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lunes, 5 de julio de 2010

El jubileo de Bracitos Cortos


escrito por Ismael Llona M

Se cumplían 200 años del castillo que Bracitos se había tomado hacía sólo cien días pero, según las normas, él estaba en condiciones de otorgar el perdón al delincuente preso que le pareciere. Era el año, y vendría el mes, del jubileo, pero Bracitos estaba más preocupado por la compra de empresas del Estado y las pérdidas de ingresos de Colo Colo –dada la derrota de Chile en Sudáfrica- que por perdones más o perdones menos.

“Ese Isla y ese Medel están cada día más caros en las bolsas pero ese Millar y ese Cereceda, que son mis ilotas, están cada día más baratos, y todo por culpa de ese Loco que me mira en menos, qué se ha creído, qué falta de respeto” murmuraba Bracitos paseándose de lado a lado por su dormitorio y sacando cuentas. “¿Cuántos dólares me corresponden si vendemos a Millar?” se preguntaba. “¿Y cuánto ganará Estévez por ese Isla y por ese Medel?” Tiritaba de rabia y de oportunismo. “¿Volveré a Católica?”
Sus dudas empre-futboleras se suspendieron cuando vio entrar a Heil Peter.
“¿Qué te parece la compra de empresas del agua potable y otras, querido Heil Peter?” le dijo a su Ministro.
“¿No es la venta de empresas del Estado, jefe?” preguntó Heil.
“La venta de empresas del Estado y la compra de empresas por nosotros, a bajo precio, como siempre, querido Heil” dijo sonriente Bracitos y pegó un tiritón.
Heil puso cara de entender, aunque no lo hacía, y pasó de inmediato a otro tema, que era su forma de tapar su, digamos, estulticia:
“No me ha hecho usted un comentario, jefe, sobre lo sucedido en Sudáfrica, al margen de nuestro negocio de no entregar todos los partidos por tv.” “He visto en el computador que Mayne está furioso con nosotros por la no entrega, calcula que eso le bajará los bonos a los de la Anfp…y de nuevo no le dará la mano, jefe”.

“¿Cuánto vale dar o no dar la mano, Heil? ¿Cuántos tanques tiene ese Mayne?” “Vayamos a lo concreto, Heil, dijo Bracitos, la derrota de los de Bielsa – no nos podemos ver con ese Loco- hará que tanto Ruiz como yo bajemos nuestras ganancias en el Monumental, en Chilevisión y en la venta de jugadores. Millar valdrá menos billetes, Cereceda costará menos, mientras Escotto, por ejemplo, costará más caro…”

“Eso lo entiende Ruiz, jefe, dijo Heilpeter, dígale a él, yo estoy preocupado de otra cosa, y no me pida que piense en dos… ¿entregará perdones para septiembre, jefe, porque se nos viene el mes del jubileo bicentenario?

“Si de perdones se trata, Heil, tendría que perdonar a más de uno de mi gabinete, que no está preso sólo porque Dios es grande y perdieron por poco”, dijo Bracitos, pensando en Larroulet y en Lavín, que fueron altos funcionarios del régimen terrorista y compañeros de andanzas de Contreras y los otros.

“Además, Heil, la Lily está en contra de estar entregando perdones propuestos por Karadima, dice que es cosa de los filisteos”.

Estaban entre rejas un ladrón que había robado una gallina, un narcotraficante que traía droga desde Colombia en aviones de una conocida aerolínea, uno que habían pillado durmiendo borracho en una esquina cerca de la Vega y tres que habían torturado y matado a una joven y a un viejo y a unos mil más, ahogándolos en el mar de Llolleo con un par de rieles en los pies cada uno.

El cura Karadima, que recién había tomado unas once para la peshón, llegó a hablar con Bracitos con el papel en la mano.

“Al margen de lo que opine esa filistea, porque el pueblo divino es el mío y no el suyo, queremos el perdón tanto para el que robó una gallina como para el que torturó, mató e hizo desaparecer” dijo el Capellán, “Y también para mí porque así como van las cosas lo voy a necesitar... es de toda justicia” balbuceó.

Bracitos sacó un papel e hizo algunas operaciones. “Bueno, concluyó, el ladrón de gallinas se robó el 50% porque en el gallinero había un gallo y dos gallinas, mientras los torturadores y asesinos, vamos a ver, sólo liquidaron a mil que equivalen a un 0,005% de los chilenos en condiciones de ser asesinados”. “De tal manera que suelten a los torturadores y asesinos, que además están viejos y algunos constipados aunque han estado a cuerpo de rey y en óptimas viviendas, y dejen preso al ladrón de gallinas, operador político además el perla”. “Lo tuyo, Kara, lo veremos a fines de agosto, por si acaso…acuérdate del gerente del Banco Ambrosiano que amaneció colgando en el puente de Londres con ladrillos en los bolsillos”. “Y en cuanto al narcotraficante, que se presente a la línea aérea a discutir cómo fue que cayó preso”.

Luego ordenó que se aplicara todo el peso de la ley a los que le faltaban el respeto diciendo falsedades de él, como que había ganado con los mismos que habían atropellado los derechos humanos en dictadura, que apoyaba el negocio de las universidades privadas y que estaba frenando los programas de protección social.

Ah! y que se aplicara la Ley Antiterrorista, ya se sabía a quién.

Y luego invitó a Heil Peter a presenciar la parada del 19 de septiembre teniendo en primera fila a los liberados por el jubileo del Bicentenario, al que se robó las mediaguas y está con libertad bajo fianza y a su hermano bailarín para, además, amenizar las fondas.



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