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jueves, 27 de octubre de 2011

Notifican a ex miembros de la DINA de condenas emitidas por la justicia francesa



Además del director de la disuelta DINA, general (r) Manuel Contreras, fueron notificados sus subalternos, el brigadier (r) Pedro Espinoza, el coronel (r) Marcelo Moren Brito y el general (r) Miguel Krassnoff por la desaparición de Jorge Klein, Etienne Pesle, Alfonso Chanfreau y Jean Yves Claudet entre 1973 y 1975.

por UPI

Una delegación de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) notificó este jueves en el Penal Cordillera al director de la disuelta DINA, general (r) Manuel Contreras, y a otros tres integrantes de ese organismo represivo, de la condenas que les impuso la justicia francesa por los crímenes de cuatro ciudadanos chileno-franceses.
Además de Contreras, fueron notificados sus subalternos, el brigadierl (r) del Ejército Pedro Espinoza, el coronel (r) Marcelo Moren Brito y el general (r) Miguel Krassnoff.
El viernes 17 de diciembre de 2010 la justicia francesa marcó un precedente histórico en torno al régimen militar que encabezó en Chile Augusto Pinochet (1973-1990), al condenar a prisión perpetua al ex jefe de la DINA, general Manuel Contreras, y a largas penas de cárcel a otros 13 militares que formaron parte de los organismos de represión.
El proceso en ausencia, ante la negativa de la justicia chilena de extraditar a los 13 chilenos y un argentino, culpables de secuestro, tortura y desapariciones de cuatro ciudadanos franco-chilenos, terminó con una actuación sin precedentes de los magistrados galos.
En el Tribunal de París -presidido por el juez Hervé Stephan- Contreras y su lugarteniente Pedro Espinoza Bravo recibieron la pena máxima, y el resto de los encausados por los delitos de “secuestro acompañado de torturas y de actos de barbarie”, extensas condenas de prisión.
Pese a que los ex agentes de la disuelta DINA no cumplirán las sentencias, ya que casi todos ellos están encarcelados o con juicios pendientes en Chile,
los familiares de las víctimas se manifestaron satisfechos por el fallo.
Jorge Klein, Etienne Pesle y Alfonso Chanfreau desaparecieron en Chile y Jean Yves Claudet, en Argentina. Todos ellos, entre 1973 y 1975. Algunos testigos aseguraron sufrir torturas y vejaciones junto a los ciudadanos franceses, particularmente en el caso de Chanfreau, un ex dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que estuvo secuestrado en el centro clandestino conocido como Londres 38.
Por su parte, Klein era asesor del gabinete del Presidente Salvador Allende cuando se produjo el golpe de Estado; Pesle desapareció el 19 de septiembre del mismo año, y Claudet también era miembro del MIR.
La investigación acopió numerosas pruebas que permiten establecer que el extinto general Augusto Pinochet, que dirigía personalmente la DINA, condujo una política destinada a eliminar y hacer desaparecer a adversarios políticos.
Los expedientes fueron investigados durante 12 años de instrucción, además de otros tres de juicios. Del resto de los acusados, tres recibieron penas de 30 años, seis de 25, uno de 20 y el restante, una condena de 15 años. La causa se inició en 1998, cuando el general Pinochet fue arrestado en Londres por una orden de captura internacional emitida por el magistrado español Baltasar Garzón.
Además de los casos de Contreras y Espinoza Bravo, las condenas más fuertes fueron para el general retirado Herman Julio Brady, a 30 años de cárcel, lo mismo que los coroneles en retiro Marcelo Luis Moren Brito y Miguel Krasnoff Martchenko.
El coronel argentino José Osvaldo Riveiro fue condenado a 25 años de prisión, igual que el recientemente fallecido Enrique Arancibia Clavel, el general Raúl Iturriaga, el coronel Gerardo Godoy García, el general Luis Ramírez Pineda y el suboficial Basclay Zapata Reyes.
El coronel Rafael Ahumada Valderrama fue condenado a 20 años y Emilio Sandoval Poo a 15 años de cárcel. El tribunal absolvió a José Octavio Zara Holger, por fallecimiento.
En un hecho poco común, el fiscal general de París, Francois Falletti, defendió la legitimidad de llevar a cabo este juicio en Francia, 37 años después de los hechos denunciados. “Es necesario recordarlo: este juicio es indispensable (…) y debe lanzar un mensaje claro” pues crímenes semejantes “deben dar lugar a demandas ante la justicia, en cualquier momento y lugar”, afirmó Falletti.

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