la Muerte que asesinó a más de 100 prisioneros. Además, fue un “coordinador” principal en las operaciones represivas, por lo que está judicialmente involucrado en al menos 50 causas.


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