Eduardo Frei Montalva, pertenece a aquella categoría de personas que logran descubrir en su paso por esta vida, cuál es su misión, y la transforman en tarea cotidiana.
Desde muy joven, procuró a través del pensamiento y la acción concreta, consecuente con él mismo, servir desde la política a los más pobres y a luchar contra las injusticias de los poderosos. No es ésta la ocasión de hacer un relato circunstanciado de su vasta trayectoria. Sin embargo, en esta hora, es importante destacar algunos hitos que marcaron su acción de gobernante: la organización de los trabajadores y de los pobladores a través de la promoción popular; la reforma agraria y la sindicalización campesina; la chilenización del cobre son algunos hitos que marcaron la “revolución en libertad”.
Pero, más allá de sus obras, es necesario destacar, que la “revolución en libertad”, tenía una inspiración. Estaba fundada en valores, como la solidaridad, la justicia, la disminución de las desigualdades, la dignidad de todos los ciudadanos. Nunca aceptó las injusticias y la prepotencia de los poderosos. Por ello su legado, está inscrito en el alma del pueblo chileno.
En la actualidad es necesario hacerse una pregunta: ¿existen valores compartidos en la sociedad chilena?
Las resoluciones del ministro Alejandro Madrid, respecto al asesinato del ex presidente Eduardo Frei, plantean interrogantes de trascendental importancia: ¿existe una ética mínima compartida por todos los ciudadanos en la sociedad chilena? Pareciera que no. Se confunde, la moral personal, con una ética mínima de valores que deben compartir los ciudadanos y las organizaciones para que haya una verdadera “identidad nacional.” En Chile, se ha realizado una transición a la democracia, pero falta una “transición ética”. Los ciudadanos y las organizaciones no han internalizado valores comunes en el Chile de hoy.
¿Es posible que en la Universidad Católica, no se tomen al menos medidas de suspensión de sus cargos mientras no se dicte sentencia definitiva a aquellos profesores, que han sido declarados encubridores por haber ocultado durante 20 años la autopsia no autorizada, realizada al ex presidente Frei?
¿Cuáles son, entonces, más allá de la “moral personal”, los valores comunes que se comparten en esa universidad, que permiten semejante aberración? ¿Existe una ética aplicada, mínima en el colegio médico, que permita sancionar a aquellos facultativos que trabajaron para la inteligencia militar, para la DINA o para el CNI y se apartaron de los valores de este colegio?
Al cumplirse 100 años del nacimiento del ex presidente de Chile, Eduardo Frei Montalva, si queremos recordar su nacimiento, como Nación, en un acto Republicano, necesitamos respuestas a estas interrogantes. Necesitamos gestos de grandeza cumpliendo la palabra empeñada y respeto a los derechos de los trabajadores por los cuales Frei Montalva luchó toda su vida. Pero más concreto aún, se requiere que el actual Presidente de la República que comprometió su palabra, para el esclarecimiento definitivo de este asesinato, realice las acciones consecuentes, y, las Fuerzas Armadas, entreguen a la opinión pública y especialmente a los Tribunales la información verdadera respecto a los responsables, de este crimen y de todos los delitos de lesa humanidad.
Chile demanda una “transición ética”. Se requiere una sociedad que integre a todos los chilenos en valores compartidos, por todos los ciudadanos, cualquiera sean nuestras diferencias, para que los chilenos nos sintamos parte de un solo país.
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