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sábado, 29 de enero de 2011

Destacado cineasta Miguel Littín insiste que Salvador Allende fue asesinado

Destacado cineasta Miguel Littín insiste que Salvador Allende fue asesinado en septiembre de 1973 y sentencia: “Cuando se sepa la verdad, exigiré que se modifiquen los libros de historia”

“Ya es un triunfo que el ministro Carroza rebata la visión oficial”, señaló el ex alcalde y director de "El Chacal de Nahueltoro" a Cambio21. Además, rechazó la veracidad del relato que este viernes efectuó el médico Patricio Guijón sobre el suicidio del ex líder de la UP en La Moneda. Fue el único que vió la muerte del ex mandatario

Luego de conocerse la noticia de que el juez Mario Carroza será el encargado de investigar la muerte del ex presidente Salvador Allende, suceso acaecido hace 38 años tras el golpe de Estado de 1973 en el palacio de gobierno, una de las personalidades del mundo político que insiste en la tesis del asesinato, el cineasta Miguel Littín, habla con satisfacción sobre el tema.

“Por primera vez en 40 años podrá saberse la verdad sobre el fallecimiento de Allende, porque todos los antecedentes que llevaron a dictaminar que hubo un suicidio nunca tuvieron asidero. Sólo hubo opiniones y juicios confusos y contradictorios”, señaló el ex alcalde socialista a Cambio21.

En esa oportunidad existieron dos fuerzas en una batalla, donde el fin único era exterminar al enemigo. Por un lado estaban las Fuerzas Armadas y por el otro las fuerzas que comandaba Allende. Y en tal sentido, las tropas que ingresaron a La Moneda venían con una sola orden: acabarlo. Es más, el autor intelectual del crimen, el general Pinochet había dicho que muerto el perro se termina la leva. Y así no se puede insistir que hubo un suicidio”, agregó.

El realizador de cintas como “El Chacal de Nahueltoro” y “Dawson: Isla 10”, asegura que una de las tres autopsias que se le aplicaron al cuerpo del depuesto mandatario “definió que había más impactos de bala que los normales en un suicidio. Además, había médicos militares (coroneles y capitanes) que intervinieron la autopsia oficial y el Servicio Médico Legal estaba tomado desde antes que se iniciara el golpe”.

Para Littín, “ya es un triunfo que el ministro Carroza rebata la visión oficial que se ha escrito en los libros de historia y declare admisible la posibilidad de que las pruebas fueron insuficientes, más aún si hay una recomposición de los hechos. Nótese que hay gente que no vio nada y que insiste en el suicidio. ¿Cómo es eso posible? Y las personas que acomodaron el cuerpo. ¿Quién lo sentó y quién lo puso para las cámaras con la metralleta en el cuello? Había humo y fuego y algunos dijeron que se escuchó una ráfaga. Cuando se sepa la verdad, exigiré que se modifiquen los libros de historia”.

¿Duda razonable?

La mañana del viernes, el médico Patricio Guijón, parte del equipo que atendía la salud de Salvador Allende, relató a radio Cooperativa lo ocurrido durante el 11 de septiembre de 1973. “No le puedo decir que le hayan disparado de otra parte, pero el disparo, yo supongo que si tiene la metralleta entre las piernas y apoyado contra el mentón y vuela toda esa cuestión (huesos y masa encefálica), tiene que haber sido autoinferido. Es muy difícil que le hayan disparado desde afuera, supongo”, indicó.

“Vi cuando voló la cabeza, los huesos y masa encefálica. Él estaba sentado en un sillón que estaba apoyado en la pared que mira hacia la calle, había un ventanal grande y estaba con la metralleta entre las manos y vi la explosión del cráneo. En ese momento veo que el (ex) Presidente está como si hubiera estado sentado y pega un golpe hacia arriba con un balazo… no puedo decir balazo, porque la balacera estaba afuera de La Moneda”, prosiguió.

Como respuesta a esta declaración, Littín dijo que “como es posible que alguien que fue a buscar una mascarilla para dársela de recuerdo a sus hijos y que estuvo en tratamiento psicológico sea considerado como válido en la recopilación de pruebas”.

El testimonio de Gijón también fue puesto en duda por Luis Ravanal, ex tanatólogo del Servicio Médico Legal, quien manifestó que la opción del asesinato queda abierta “ya que hay en sus palabras una serie de supuestos, muchas afirmaciones que son supuestos, en el sentido que había muchos disparos que podrían haber sido varios impactos de varios lugares y deja abierta la interrogante de la dinámica del disparo”.

“Desde el punto de vista científico, no existe confirmación y si hubiese sido el disparo único del AK 47, que se dice que estaba entre las piernas, no hubiera dejado un orificio redondeado de salida”, el cual “balísticamente no es concordante con un disparo con una metralleta como la que se está describiendo”, explicó el experto.

Sin perjuicio de lo anterior, la senadora PS Isabel Allende, hija del entonces gobernante, expresó a agencia EFE que “nosotros no tenemos dudas del suicidio y creemos fehacientemente la versión de los médicos que estuvieron con mi padre”, aunque destacó que la denuncia judicial sobre la muerte de su padre es la más simbólica de un conjunto de querellas destinadas a satisfacer los derechos de muchas familias de víctimas de la dictadura que “no tienen la versión completa o no han podido encontrar o identificar los restos” de los desaparecidos.

“Mi padre había dicho con toda claridad que él no saldría vivo de La Moneda, quería demostrar con un gesto de dignidad que los presidentes constitucionales tienen que ejercer su mandato hasta el final. Él no iba a ser de esos presidentes que toman el avión exiliados, iba a pagar con su vida la lealtad a los trabajadores”, arguyó la parlamentaria.

Mientras la polémica crece, el magistrado Carroza espera que a mediados de la próxima semana el Servicio Médico Legal (SML) le entregue un informe detallado y comentado sobre la autopsia a la cual fue sometido el cuerpo de Salvador Allende. Además, le pidió a la Brigada de Derechos Humanos de la PDI una orden de investigar “para que puedan recopilar los antecedentes que fueran necesarios, pero también hay que recordar que existe un proceso por los hechos que ocurrieron en La Moneda, donde ya han declarado varias personas y me parece que es necesario hacer un recuento de esas declaraciones”.

De la misma forma, exigirá las copias de los archivos de la Vicaría de la Solidaridad y los testimonios de los sobrevivientes del Regimiento Tacna.

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