PULSO SINDICAL Nº 120 - DEL 09 AL 15 DE OCTUBRE DEL 2011
Me han hecho notar una omisión y les doy la razón. En mi defensa digo que fue involuntaria y que cuando hacemos el homenaje a los que dieron su vida no excluimos de esa nómina a Miguel Enriquez Espinoza ni a ninguno de los caídos con y sin militancia política, miembros de las distintas iglesias, ateos y agnósticos, obreros y profesionales, mujeres y hombres, todos hermanados por un pensamiento común, importante, vital, plenamente vigente. Amor por el pueblo y su causa.
Acicateado por este llamado de atención, volví a repasar material y encontré un texto hermoso, digno, fiero en la defensa del que se ha marchado a la vez que lleno de amor. Por razones de espacio no puedo reproducirlo en su totalidad, pero pueden leerlo en www.puntofinal.cl/577/migu
“El 7 de octubre de 1974, a las 07:30 horas de la mañana fuimos a sepultarlo.
Sólo autorizaron a ocho miembros de nuestra familia para que nos acompañaran hasta el cementerio. Había, en cambio, policía armada y carros blindados en todas las bocacalles y lugares estratégicos del recorrido. Nos rodeaban más de cien carabineros armados con ametralladoras, numerosos agentes de Investigaciones (que expulsé violentamente de mi casa cuando pretendieron entrar a ella en los momentos anteriores a la partida), y varios oficiales del ejército, vestidos de civil. Muchas ametralladoras nos apuntaban.
“Miguel Enríquez Espinosa, hijo mío, dijo su madre con voz entera en el momento en que depositaba el único ramo de flores permitido, hijo mío, tu no has muerto. Tú sigues vivo y seguirás viviendo para esperanza y felicidad de todos los pobres y oprimidos del mundo”.
Y su madre tenía razón. Ella había interpretado el pensamiento de millones de chilenos. Miguel sigue viviendo en el corazón y en la mente del pueblo, de los estudiantes, de los profesionales, de los artistas, de los intelectuales, de todos aquellos, en fin, que quieren un mundo mejor y más justo para todos, y no sólo y exclusivamente para un grupo de privilegiados”
Dr. EDGARDO ENRIQUEZ FROEDDEN
****
El 13 de Octubre iniciamos el último ciclo del 2011 de la Escuela Formadora L.E.R. Dirigentes sindicales quitan un tiempo a su justo descanso y se reúnen a conversar sobre el quehacer en estos tiempos complejos de repliegue sindical. Analizan las fallas en la gestión a la vez que entregan sus propuestas para cambiar y reencantar a los asociados de los Sindicatos. Asumen que la organización es el instrumento de los trabajadores para defender sus derechos y que a estos debe educárseles en los mismos por que la gran mayoría los desconoce.
Son particularmente receptivos cuando se habla del rol de los dirigentes, de lo importante que es el contacto con los trabajares, acercarse a ellos y conocer sus problemas, no solo económicos y relativos a la pega, sino también lo personal, la familia, el barrio. Aprenden que significa la construcción colectiva y les queda claro que la huelga no solo se vota sino que se prepara con anticipación para que sea efectiva.
Nuestros compañeros también reciben conceptos básicos de economía, judicatura laboral, contabilidad, y trabajaran con psicólogos y periodistas.
Paralelo a esta escuela sindical, sigue fortaleciéndose la escuela de capacitación. Trabajadores, sus cónyuges e hijos se han iniciado en los conocimientos de computación. Esperamos en el corto plazo instalar los cursillos básicos de Ingles y no podemos menos que sentirnos muy satisfechos al informar del inicio del trabajo de asistentes sociales, que apoyaran a nuestro afiliados en sus diversas inquietudes.
Llama la atención que se siga creyendo que la reconstrucción del movimiento sindical pasa por sacar de sus cargos a los ineptos, reemplazarlos por otros militantes de sus mismos partidos y hacer compromiso de que las cosas ahora si que serán distintas.
Si queremos elecciones universales en las Centrales, debemos primero instalarlas en todas las Federaciones y Confederaciones, así como establecer en los estatutos que asumirán cargos quienes obtengan los votos para ello.
Si queremos trasparencia en los recursos financieros, tenemos que promover en todas las organizaciones la necesidad de los balances contables y la independencia de las comisiones revisoras de cuentas.
Antes de demandar a voz en cuello un nuevo Código del Trabajo pensemos en la enorme cantidad de derechos mínimos de las que se priva a los trabajadores. Sería bueno que los que tienen los contactos demanden de los parlamentarios preocupados por los derechos del trabajador, cambios tan simples como terminar con la declaración y no pago de los descuentos previsionales, establecer el derecho a sala cuna para toda mujer trabajadora, o una jornada de trabajo única de 45 horas semanales.
Nosotros decimos con firmeza que no creemos en esos que van por ahí prometiendo lo que saben que no cumplirán, esos que dan audiencias y hacen creer a los dirigentes que ahora si que su problemas será analizado y hasta resuelto.
Vendedores de sueños. Construyan propuestas de cambio, expónganlas públicamente y denuncien a quienes no cumplen sus compromisos.
Mientras tanto vamos haciendo camino, preparemos la defensa de lo nuestro.
La crisis global que se anuncia nos golpeará con fuerzas. Todos sabemos que en la medida que los patrones sientan que les aprieta el zapato dejaran de cumplir con sus obligaciones. En tiempos de crisis - aunque a veces no necesitan de ésta - los patrones se quedan con tus dineros. En efecto, te descuentan AFP y Seguro de Cesantía, pero no entregan las platas a las instituciones solo las declaran, o sea dicen que es tu plata pero no la depositan. Puedes y debes controlarlo. Pide tu cartola con regularidad, cada 4 meses es una buena medida, si no aparece indicado el pago actúa.
Con fecha 31 de mayo de 2005 se crearon los juzgados laborales de cobranza laboral y previsional en algunas comunas del país, que permiten que el trabajador, el sindicato o la asociación gremial a que se encuentre afiliado el trabajador pueda, o puedan a requerimiento de éste, recurrir sin patrocinio de abogado a ejercer las acciones de cobro de cotizaciones de previsión o de seguridad social. Para esto, el trabajador o el sindicato deberán acompañar al reclamo que se efectúa ante el tribunal, uno de los siguientes documentos: 1º Actas firmadas por el trabajador y el empleador, autorizada por Inspector del Trabajo, donde conste la deuda de imposiciones. 2º Sentencia dictada por un tribunal del trabajo que ordene el pago de las cotizaciones de seguridad social. 3º Liquidaciones de remuneraciones pagadas, en las que conste que el empleador le efectuó la retención de las cotizaciones al trabajador, a las que deberán acompañarse un certificado de la AFP correspondiente donde conste el no pago de las mismas.
Acompañando cualquiera de estos documentos, el trabajador puede deducir el reclamo y el juez debe ordenar notificar a la institución de previsión o de seguridad social que señale el trabajador, para que dentro de 30 días hábiles se constituya ésta en demandante y continúe las acciones que correspondan en cuanto al empleador. Si así no lo hiciere, y el juez declare que la institución actuó con negligencia, ordenará que la institución de previsión que pague las cotizaciones al fondo respectivo, a su costa.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
No hay comentarios:
Publicar un comentario