por El Mostrador
Se trata de una serie de cables filtrados por Wikileaks. Estos revelan comunicaciones que dan cuenta de la desconfianza de esa nación sobre este tema. Uno de ellos, elaborado por el ex embajador Craig Kelly y fechado el 27 de febrero de 2006, señala que “el Centro Islámico de Santiago ciertamente provee apoyo financiero a terroristas desconocidos. Reportes esporádicos sugieren que estos grupos tienen la capacidad de planificar operaciones si quisieran hacerlo. Periódicamente hay reportes no confirmados que indican la intención de planificar un acto terrorista en algún lugar de la región, pero nada definitivo. Se cree que los grupos de Hezbollah en el norte de Chile son las células financieras”.
Este cable es uno de los más claros al respecto y también da cuenta de que, según el embajador, en el norte del país hay simpatizantes de Hezbollah y hay indicios que hablan de extremistas paquistaníes y otros partidarios de Al Qaeda. Dice que “estos fundamentalistas, que son conocidos por estar asociados a Hezbollah, están incrementando su presencia y actividad en Chile”. También señala que están repartidos en Iquique, donde la organización iraní estaría recolectando fondos, y, en menor cantidad, en la capital.
En otro informe también se señala a Chile como un aliado y se indica que los diplomáticos norteamericanos, reconocen que los esfuerzos antiterroristas de las autoridades chilenas han aumentado.
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