Por Alfredo Ponce
Tardamos cuatro día en encontrarlo: Otilio Romano, prófugo de la Justicia argentina, pasea tranquilo por las playas de Chile.
Romano, de 68 años, es buscado por "crímenes contra la humanidad", según lo indica la propia página de Interpol, que sitúa al ex juez en la lista de "presuntos delincuentes más buscados".
Romano habita en las inmediaciones de la torre Euromarina, en Cochoa, cerca de Reñaca. Caminaba por la calle frontal cuando, al descubrirnos, corrió hasta alcanzar el micro 303 interno 127.
Como cualquier turista en esta temporada, vestía un buzo polar, jeans y zapatillas.
A las 11.37 de esta mañana, en avenida Borgoño al 17.400, subió al micro. Ante el grito de "¡Romano!", intentando dialogar con él, giró rotundamente y se escondió en el interior del transporte que lo llevó, probablemente, hasta el centro de Viña del Mar, el destino final.
El chofer del vehículo se quedó atónito, pero siguió su camino sin frenar luego de que Romano se acomodó en el fondo.
El Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados lo destituyó como miembro de un tribunal de alzada de Mendoza debido al "mal desempeño" de sus funciones y "posible comisión de delitos".
En agosto pasado, cuando se le citó para que respondiera a los cargos en su contra en la primera semana de diciembre del año pasado. Pero Romano escapó a Chile, donde obtuvo una visa temporal luego de solicitar refugio.
Nada se sabía hasta hoy sobre su destino concreto, aunque mucho se habló de ello.
Aquí está: Romano no quiere hablar con la prensa. Corre y escapa en un micro:
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