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domingo, 27 de junio de 2010

De nadie más que de nosotros depende el futuro.

PULSO SINDICAL DEL 17 AL 26 DE JUNIO DE 2010




Soy de los que cree que Allende se merece mucho mas que ese montón de frescos oportunistas que van por la vida lucrando de su nombre, figura y obra. Merece mucho mas que homenajes artísticos u ofrendas florales frente a su tumba y/o a los monumentos y calles que están por ahí con su nombre.

Con el nombre de Allende en la boca algunos han negociado con los mismos que lo hostigaron durante su gobierno y provocaron el golpe. Otros, diciéndose también allendistas, abandonaron las ideas de cambio profundo y renunciaron a la lucha franca y abierta contra el capital. Si Allende viviera sin duda les habría dicho unas cuantas verdades, como que se puede negociar y buscar acuerdos pero que esto se hace de cara al pueblo y sin hipotecar las demandas populares.
Los que sentimos de verdad la enseñanza allendista de que al pueblo hay que tenerlo presente en todo aquello que se emprenda, no debemos desmayar y continuar trabajando para, luego de corregir las fallas que por cierto existieron, re elaborar la propuesta de esa sociedad mas justa y digna a la que aspiramos y difundirla por todos los lugares.

Es por esa sociedad en la que creemos, que ejercicios colectivos como el de la Universidad Popular que se desarrolla en Valparaíso deben ser conocidos por las organizaciones de trabajadores y promovidos entre dirigentes y socios de estas.

Se trata de conversar y discutir para ir juntos desarrollando la propuesta. Se trata de reunirnos y sacar algunas conclusiones desde esa diversidad de opiniones y propuestas, asumiendo que nadie es propietario de la verdad absoluta y que es una obligación de todos poner de nuestra parte para avanzar. Es nuestro pueblo el que espera.

Los trabajadores y sus organizaciones necesitan del apoyo y el aporte de profesionales clasistas, de jóvenes idealistas que no se entregan al mercado y que ven en la clase trabajadora el pilar fundamental para la construcción de la propuesta.

Entendiendo que para que se instale un proyecto de unidad sindical falta mucho tiempo, resolvimos hace algún tiempo en la CGT desarrollar nuestro trabajo en función de un Pliego Básico. Pliego que recogió demandas sentidas de los trabajadores en su diario vivir, pliego que aunque está muy lejos aún de las aspiraciones históricas del movimiento sindical, contiene puntos sensibles presentes en cada lugar donde se concentran trabajadores.

Lentamente se vienen instalando en los contratos colectivos que presentan nuestros sindicatos, demandas como hacer del descuento por el seguro de cesantía en la liquidación mensual y en los finiquitos, una obligación de la patronal. Corresponde a los trabajadores organizados comenzar a instalar en sus proyectos el término del pago de los finiquitos en cuotas y la doble indemnización en caso de despidos posteriores a la suscripción de un contrato colectivo.

Es posible y urgente exigir reajustes reales (aumentos por sobre el IPC de un período determinado). Así lo asumieron los trabajadores del Hotel Marbella en la V Región, quienes al igual que los sindicalizados del Hotel Valdivia en Santiago, han terminado su huelga luego de avances importantes en sus negociaciones.

Sin duda que un elemento importante y necesario de aplicar es aquel que indica que la huelga es un movimiento permanente, que no puede tener pausas, que implica estar las 24 horas del día en acción, ganándole al frío, al cansancio y también a la indiferencia de nuestros hermanos de clase.

Los trabajadores hoteleros, de Marbella y del Valdivia, recibieron muestras efectivas de solidaridad, no solo de los sindicatos que con ellos comparten día a día sino también de trabajadores que hacían un alto camino de su trabajo para entregar monedas, sopaipillas e incluso alimentos no perecibles Y sin embargo aún es insuficiente. No llegan todas las directivas y socios a entregar respaldo en terreno, es lenta la recolección de monedas y de víveres, no hay apoyo de los medios alternativos y muchas veces el conflicto queda radicado solo en la propia organización.

Los sindicatos deben sacar también lecciones después de la huelga, actuar mas ágilmente, participar junto a otros en el trabajo de engrandecer las organizaciones en las que participan así como difundir su movimiento para que otros vayan perdiendo el miedo. Hay que mostrar que si es posible peleársela y sacarle un trocito al capital. Mientras mayor y mejor sea la organización mayor será el logro a obtener. Es claro, sin trabajadores las empresas no funcionan. Somos lo más importante, solo falta convencernos de ello.

¿Cuantos de los que salieron a las calles y han estado horas y horas agitando banderas por un triunfo deportivo, se han tomado siquiera un minuto para apoyar con esos mismos gritos efusivos a sus hermanos que están en la calle exigiendo mejores condiciones de vida?. Queda la impresión que en esto de la baja en la participación y en la organización, gran responsabilidad tenemos los dirigentes. Es nuestro discurso el que no está llegando a los trabajadores?, son nuestras costumbres y hábitos propios de un sindicalismo en crisis lo que provoca rechazo y no adhesión?.

La critica debe ser clara y la autocrítica severa, solo eso hará que no se vuelvan a cometer errores. No resulta aceptable que nuestros dirigentes de base hayan dejado de asistir a una importante reunión porque “tenían que pagar horas ocupadas en ver un partido de futbol”. No es lógico que las asambleas y los encuentros se realicen al mínimo porque se está trabajando extra para disponer de horas e irse a la casa a sentarse ante la pantalla del televisor. Esto es tan repudiable como la practica patronal de negar el pago de horas extras o la entrega de los 2 domingos libres al mes.

No construiremos el proyecto para la nueva sociedad, si seguimos atados a lo que nos instaló el sistema.

Por eso y destacando también lo positivo, es que debemos saludar a nuestra compañeras dirigentas y socias de sindicatos que se mandaron una marcha hasta La Moneda el 23 de Junio para presentar por escrito su opinión respecto a lo que consideran vital para permitir el ingreso pleno de la mujer al trabajo. Es momento de exigir el cambio del inciso primero del articulo 203 de Código del Trabajo. No puede existir un mínimo de mujeres en una empresa para otorgar el beneficio de la sala cuna. Toda mujer que trabaje tiene derecho a exigir sala cuna para sus hijos menores.

Tenemos claro que estas presentaciones al gobierno no tendrán respuestas, pero las hacemos porque van forjando en la conciencia de los dirigentes y trabajadores el camino que se debe seguir. Educar en los derechos para que teniendo conciencia de los mismo se transformen en exigencia concreta y masiva. Nuestras compañeras han dado una lección de decisión y coraje y los dirigentes tiene la obligación de analizar este ejercicio de movilización y replicarlo.

De nadie más que de nosotros depende el futuro.



MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T.

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