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martes, 28 de febrero de 2012

Diputado Tucapel Jiménez arremete contra Jovino Novoa y Cristián Labbé quienes trabajaron para la dictadura

Tucapel Jiménez Fuentes recordó que "Jovino Novoa fue subsecretario del Interior y de ahí dependía la subsecretaría nacional de los gremios que era dirigida por Valericio Orrego. No digo que él haya participado directamente en el crimen pero sí tuvo directa relación con todo lo que fue el espionaje a mi padre y a los dirigentes sindicales".

A 30 años del asesinato del dirigente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), Tucapel Jiménez, en 1982, su hijo del mismo nombre lamentó la paradoja de que se siga eligiendo como representantes a gente que tuvo algún tipo de vínculo con las directivas de la dictadura, como Jovino Novoa y Cristián Labbé.

Así Tucapel Jiménez Fuentes recordó que "Jovino Novoa fue subsecretario del Interior y de ahí dependía la subsecretaría nacional de los gremios que era dirigida por Valericio Orrego. No digo que él haya participado directamente en el crimen pero sí tuvo directa relación con todo lo que fue el espionaje a mi padre y a los dirigentes sindicales".

"Es paradójico que en un país, un agente de la represión que causó tanto dolor y daño a un país entero sea hoy día alcalde de una de las comunas más grandes de Chile. Eso la verdad para mí no tiene explicación", comentó además Jiménez en la ceremonia sobre Labbé.

En la ceremonia recordatoria del dirigente, uno de sus nietos aseguró que "nos sentimos muy orgullosos de lo que hiciste, porque tengo plena seguridad de que si estuvieses con vida seguirías dedicando tu vida y luchando junto a los jóvenes y empleados públicos, porque ese fue tu secreto de vida".

Mientras que el presidente de la ANEF, Raúl de la Puente, recordó a Jiménez como "un ejemplo para nuestra sociedad", con "un legado de consecuencia, en lo que se dice y se hace, entere cómo se vive y se piensa, y una persona que no tuvo temor, que fue valiente, que no dio un paso atrás ni al lado, que sabiendo que iba a morir, continuó su lucha".

Recordemos que Jiménez murió el 25 de febrero de 1982, cuando el dirigente salió de su casa a trabajar en su taxi, donde fue abordado por un carabinero, en un plan maquinado por la Dirección de Inteligencia del Ejército, y luego por tres sujetos más, que lo llevaron al camino que une Renca y Lampa.

Allí el dirigente fue degollado y luego ultimado por un disparo de los agentes de la dictadura, ya que Jiménez era considerado como un peligro para el régimen, según sus familiares.

Esta investigación de su crimen fue desarrollada por 20 años, y fue el juez Sergio Muñoz quien determinó que los autores del crimen fueron los ex agentes Carlos Herrera Jiménez, el suboficial Miguel Letelier Verdugo y el suboficial Manuel Contreras Donaire.











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